Finalmente, el tan esperado nuevo acuerdo con el Fondo, el salvavidas de Massa en la etapa final de la campaña electoral hacia las PASO, llegó el día de hoy. No podía ser de otra manera: el nuevo acuerdo sacrifica a la clase trabajadora frente al altar de las ganancias empresarias y los deberes para con el FMI.

El fracaso del acuerdo anterior, con sus plazos, se debió según el comunicado del FMI tanto a la sequía como a la política del gobierno. Una parte del acuerdo, que incluía más recortes de gastos del Estado, no se implementó en el primer semestre del año. Respecto a lo que esperaba el Fondo, el recorte de los gastos de los gastos del Estado debería haber sido de unos 700 mil millones de pesos más. El ajuste se hizo, de todas formas, y es lo que vivimos millones con los tarifazos permanentes.

La sequía implicó que muchos de los dólares que se esperaba ingresen a las arcas del Estado vía retenciones finalmente nunca lleguen. La producción agropecuaria argentina tuvo una caída muy grande. Según proyecciones, las exportaciones totales de Argentina pasarían de 88,4 mil millones en 2022 a 71 mil millones en 2023. La caída de ingresos del Estado por la sequía es ahora la excusa perfecta para descargar ese peso en las mayorías trabajadoras argentinas.

El acuerdo con el FMI estipulaba un recorte del déficit fiscal primario (es decir, todos los gastos menos los pagos de deuda) para llegar 1,9% del PBI anual. Y eso sólo se puede hacer subiendo algún impuesto (por ejemplo, a los más ricos) o ajustando otra cosa (por ejemplo, los subsidios al consumo de electricidad). ¿Cuál eligieron el Fondo Y Massa? No es necesario ni decirlo, porque no es un secreto para nadie. Millones de trabajadores van a pagar las retenciones que no pagó el campo.

«¿Pero no es inevitable por la sequía?» dirán algunos. No es inevitable pagar una deuda de la que no vimos ni un dólar, podemos responder. Pero hay más: sí, las exportaciones cayeron, y mucho… pero cayeron respecto al récord absoluto del año pasado. La sequía tuvo mucho impacto, sí. Se proyecta una caída anual muy grande del valor total de las exportaciones, sí. Pero esa proyección, de 71 mil millones de dólares, sigue siendo relativamente muy alta, altísima. Sí, es de las más altas de los últimos 10 años. Por supuesto que también subieron las importaciones, y por algo la agonía permanente de dólares no se detiene. Pero los patrones del campo siguen teniendo ganancias inmensas sin poner un sólo dólar de más. En cambio, el pueblo trabajador pone todo de su bolsillo.

Los puntos del nuevo acuerdo

Déficit fiscal: el objetivo de alcanzar en todo el año un déficit fiscal del 1,9% del PBI es mantiene intacto respecto del acuerdo anterior.

Gasto público: Para alcanzar el objetivo anterior, por no ponerle ni un nuevo mísero impuesto a los ricos, los recortes de gastos se enfocan en los trabajadores y el pueblo. El comunicado del FMI habla explícitamente de la «necesidad» de «reducir la masa salarial». Los trabajadores tienen que perder más. Dicen luego que se tienen que «enfocar mejor» los programas sociales. Hay que ajustar también a los más pobres y recortar planes sociales. Piden también «actualizar las tarifas», que es más y más aumentos de tarifas. Nada dijeron esta vez de los jubilados, el FMI parece darse por satisfecho con haber reducido sus ingresos en 8% en términos reales en los primeros seis meses del año. Al menos por ahora.

Reservas: el Banco Central perdió 19 mil millones de dólares en los que va del 2023. Sus números no están ya en rojo, sino en alguna variante de rojo intenso, muy intenso: en términos netos tiene reservas negativas por más de 7.400 millones de dólares. En el nuevo acuerdo, el objetivo de reservas netas para este año pasa de 8 mil millones a mil millones de dólares. En esto el FMI cede, con el ajuste no.

Emisión: el BCRA no puede emitir para financiar déficit. Es una receta neoliberal antiinflacionaria que casi nunca funciona. Macri lo hizo, de hecho, y la inflación en su gobierno nunca cejó. Pero ahí está la medida y es parte del acuerdo. El Fondo defendió la política del gobierno para compensar esto: los canjes de deuda en pesos para evitar los vencimientos. Se renueva el endeudamiento con los bancos dándoles más jugosos intereses. Como siempre, nunca pierden; como nunca, siempre ganan.

Contener el dólar: el punto de la intervención en el «mercado de cambios» es el más ambiguo de todos. Para explicar: cuando se dice que el gobierno interviene para contener el dólar es que está vendiendo dólares baratos para contener su cotización. Dólares baratos que después pagamos con más ajuste. Todo indica que el FMI no le puso un límite claro al gobierno respecto a cuántos dólares pueden irse en evitar una disparada. No por nada, después del anuncio la cotización del «blue» bajó y se frenó la disparada de los últimos días.