La reorganización del movimiento obrero en Estados Unidos

“Hay un recomienzo de la experiencia histórica de los trabajadores en EE.UU.”

Intervención de Juan Pablo Pardo, del SiTraRepA y organizador del Primer Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas en el panel "Un gigante se levanta". Charla del Cuarto Campamento Anticapitalista del ¡Ya Basta!, sobre las nuevas experiencias de organización del movimiento obrero en Estados Unidos y el mundo.

Bueno, primero que nada, muy feliz de este panel, me parece que está buenísimo y, sobre todo de vuelta pido un aplauso para los compañeros que vienen desde Estados Unidos. La discusión que estamos haciendo acá es muy importante, enmarcándola en la compleja situación mundial y los desafíos que tenemos en el país, con un gobierno ultrarreaccionario que nos impone ataques enormes.

Por eso, poder tener todo este reflejo de lucha de las nuevas experiencias de organización del movimiento obrero en el mundo nos permite ver que también hay una contratendencia en la situación mundial.

El movimiento obrero en Estados Unidos venía de décadas de desorganización, de tres o cuatro décadas de caída de la tasa de sindicalización. Pero ahora la novedad, que es histórica, es que esta situación se está revirtiendo y eso es un contrapeso hacia la izquierda dentro de la situación política internacional.

2023 fue el año con más huelguistas en cuatro décadas

Para arrancar un dato muy importante, en el 2023 en Estados Unidos fue el año con más huelguistas en cuatro décadas. Estamos hablando de que las cosas realmente se empiezan a modificar. Quizás en el día a día en el trabajo cotidiano de organización, cuando los compañeros están cada día durante ocho horas en la puerta de los hospitales, de las universidades, de los aeropuertos, de todos los lugares, cuesta verlo. Pero lo que está recomenzando en Estados Unidos es inmenso y han tenido hechos como por ejemplo, el paro en Kaiser Permanente que nombraba Cindy, que es una de las prestadoras de salud más grandes del país. Fue el paro de salud más grande en la historia de Estados Unidos y sucedió este último año. Así como también el paro de 148 días de los guionistas, muchísimos de esos días parando en conjunto con la huelga de actores, que también siguieron unos tantos días más. Hacía 80 años que no iban al paro en común los guionistas y los actores.

En el paro de las automotrices entró en escena un sindicato de 150 mil trabajadores que consiguió aumentos de salario, consiguió mejores condiciones laborales. Terminó en un triunfo en esa huelga e inmediatamente después lanzaron dos campañas: Una, como decía Rodolfo, es la campaña para proyectar una huelga general hacia el 2028. A nosotros, como en Argentina tenemos tantas urgencias, nos parece dentro de muchísimo tiempo. Pero teniendo en cuenta cómo funciona el movimiento sindical en Estados Unidos, su fragmentación, las trabas para declarar huelgas, no es una pavada plantear que hay que hacer una huelga general. Y de acá a cuatro años, con una campaña que se tiene que construir por supuesto, pero tenemos la oportunidad de ver, por primera vez no sé en cuántos años, una huelga general en Estados Unidos.

El hecho de que se vuelva a plantear una huelga general en EE.UU. habla de un mundo que se está moviendo. Y en un país como es Estados Unidos, con todo el peso de imperialismo, con todos los ataques brutales que hay sobre los trabajadores en ese país, de los que muchas veces no se habla, pero que son enormes, porque las empresas gastan miles de millones de dólares en campañas antisindicales. Conversábamos en estos días con los compañeros, hay carreras donde personas se entrenan y especializan en el “Union Busting”, en destruir todos los intentos de sindicalización de los trabajadores. Son personas que se especializan en eso, las patronales contratan empresas millonarias que se dedican específicamente a ir lugar por lugar de trabajo para derrotar los sindicatos.

Mencionaba también Ricardo en el panel la huelga municipal en Los Ángeles. Cuando se convocó esa huelga veía un titular del Washington Post, uno de los medios más importantes de Estados Unidos, que decía “La Ciudad de Los Ángeles se convierte en la Ciudad de los piquetes” justo cuando confluían la huelga de los trabajadores municipales y con la de Hollywood que ya se venía llevando adelante.

Es una novedad que esté sucediendo todo eso. Y además se fundan nuevos sindicatos y también se consiguen conquistas. Porque los trabajadores van a la huelga y ganan. En algunos casos hubo debates incluso sobre si se podía ganar más. Pero no es que van a la huelga y los derrotan. Todo este año no fue esa la tónica, sino que fue que se reclama, se va a paro y se consiguen aumentos realmente importantes. Los trabajadores vienen acumulando victorias, y eso también es una novedad.

Esta semana veía, y nos comentaban también los compañeros cuando estuvimos en Los Ángeles hace pocos días, sobre la pelea del movimiento Fight for 15. Son los trabajadores de comidas rápidas que, como comentaron recién, hace pocos meses consiguieron pasar una ley que les otorga un salario mínimo de 20 dólares la hora. Para que se den una idea, el salario mínimo en California es de 15,50 la hora, así que el salario mínimo para los trabajadores de comidas rápidas es considerablemente más alto, 30% más alto. Y el salario mínimo federal en Estados Unidos es de 7 dólares a la hora. Así que pueden darse una idea de lo que significa eso de haber logrado esa conquista. Y también lograron la creación de un Consejo de Comidas Rápidas, donde por primera vez los trabajadores pueden sentarse a discutir aumentos y condiciones laborales. Es en ese marco que los compañeros dieron el paso de constituir el Sindicato de Trabajadores de Comidas Rápidas de California.

La pelea por condiciones laborales y por la formación de los sindicatos

Entonces, esto habla de que hay un proceso de recomposición sindical inmenso. Pero la cuestión es: ¿Cómo es esa pelea? La cuestión es que hay dos luchas que se dan en paralelo y que son fundamentales. Por un lado están todos los paros, los conflictos de los sindicatos ya constituidos, por ejemplo los guionistas, los actores, las automotrices. Dan la pelea por mejoras de sus condiciones de trabajo, por aumento de salario, etc. Y por el otro lado está la pelea por lograr constituir los sindicatos. Es a esto lo que se dedican los compañeros que nos acompañan hoy del SEIU, que son parte del departamento de “external”, y trabajan en la sindicalización de nuevos sectores. Buscando sumar nuevos compañeros, nuevos trabajadores, a ser parte de y fundar los sindicatos.

En EE.UU. no es como acá en Argentina donde uno entra a trabajar y ya tiene sindicato. Incluso en algunos lugares casi que después de pasar por recursos humanos, te hacen pasar por la oficina del gremio a firmar que estás afiliado. Bueno, allá no es así, los compañeros tienen que hacer toda una campaña, donde obviamente las patronales no te dejan entrar a los lugares de trabajo. Hay que hablar con los compañeros desde afuera, donde te mandan a la policía para sacarte, donde te hacen 10 millones de maniobras. Con esa campaña, para constituir un sindicato los compañeros tienen que lograr que el 30% de los trabajadores firme una tarjeta para pedir la elección del sindicato. Después, la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo llama la elección, varias semanas después, y en el medio las patronales se dedican a seguir con todo su campaña de Union Busting para “convencer” (y amenazar) a los trabajadores para que no tengan el sindicato. Y después de eso hay que ir a esa elección donde hay que ganar con el 51% de los votos por lo menos. Recién ahí se constituye el sindicato, pero luego de eso hay que conseguir hacer el primer contrato que sería más o menos un convenio colectivo. Y muchas de las empresas, el símbolo de eso son Starbucks y Amazon, se niegan. Entonces hay un sindicato que está aprobado legalmente, pero las empresas se niegan a negociar.

Entonces la pelea por la sindicalización en sí misma es una guerra de clases contra las patronales. Te enfrentas a todo ese proceso y, repito, a los miles de millones de dólares que las empresas destinan a campañas antisindicales. Hay varios documentales, por ejemplo, sobre el caso de Amazon que es muy famoso, donde se muestra lo que hacía la patronal, que incluso llegaba a modificar cómo se organizaban los semáforos de la ciudad para que los organizadores de sindicato no pudieran abordar los trabajadores antes de que lleguen al almacén. Así que es con eso con lo que se están enfrentando cuando dan la pelea por la sindicalización.

Las razones de la oleada de huelgas

Una importante pregunta que nos podríamos hacer es: ¿De dónde viene esta oleada de huelgas? En el intercambio que teníamos con los compañeros del SEIU, nos comentaban que tiene que ver con varios factores. Algunos de esos que tienen que ver con un efecto rebote de la pandemia, donde los trabajadores esenciales estuvieron a la cabeza, al igual que en todo el mundo de garantizar que funcione todo. Pero pasado ya un par de años empiezan a exigir, “Bueno, ¿dónde está lo que me toca a mí?”

En segundo lugar, hay un hecho también importantísimo en todo el mundo y que sale en los últimos días sistemáticamente en los medios de comunicación, de lo que son las ganancias siderales de los capitalistas, en particular en Estados Unidos. Quizás lo vieron, en las últimas semanas se veía en los medios lo que son las fortunas de Elon Musk, de Mark Zuckerberg. Se habla incluso de que en los próximos años podría haber trillonarios en dólares mientras que los trabajadores cobran el salario mínimo federal en Estados Unidos de 7 dólares a la hora. Veía el otro día en redes sociales una publicación que decía que si una persona hubiera ahorrado 10 mil dólares por día desde que se construyeron las pirámides de Egipto, ni siquiera así tendría la mitad de la fortuna que tienen Mark Zuckerberg o Elon Musk. Esa es la dinámica, donde hay una oposición gigantesca entre la situación de los trabajadores y las ganancias obscenas de esos capitalistas que viven de explotarlos.

 

En tercer lugar, por efecto de las campañas anti-inmigrantes, del envejecimiento de la población y de los ataques a los trabajadores, hay menos fuerza laboral e incluso lugares de trabajo donde falta personal. Eso hace más difícil a las patronales decir “Bueno, te despido” porque sino le siguen faltando trabajadores. Entonces eso también les da más fuerza para poder seguir peleando.

Un recomienzo pero lleno de potencialidades

Sobre ese proceso también hay, obviamente, observaciones que podemos plantear, como que es un proceso obviamente sindical. No estamos hablando de que se está construyendo la revolución en Estados Unidos, al menos no por ahora, aunque esperemos que vengan pronto. El problema es que lo sindical y lo político aparecen como algo disociado. Por un lado el trabajo sindical que se hace todos los días y todas las peleas con las condiciones de los trabajadores. Y por otro lo político, como si no tuviera nada que ver. Hay que ponerse en contexto de lo que es el sistema bipartidista de Estados Unidos, donde todo se resuelve en las altísimas esferas del Congreso y la rosca entre los Demócratas y los Republicanos.

Pero eso no significa que no haya intereses políticos entre los trabajadores. Sin ir más lejos, los compañeros presentes en el campamento son la expresión de eso, no hace falta ni explicarlo. Pero también, el movimiento laboral en Estados Unidos viene teniendo por ejemplo una expresión enorme en el apoyo a la causa palestina Palestina, en el apoyo a distintos movimientos de lucha, como Black Lives Matters, el Me Too. Todo eso habla de que lo que aparentemente está separado, en realidad tiene muchísimos vasos de conexión. Y si bien obviamente hay una traba muy grande, que es todo el inmenso aparato del partido Demócrata, que es realmente gigantesco, que le pone límites a los sindicatos, que busca que los sindicatos simplemente les financien y les militen las campañas electorales. Porque bueno, “si no viene Trump”. Pero a cambio de eso el partido demócrata es una traba para poder organizarse.

Sin embargo, ya empiezan a aparecer indicios de que hay otra cosa que se mueve. Entre los trabajadores activistas hay muchísimo repudio a Biden, por ejemplo, por toda su actuación con Palestina. Le dicen “Genocide Joe”, “Joe Genocida” por su política de apoyar al genocidio en Gaza.

Y aparecen también organizaciones independientes, como es el caso del Amazon Labor Union. A uno de esos compañeros lo conocimos en el Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas y tenemos una muy buena relación. Por ejemplo Chris Smalls, el presidente del sindicato de Amazon, habla sistemáticamente de la necesidad de construir un partido laborista en Estados Unidos. Bueno, que se hable de construir algo distinto del bipartidismo clásico es una cuestión de una importancia inmensa.

Obviamente el salto de lo sindical a lo político es difícil, pero el proceso, hay que tenerlo en claro, es inmensamente progresivo, porque los trabajadores empiezan a levantarse, empiezan a reclamar, empiezan a ganar, empiezan a tener nuevos dirigentes, empiezan a movilizarse de a miles, como decía Cindy.

¿Cómo se consiguieron las conquistas del último año? Se consiguieron con la movilización, y también apelando a más sectores, fue enorme la solidaridad que tuvieron todas las huelgas. Las encuestas decían que incluso dentro de los votantes del partido Republicano había mayor simpatía que rechazo por la huelga automotriz. Trump, por ejemplo, fue a dar un discurso durante el conflicto en una de las plantas automotrices, por supuesto una no sindicalizada. Pero no fue hablar en contra de la huelga, fue decir como supuestamente le iba a solucionar todos los problemas del mundo, pero no pudo ir a decir “No, los sindicatos son una basura” por el nivel de apoyo que tenía la huelga.

Obviamente hay tareas por delante, que tienen que ver con sacarse de encima a los dirigentes burocráticos, con que los trabajadores confíen en sus propias fuerzas, con construir un partido propio, con sacarse encima la traba que es el partido Demócrata para poder dar la pelea hasta el final.

Pero la cuestión es que estamos en una nueva etapa a nivel mundial, donde se rompen los equilibrios. Parte de eso también es la brutalidad y el contraste insoportable de tener los multimillonarios cada vez más ricos y los trabajadores cada vez más pobres. Es un mundo que hoy está hacia la derecha pero es un mundo con polarización, es un mundo con recomienzo de la experiencia de organización de los trabajadores. Eso es un elemento histórico y fundamental porque no es lo mismo tener un mundo donde la cosa se mueve, donde hay un recomienzo de la experiencia histórica de los trabajadores en EE.UU., que un mundo donde no pasa nada.

Todo eso da una proyección inmensa y son sobre todo entre las nuevas generaciones, las que están a la cabeza de dar esa pelea. Entre los jóvenes el apoyo a los sindicatos es enorme, al igual que en la mayoría de los movimientos de lucha. Ese el proceso que se está dando en Estados Unidos es un contrapeso a la izquierda de la situación política internacional.

Por supuesto hay dificultades, como son la proyección hacia lo político, también que este año hay elecciones en Estados Unidos, y Trump tiene fuerza de cara a esas elecciones y puede imponerse. Pero lo que comenzó no es algo que pasa en un año. Hay un proceso de recomposición que es un hecho. Por supuesto, parte de un piso bajo de sindicalización, no son las tasas históricas, no son las huelgas de fines del Siglo XIX, no son las huelgas del ´30. Pero las novedades son constantes y el movimiento crece por todos lados. Por ejemplo en las redes sociales el sindicato de Starbucks todos los días está subiendo las nuevas tiendas que sindicaliza. Desde ya que es una tarea enorme, porque tienen que sindicalizar 9.600 tiendas en todo el país, pero desde que comenzó la primera en diciembre de 2021 estamos llegando a 400 y eso significa que sindicalizan en promedio en una tienda cada dos días. Hoy hay estudios que hablan de un 65% de la población que opina que los sindicatos son buenos en Estados Unidos después de años de macartismo, de años de ataque sobre la sindicalización.

Hay que potenciar el proceso de organización de los trabajadores

Para cerrar, la idea que quería traer es que la irrupción de los sindicatos, la irrupción de la pelea por la sindicalización y las huelgas, es una pelea por el derecho a la organización de los trabajadores. Es el derecho a la organización del movimiento obrero y eso es algo incluye todas las peleas que se vienen desarrollando y todas las peleas que están por delante. Pero también en la medida que se sigan desarrollando estos debates, supone la posibilidad de la irrupción de la pelea por la organización de los trabajadores por sus propios intereses, para poder construir sus partidos para dar la pelea contra este sistema. Es en ese en ese camino que queremos seguir confluyendo para los compañeros, seguir trabajando en común, seguir construyendo y formando acciones como ese este Congreso Internacional. Es una locura porque es una experiencia fundacional, es todavía de vanguardia por supuesto, pero es un nuevo sector de trabajadores que no estaba sindicalizado y comenzamos a organizarlo. Y también es fundacional en el sentido de que recoge tradiciones históricas. En el Congreso teníamos un lema, “Trabajadores de plataformas del mundo, unámonos”, que retoma la tradición y las consignas históricas de la Primera Internacional.

Que se plantee eso, que se retome una tradición que aparecía pérdida, que aparecía separada de la experiencia, y poder recogerla al calor de un nuevo sector de trabajadores que se organiza, una nueva generación, es algo inmenso. Son estas nuevas generaciones a las que están llamadas a protagonizar las peleas que se vienen y en ese en ese marco el vamos a hacer en abril de 2025 el Segundo Congreso Internacional, sumando a más países, sumando a más sectores de la clase obrera de Estados Unidos que se organiza, que viene fundando sus sindicatos, que viene dando la pelea es un mojón enorme. Desde el SiTraRepA, desde el Nuevo MAS y la Corriente Socialismo o Barbarie tenemos un interés enorme por seguir desarrollandolo, porque nos pone a la cabeza de uno de esos espacios de organización que plantean cómo coordinar y cómo preparar la pelea internacional. Como comentaban en el panel, el avance que se da a nivel del trabajo de plataformas y el “Gig work” es inmenso y es la punta de lanza de los ataques del capitalismo contra los trabajadores en todo el mundo. Y podemos decir con mucho orgullo que somos parte de construir estas experiencias fundacionales que permiten coordinar trabajadores de un montón de países para dar la pelea contra todo eso.

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