El gobierno anunció que financiará a las escuelas privadas para «asistir a aquellos padres que no puedan pagar la cuota». Se redobla el ataque a la educación pública con un desfinanciamiento brutal y una transferencia de recursos hacia los privados. Para Milei y su gobierno, no hay nada que merezca existir si no sirve para llenar los bolsillos de los ricos.

Además el gobierno anticipó que habrá vouchers para útiles como forma de contener a la clase media después de los brutales aumentos de precios, pero no se explicó ningún para la distribución. Lo que sí está claro es que va en el mismo sentido, transfiriendo recursos de la educación pública al ámbito privado.

Cómo si esto fuera poco también se seguirá eximiendo del pago de aportes patronales a estos colegios, política que se viene implementado desde 2001 a la fecha. Es notable cómo en este caso el gobierno no ha tenido problema en mantener una política que ya tiene mas de 20 años, su único criterio es ayudar a los empresarios y sus negocios.

Desfinanciamiento de la educación pública

La mentira de pretender «ayudar a los padres que no pueden afrontar los aumentos de los colegios privados» no resiste el menor análisis. Lo que hay aquí es un uso demagógico de una problemática que él mismo gobierno creó y que tiene como objetivo la destrucción de la educación pública.

La magnitud del desfinanciamiento de la educación pública es inédita. Las universidades públicas han advertido sobre su situación catastrófica, en la mayoría de los casos solo podrán funcionar hasta abril. El pago de los salarios docentes de la provincias también se ven amenazado y es probable que no comiencen las clases. El vocero del gobierno, Adornis, ha negado la existencia del fondo de incentivo docente en una clara provocación.

Se asoman los vouchers y se transfieren los recursos

Es de este ajuste brutal que surgen los fondos necesarios para este tipo de iniciativas. Puede decirse también que es una incipiente voucherización de la educación, con todos los problemas que el sistema de vouchers implica.

El sistema de vouchers tienen como ejemplos a Chile y a Suecia. Entre sus consecuencias se encuentra una altísima segregación entre escuelas para ricos y escuelas para pobres, la precarización de las condiciones laborales de los maestros y la implementación de una pedagogía «productivista» basada en dibujar resultados. Además se convierte a la educación en un negocio en el cual la familias se endeudan para poder enviar a sus hijos a la escuela. La educación voucherizada ataca el principio fundamental del sistema educativo moderno: garantizar un piso mínimo de igualdad de oportunidades.