Argentina recibirá u$s 4300 millones del FMI, pero se utilizarán para pagar más deuda

La rueda de la deuda sigue girando. Mientras se prioriza quedar bien con los especuladores y "los mercados", se ajustan los salarios, las jubilaciones y aumenta la pobreza y el empleo precario.

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Con el objetivo de asistir a sus países miembros a recuperar la economía después de la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó este lunes un paquete global de u$s650.000 millones.

Repartido de manera proporcional a sus 190 miembros según su aporte al capital del Fondo, esto significa que Argentina recibirá $4.300 millones de dólares extra, que se suman a la deuda de u$s57.000 millones tomada por el gobierno de Mauricio Macri en 2018. Aquél monto fue el acuerdo más grande de la historia del FMI.

El organismo confirmó que los fondos serán acreditados al país a fines de este mes. Técnicamente, se trata de Derechos Especiales de Giro (DEG), un asiento contable que en los hechos funciona como una especie de «moneda propia» del FMI.

El país enfrenta pagos de intereses en septiembre y noviembre, pero los pagos fuertes de capital serán el año que viene (u$s17.000 millones, aprox.) y en 2023 (u$s18.000 millones, aprox.). Pero se espera que antes de esos compromisos Martín Guzmán llegue a un acuerdo con el Fondo para reprogramar los pagos.

Este lunes, Argentina pagó al Fondo u$s 345 millones con reservas. De esta manera, el gobierno confirma que su prioridad sigue siendo el pago de la deuda, aunque la situación social del país sea crítica: con 42% de pobreza, una inflación galopante que está pulverizando los salarios y con registros históricos de precariedad laboral. A pesar de la gravedad de esta situación, el oficialismo prefiere quedar bien con «los mercados».

Deuda para pagar deuda

En febrero, una carta abierta de un grupo de senadores muy cercanos a Cristina Kirchner anunciaban que el dinero que podría llegar del FMI (en ese entonces aun no estaba confirmado) no se destinaría al pago de la deuda sino a la ayuda social, sanitaria y económica para enfrentar la pandemia.

Pero las esperanzas del sector «progresista» se esfumaron cuando, el 9 de julio pasado, el gobierno confirmó que utilizaría los fondos extra para cancelar los vencimientos de deuda con el FMI previstos para este año. Por ironía del destino o por puro cinismo, el Día de la Independencia el gobierno desembolsó un nuevo pago de cientos de millones de dólares al Fondo. Todo un síntoma.

En efecto, estos u$s4.300 millones se utilizarán para cubrir los pagos que están pautados para septiembre, noviembre y diciembre de este año. Es decir, continúa el círculo vicioso de todos los gobiernos en el que la deuda se paga con más deuda, y así ad infinitum.

Mientras el país ya desembolsó sólo en la mitad de este año más de u$s6.000 millones para pagar deuda externa en todo concepto (es decir no sólo con el Fondo, sino también con acreedores privados y organismos multilaterales y bilaterales), el gobierno aplica un duro ajuste mientras sigue la pandemia. Jubilados, salud, educación y salarios estatales, entre otros, son sólo algunos de los ítems en donde el gobierno recorta, mientras que para los organismos extranjeros y los especuladores no duda en poner dólar sobre dólar.

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