30 de abril de 1981: Un minuto que adelantó el reloj de la resistencia obrera

“Las Madres no estuvieron solas”. Ese era el titular del periódico del Partido Socialista de los Trabajadores después de la marcha convocada por las Madres de Plaza de Mayo el 30 de abril de 1981, en la cual hubo una concurrencia de 2.000 personas.

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Por “arriba” se había logrado una convocatoria unitaria de los organismos y personalidades de derechos humanos y por “abajo” se sumaron al grupo de Madres que se movilizaban desde 1977, jóvenes y trabajadores. Entre ellos, una delegación de la fábrica Mercedes Benz, que tenía 8 trabajadores desaparecidos denunciados ante los tribunales, aunque 16 es el número de las víctimas de la represión en la empresa.

Como expresamos en otras notas desde estas páginas, el 27 de abril de 1979 fue un antes y un después que marcó el recomienzo de la pelea contra la dictadura con la incorporación de sectores importantes del movimiento obrero.

Desde ese mojón hasta su huida final, hubo otras Jornadas en las que se avivaron las llamas de esa resistencia. En estas líneas queremos referirnos a una de ellas, en la que, trabajadores de una fábrica de mucha tradición de lucha y de organización independiente, fueron a la ronda de las Madres a Plaza de Mayo a reclamar por sus desaparecidos e hicieron un minuto de silencio en la planta en todos los turnos.

Los trabajadores de Mercedes Benz: tradición de lucha que se plasmó en la calle junto a las Madres

Los trabajadores de esta empresa, como parte del amplio cordón industrial del Gran Buenos Aires, fue parte de la primera línea que enfrentó los planes capitalistas y burocráticos, para derrotarlos y construir una sociedad más equitativa.

Su comisión interna, llamada Comisión de los Nueve, que había desplazado a los dirigentes burocráticos del SMATA de sus cargos, integraba la Coordinadora Interfabril de la Zona Norte. Esas direcciones independientes fueron las que sufrieron, junto con otros sectores, el ataque más feroz.

El 20 de marzo de 2019 comenzó el juicio que puso blanco sobre negro, sin medias tintas y con testimonios tan crudos como cristalinos de los compañeros de trabajo de los secuestrados que se presentaron en el tribunal, sobre quiénes “cortaban el bacalao”. Quiénes eran los referentes empresarios que recibían en sus oficinas y actuaban en forma coordinada con los oficiales de las fuerzas de seguridad para que reprimieran, incluso dentro del predio de la fábrica.

Estas son partes de dos de las declaraciones efectuada en la audiencia del 12 de junio ante el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín: “La testigo experta propuesta por el CELS, Victoria Basualdo (…) la elección de la Comisión de los Nueve, diferenciada de SMATA, permite explicar lo que sucedió a partir de 1976 con la desaparición de obreros de la planta de González Catán. La fábrica pasaron de ser un espacio de trabajo a un escenario de represión; y los ciclos de procesos represivos, vinculados con momentos de confrontación por reclamos sindicales. Apenas ocurrido el golpe de Estado, los Nueve fueron convocados por el ejército y amenazados. (…)

Marcelo Barab también trabajó en Mercedes Benz entre 1977 y 1981. Relató las condiciones insalubres de trabajo y los reclamos que se hacían. Contó que luego de los secuestros de sus siete compañeros, en agosto de 1977, quisieron hacer una asamblea en la planta. Como respuesta recibieron disparos de parte de militares que estaban adentro de la fábrica, sobre unos Unimog: ‘Dispararon al piso para amedrentar, sino nos hubieran matado a todos’.” (Mercedes Benz: secuestros y torturas para ahogar los reclamos sindicales, CELS, Memoria, Verdad y Justicia, 12/6/19)

MB retomó la pelea por sus condiciones de trabajo, su salario y por sus desaparecidos

Con el proceso iniciado de resistencia del movimiento obrero en el 79, Mercedes Benz fue una de las fábricas que hizo punta. Comenzaron con reclamos a fines del 79, que continuaron en escalada en los 80, con un quite de colaboración por aumento salarial. Medida que se tomó repetidamente a lo largo del año y en octubre lograron, después de 20 días de mantener el quite, una compensación del 13% superior a la inflación. El año 1981 comenzó con caída de la producción y los consecuentes despidos, a lo cual se respondió con paros de 1 hora por turno para el 9 de abril. El conflicto fue in crescendo a lo largo del año. Lo remarcamos aquí porque es en este contexto, de pelea aguda en la planta, cuando los compañeros se movilizan por sus desaparecidos.

Y llegaron a la Plaza. Se unificó, como símbolo pequeño en dimensión, pero de un gran valor de clase, la pelea por la Aparición con vida de los luchadores desaparecidos. La vanguardia de las Madres tuvo a su lado a la vanguardia de los trabajadores que no se rindieron y retomaron la pelea en primera fila contra la dictadura. La Plaza no fue sólo de las Madres, fue de Todos los Luchadores.

Y los de Mercedes Benz, en la primera línea, no bajaron los brazos: en asamblea general del 2 de setiembre de 1982 levantaron, en un punto de un pliego de reivindicaciones: “clarificación por parte del gobierno de los desaparecidos de MBA”. (Pozzi, 2008, 82; Luchas Obreras Argentinas, 1984).

A partir de esa Jornada las Madres realizaron la Marcha de la Resistencia anualmente, con acompañamiento de la juventud y de otros sectores populares. Actualmente es el 24 de Marzo el día de la convocatoria de los que seguimos la lucha por Memoria, Verdad y Justicia, los que seguimos en las calles reivindicando la lucha de los 30.000 y reclamando justicia por los crímenes de ayer y de hoy y por la entrega a los organismos de derechos humanos de todos los archivos de la dictadura escondidos bajo siete llaves.

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