Los anuncios económicos de Massa: ajuste recesivo neoliberal

Los anuncios de medidas económicas de Massa son un claro giro en la política económica. Del ajuste inflacionario pasamos al ajuste recesivo "antiinflacionario". El regreso a las viejas fórmulas neoliberales.

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Ajuste fiscal, concesiones de los capitalistas de la exportación, más endeudamiento, ajuste a los trabajadores. Esos fueron los cuatro ejes del curso económico anunciado por Massa. Claro que fueron presentados más decorativamente, con bellas frases sobre «orden fiscal, superávit comercial, fortalecimiento de reservas y desarrollo con inclusión». Es una mejor manera de plantear las cosas, más vendible, que las muy duras palabras «ajuste recesivo».

Ajuste fiscal («orden fiscal»)

Respecto al gasto del Estado, lo dicho por Massa no se sale casi ni una coma del acuerdo de ajuste con el FMI y endurece el curso seguido por Guzmán.

Respecto al déficit, se mantiene lo acordado con el FMI de su reducción a un 2,5% del PBI en el próximo años. Por supuesto, se trata de una reducción de los «gastos primarios», todo lo que no sea deuda externa.

Además, dijo Massa que no habrá adelantos al Tesoro en lo que resta del año. Esto implica que el Estado nacional deberá funcionar con lo recaudado, el Banco Central no le adelantará nada. También es una manera de decir que se contraerá la emisión de nuevos billetes en un intento de frenar la inflación con política neoliberal.

También se mantendrá el congelamiento de la planta del Estado nacional centralizado. No habrá pase a planta permanente, todos los trabajadores del Estado nacional que trabajan en la precarización seguirán en la precarización. 

Respecto a los subsidios de los servicios de luz y gas, la versión oficial es que 4 millones de personas renunciaron a ellos. Uno no puede no preguntarse quién estaría deseoso de pagar más por lo mismo. En realidad ese número nos indica hasta qué punto fueron exitosas las maniobras para poner trabas a pedir seguir teniendo los subsidios. Basta no seguir las redes sociales y las noticias, o no manejar una computadora, para no haber tenido la posibilidad de inscribirse. Dijeron además que “no podemos seguir con un esquema en el que quien más gasta más subsidio se lleva”. Los subsidios son hasta cierto techo de consumo, por encima del cual habrá también aumentos de tarifas. Eso se llama «tarifazo». 

Concesiones a los capitalistas de la exportación («superávit comercial»)

Hubo aquí dos anuncios importantes. El primero, dicen que se promoverán por decreto regímenes cambiarios especiales para agroindustria, minería, hidrocarburos y «economía del conocimiento». «En criollo»: rebajas impositivas y dólares especiales para los patrones del campo, las multinacionales mineras, las petroleras y las empresas de informática. Esta es la medida inmediatamente aplicable.

La segunda: «Vamos a denunciar en la justicia argentina y la unidad antilavado de Estados Unidos casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones». Es decir, los empresarios que fugaron dólares, maniobraron con triangulación fraudulenta y evadieron impuestos serán investigados… por la justicia norteamericana.

¿Por qué? Porque la mayoría de las empresas vinculadas directamente a la exportación tiene sede allí. Dependerá de la buena voluntad de los jueces de un país imperialista que se pongan al desnudo las maniobras fraudulentas de las empresas imperialistas. No importa que sigan operando en Argentina y tengan cuentas bancarias bien llenas en Argentina. Le compete al país de los que fugaron millones de Argentina juzgar a los que fugaron millones de Argentina. Esta «medida» es, simplemente, sarasa.

Reservas del Banco Central

Se anunció que habría adelanto de exportaciones (acordado con las empresas por la concesión del régimen cambiario especial) por 5 mil millones de dólares en los próximos 60 días. Los sectores involucrados serían el agro, la pesca, la minería y otros.

También se anunció un desembolso de fondos internacionales (con los que Argentina está endeudada) por 1200 millones de dólares próximamente. También un nuevo programa con el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) por 700 millones de dólares.

Habría también ofertas de «Repo» de fondos internacionales. Esto es: el Estado argentino vende bonos e ingresan los dólares de la venta, que entrarían a las arcas del Banco Central; pero lo hace con el compromiso de recomprarlos por el precio original más una tasa de interés. Es decir, el Estado argentino se sigue endeudando. La única manera de pagar es apretar las tuercas del ajuste en los próximos años.

Ajuste a trabajadores, desocupados y jubilados

El 10 de agosto se anuncia un nuevo régimen de movilidad jubilatoria. En el marco general de ajuste fiscal, no puede haber dudas sobre algo: los jubilados van a perder. El gobierno lo anunciará, sin embargo, como una política progresiva. Ya lo hizo antes. Van a ajustar a los jubilados.

Respecto a los planes sociales, otra vez se usaron bellas palabras acerca de la necesidad de que haya «más trabajo». En concreto, el Estado hará una auditoría masiva sobre los beneficiarios de planes, para determinar quién supuestamente lo estaría cobrando «indebidamente». El objetivo es obvio: reducir el gasto en planes sin ninguna garantía de que haya más puestos de trabajo. Al contrario. Sin olvidar que hay más planes sociales que desocupados hoy en día. Si alguien cobra un salario miserable y lo complementa con un plan (situación que está lejos de ser la excepción)… lo más probable es que simplemente le quiten el plan. Trabajar en negro será para muchos algo peor que lo que ya era.

Respecto al salario, básicamente se prometió una reunión entre entidades empresarias y sindicatos. Se supone que la «idea» es establecer un mecanismo de recomposición de los ingresos de los trabajadores. Se trata de un mecanismo de reemplazo de las paritarias. El Estado establece todos los techos y reemplaza con su arbitraje la apertura y reapertura de las negociaciones salariales, intentando así aplacar todo reclamo gremial. 

Centralizarán también los créditos del Estado para las empresas en uno solo, llamado «Crédito Argentino». El programa es por 400 mil millones de pesos. Este anuncio viene con una clara trampa. Ese dinero no implica ni un peso más de dinero del Estado destinado a fomentar la producción. Y lo hacen luego de haber subido las tasas de interés de referencia para que los bancos no vendas los bonos en pesos del Estado. Es decir, se hace mucho más difícil el acceso a los préstamos del Estado a la actividad económica, lo que necesariamente implica restricción de la producción y el comercio, más desocupación, enfriamiento de la economía.

 

 

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