Uno pensaría que casi 100 facultades tomadas serían una señal de alarma para que el gobierno de Milei bajo los decibeles de agresión contra el sector educativo. Pero Milei elige fingir demencia y continuar su bravata oscurantista como si nada. La desconexión entre el discurso oficialista y la realidad social del país es absoluta.

La situación cambió con la entrada en escena del Estudiantazo. Miles de estudiantes están haciendo despertar a cientos de miles de personas, que defienden sentidamente la Universidad Pública y no están dispuestos a entregarla sin luchar. Veamos algunos ejemplos en las últimas declaraciones del ultraderechista, plagadas de fake news antieducativas.

1. «La verdad incómoda en la Argentina es que la universidad pública nacional no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y de la clase alta y media alta, en un país donde la gran mayoría de los niños son pobres».

No hay ninguna verdad en este «argumento» que es en realidad una burda mentira. Las estadísticas oficiales del INDEC indican que el 48% de los estudiantes de universidades públicas están por debajo de la línea de pobreza. Sólo un 15% de los estudiantes de la universidad pública pueden ubicarse dentro de los deciles de la «clase media o alta». Además, sólo en el primer trimestre del gobierno mileísta el índice de pobreza entre los estudiantes universitarios creció un 14,7%.

2. «Si no quieren ser auditados es porque están sucios. No quieren las auditorías para seguir defendiendo el robo”.

Otra mentira pérfida. Las universidades ya son auditadas, tanto internamente como externamente por la Auditoría General de la Nación (AGN). A Milei no le interesa el «control de gastos» sino meter mano en el financiamiento universitario desde el Ejecutivo, violando la autonomía universitaria y lo establecido por la Constitución Nacional. Por eso propone «auditar» las universidades desde el ministerio de Sandra Pettovello, quien no tiene ninguna competencia legal para hacerlo.

Si el interés del gobierno fuera auditar… entonces impulsaría auditorías. Pero hasta es sabido que el gobierno no cumplió con ningún paso formal para auditar nada. Lo que está en discusión son los salarios universitarios, la segunda fase de este conflicto comenzó con una paritaria de miseria. Y los salarios de docentes y nodocentes están a la vista, son de público conocimiento. La excusa de las auditorías es peor que mala, es un relato y mentira evidente.

3. «Queremos terminar con las filtraciones del dinero que llega y se queda en el medio, con autos caros de 90 mil dólares y choferes que cobran 13 millones de pesos».

Esta declaración se fundamenta directamente en una fake news difundida en Twitter / X por una troll libertaria con nombre falso y que ya fue desmentida públicamente. Ya dijimos que el 48% de los estudiantes universitarios están bajo la línea de pobreza. Si se miran los salarios docentes, al menos el 70% de los trabajadores universitarios están en situación de pobreza.

Y la estadística asciende aún más en algunas regiones. En la Universidad del Nordeste, un 80% de los docentes cobran sueldos bajo la línea de pobreza.

4. «Producto de su propuesta educativa y del progreso económico que aquella generación liberal aseguró, algunas décadas después, Argentina se convirtió en el primer pueblo de la historia humana en erradicar el analfabetismo».

El nivel de mistificación histórica de este argumento demuestra el encarnizado oscurantismo de Milei y su gobierno. Bajo los mandatos de la «generación liberal» que Milei glorifica, el analfabetismo se mantuvo en niveles altísimos, aún comparados con otros países en la misma época.

En 1914, nuestro país todavía tenía 36 por ciento de analfabetismo. 30 puntos por arriba de Estados Unidos y casi 25% más que países como Canadá y Australia, en el mismo año. A años luz de «erradicar el analfabetismo», la supuesta «época dorada liberal» fue un proceso marcado por el genocidio contra los pueblos originarios y super explotación de los trabajadores, especialmente de la mano de obra inmigrante. La «civilización liberal» que reivindica Milei estuvo manchada desde el inicio por la barbarie capitalista.