Se satura el sistema de salud

La política de apertura total de la cuarentena sin una inversión sistemática en reforzar el sistema de salud comienza a demostrar tener graves consecuencias.

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El gobierno nacional de Fernández ha tomado una decisión cuyo resultado empieza a ser la saturación del sistema sanitario, tanto por el estrés del personal de Salud que ha tenido su máxima expresión en una cruda carta de la Sociedad de Terapia Intensiva nacional, como por la ocupación de camas de terapia intensiva que en algunos casos puntuales ha llegado al 100%.

El gobierno nacional que apostó a la “normalización” enviando a millones a trabajar aún sin ser esenciales, movido por la exclusiva preocupación de garantizar las ganancias empresariales, pone en riesgo el esfuerzo sanitario hecho por la sociedad durante meses. Fernández inició un operativo cuya finalidad es correr del centro de la política nacional la pandemia ante su incapacidad de actuar con una perspectiva sanitaria consecuente que implica destinar recursos económicos al sistema de salud empezando por los trabajadores y trabajadoras, y garantizando la posibilidad mantener el aislamiento aquellos cuyas labores no son esenciales. Aún así el tema pandemia puede volver a colocarse como eje por fuerza propia en los próximos días, y en caso de ir a un desastre generalizado, infringirle una crisis política directa a un gobierno que sigue mirando para otro lado mientras los números de contagios no paran de crecer.

La situación sanitaria se encuentra en el umbral de la saturación. El contagio comunitario en Argentina se ha extendido a varias provincias lo cual ha implicado un salto en los números de infectados diarios y un incremento en las muertes. Anoche un nuevo record dejó la cifra de 12.026 nuevos casos y 245 muertes.

El salto en los números se explica por el incremento de casos en provincias donde el contagio era bajo y ha pasado a una fase de contagio comunitario. Es el caso de Córdoba (449), Jujuy (357), Mendoza (544), Santa Fe (764), y otras con números por encima de los 100 contagios diarios como Neuquén, Chaco, Entre Ríos, Río Negro y Santa Cruz. Junto con esto también se verifica un incremento tanto en la Provincia de Buenos Aires (6990) y CABA (1411) poniendo en cuestión la idea de que haya una tendencia al achatamiento en la curva de contagios del AMBA. Esta mañana el reporte parcial del día emitido por el Ministerio de Salud de la Nación habla ya de 9.468 casos y 107 nuevas muertes durante las primeras horas del viernes 4.

“Sentimos que no podemos más”

Esta es una de las frases tantas frases contundentes de la carta emitida días atrás por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) en la que alertan que la situación de los trabajadores de la salud es desesperante. El colapso podría abrir una crisis sanitaria aún con disponibilidad de camas de terapia intensiva.

Entre otras cosas, los trabajadores denuncian que, debido a los bajos salarios que reciben luego de extensas jornadas laborales, deben trabajar en varios hospitales para poder llegar a fin de mes, lo cual demuestra que la política del gobierno nacional de cuidar al personal de salud garantizando un ingreso para evitar el desastre sanitario ha sido nula.

“Terminamos una guardia en una Unidad de Terapia Intensiva y salimos apresuradamente para otro trabajo. Necesitamos trabajar en más de un lugar para llegar a fin de mes. Por horas y horas de trabajo estresante, agotador, pese a ser profesionales altamente calificados y entrenados, ganamos sueldos increíblemente bajos, que dejan estupefactos a quienes escuchan cual es nuestro salario (…) sentimos que no podemos más, que nos vamos quedando solos, que nos están dejando solos; encerrados en la Unidades de Terapias Intensivas con nuestros equipos de protección personal y con nuestros pacientes, sólo alentándonos entre nosotros” (Carta abierta de SATI)

Queda en evidencia que la política sanitaria del gobierno no ha tenido como eje a los trabajadores de salud y las consecuencias podrían ser muy graves. Junto con esto, también comienzan a registrarse ocupaciones de camas al 100% en algunas provincias, como el caso de Cipolletti (Río Negro) donde un paciente de 80 años fue excluido de una cama de terapia intensiva por falta de disponibilidad. Esta situación comienza a en replicarse Jujuy, La Plata e incluso CABA donde la ocupación de camas pero también el estrés del personal ponen al límite la capacidad de atención.

La conocida periodista científica del diario La Nación, Nora Bar, daba señales de alarma en este sentido “Saturación del sistema da Salud (….) No, no está todo bien”. Refería a la situación que se vive en el hospital Vélez Sarsfield en CABA donde una paciente de 87 años tuvo que ser internada en una sala de terapia común por falta de camas de terapia intensiva, y falleció sin respirador.

En este sentido el reporte de ocupación de camas del Ministerio de Salud que habla de un 68% en AMBA y 60% a nivel nacional, no deja de ser un índice extremadamente parcial al momento de apreciar la situación de riesgo de colapso sanitario. “Sentimos que los recursos para salvar a los pacientes con coronavirus se están agotando. La mayoría de las Unidades de Terapia Intensiva del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación. Los recursos físicos y tecnológicos como las camas con respiradores y monitores son cada vez más escasos. La cuestión principal, sin embargo, es la escasez de los trabajadores de la terapia intensiva, que a diferencia de las camas y los respiradores, no pueden multiplicarse.” (Carta SATI)

Aunque el gobierno decida mirar para otro lado el peligro de un colapso del sistema sanitario es hoy más que nunca uno de los grandes asuntos nacionales. Una crisis que acecha al gobierno nacional como la sombra al cuerpo.

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