
Como una ironía del destino, murió justo cuando se están cumpliendo 30 años de la heroica huelga ferroviaria del año 91 que, durante 45 días mantuvo paralizado gran parte del transporte ferroviario contra su política privatizadora, a pesar de la traición de la burocracia sindical de La Fraternidad, la Unión Ferroviaria y Señaleros que jugaron de movida con el gobierno.
Todos los trabajadores recordamos su amenazadora frase de «ramal que para, ramal que cierra». Ese año no pudo con la fuerza de las bases y el apoyo popular que tuvimos. Tengo el orgullo de haber sido parte, junto a mis compañeros «Los Rebeldes» fraternales, de esa inmensa lucha, que fue sin lugar a dudas la más importante muestra de resistencia obrera contra su gobierno.
Tuvieron que cambiar los planes, dividieron Ferrocarriles Argentinos en partes y atacaron de nuevo. Nos tiraron con todo, nos provocaron, nos reprimieron, tuvimos detenidos y judicializados, luego despedidos.

Otra vez a la lucha, fue por nuestra dignidad y bancamos 38 días de paro en el 92. Recién pudieron concretar la privatización en el año 95, que destruyó el sistema ferroviario. Dejaron decenas de miles de ferroviarios en la calle y miles de pueblos sin trenes, condenándolos a la muerte.
Pero hoy también murió el que privatizó la electricidad, el gas, el agua, los teléfonos, YPF, el correo, el carbón, Aerolíneas, ELMA, etc; entregó la jubilación, impuso el plan de convertibilidad y, con el 1 a 1, cerraron miles de empresas, un verdadero genocidio laboral que dejó un mar de desocupados en todo el país. También dictó el indulto a los militares genocidas y se abrazó con el golpista Almirante Rojas. Fue un felpudo de los yankis, regaló las riquezas del país por dos mangos, gobernó para los capitalistas y bajo su mandato los sindicalistas se hicieron millonarios.
Ya están saliendo a reivindicarlo los de arriba, los empresarios, los milicos, la burocracia sindical y los políticos patronales sean peronistas o radicales que no cambiaron nada de fondo. Lo lloran porque es uno de ellos.
Por todo esto los trabajadores y sectores populares víctimas de Menem y que luchamos contra su gobierno hoy no lloramos.







Yo no soy ferroviario, soy trabajador del Estado y argentino. Tampoco lloro por la muerte de Menem, todo lo contrario, la tomo como el acto de mayor justicia reparadora de la naturaleza.
Carlos menem es un TRAIDOR A LA PATRIA, un tirano, que fundio a las pymes y destruyo a las familias de los desempleados.Lo unico que carlos menen hizo bien, fue enfermarse justo antes de la votacion por el ABORTO LEGAL Y GRATUITO para asi no poder oponerse.Ojala exista un castigo en el mas alla para ese maldito.