Después de mucha lucha en las calles y en los Tribunales, se logró la condena a dos de los integrantes de las fuerzas represivas que actuaron en la represión que costó la vida de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Uno de los condenados a cadena perpetua por el crimen, el ex cabo de la Policía Bonaerense Alejandro Acosta fue beneficiado con la libertad condicional.
Los familiares y amigos de Darío y Maxi, en un comunicado, en el que saludan la lucha de estudiantes y trabajadores en defensa de la Universidad pública, repudian esta liberación y exigen el debido juicio a los responsables políticos de la Masacre, ocurrida el 26 de junio de 2002.
El crimen provocó el tembladeral del gobierno de Eduardo Duhalde, que ocupaba el cargo de presidente interino en ese momento convulsionado y generó un masivo repudio de la juventud y las mayorías populares. La amplia movilización logró la condena a los autores materiales. Ahora, desde la misma Justicia, le abren la puerta de la celda a uno de ellos, además de no avanzar la causa sobre los responsables políticos de los crímenes.
En una fecha emblemática, donde recordaremos siempre al luchador y militante Mariano Ferreyra, nos hacemos eco del reclamo y exigencia de familiares y amigos de Darío y Maxi y, junto a ellos, seguimos reclamando juicio y castigo a los responsables políticos y vuelta del policía Alejandro Acosta, al lugar donde tiene que estar: la cárcel común y efectiva.