El dato de color debería ser que nuevamente se disputará el súper clásico femenino Boca vs River para definir qué equipo ocupara un lugar en la ansiada final, o, que se vuelve a repetir el mismo cuadro del año pasado. Pero no, la noticia es que las instancias definitorias del fútbol femenino se jugarán a puertas cerradas, sin público, por un acuerdo entre la AFA y los clubes, mientras, en el torneo masculino se permite un aforo del 100% y pronto estarán las hinchadas de ambos equipos en las tribunas.
Le queda mucho por conquistar ala profesionalización del fútbol femenino conseguida en el 2019 o, mejor dicho, la «semi-profesionalización». Es que, según el proyecto Estrategia Integral para el Fútbol Femenino de la AFA para el 2021 solo 11 jugadoras firmaran contrato mientras que las restantes deben entrenar y jugar sin percibir una remuneración. Recordemos que este paso adelante llegó gracias ala pelea que dio la jugadora Macarena Sanchez, con amenazas mediante, luego de ser apartada del primer equipo de la UAI Urquiza por solicitar un trato más justo.
También se había sumado el reclamo de las jugadoras de la selección nacional durante la Copa América del 2018 con el que pidieron ser escuchadas ante la falta de apoyo de los dirigentes de AFA en su preparación para dicho torneo. Vale decir que todo esto ocurría al calor de las multitudinarias marchas del movimiento de mujeres que se venía plantando desde hacía años en las calles exigiendo poder decidir sobre su propio cuerpo. Pese a la firma de Alverso Fernandez decretando el fin del patriarcado se nota que sus frases vacías solo quedaron en el discurso. Las desigualdades persisten y, en los hechos las políticas para darle mayor visibilidad al fútbol femenino se mostraron rápidamente ineficaces.
Esto se evidenció en el comunicado, confeccionado junto a varios planteles, que leyeron las jugadoras de Deportivo Español, después del partido que jugaron en la Bombonera, en el que reclamaron, entre otras cosas,mejores condiciones laborales, el cumplimiento del contrato laboral en relación al tiempo y la forma pago acordado. Allí denunciaron la falta de control por parte entidades públicas para que cada club garantice el trato digno a las jugadoras, y condiciones dignas del desarrollo de la actividad.
Hay que aclarar que dicho equipo disputo los últimos partidos sin cuerpo técnico. Por el despido delDT, Carlos Torres, luego de ser acusado de abusar sexualmente de una futbolista menor de edad. Pongámonos de acuerdo, o son políticas que buscan generar un negocio redituable solo para que las empresas inviertan o se trata de que más personas puedan ver fútbol femenino. Durante el 2020 el torneo femenino se transmitió a través de la señal del pack de fútbol Premium por el que había que pagar para ver los partidos. El actual torneo llamado «Campeonato Femenino YPF», con este único sponsor, en un año atravesado por las elecciones en su presentación se anunció que sería transmitido por la TV Pública para que todes puedan mirarlo.
Al evento no faltó nadie, contó con la participación del gobernador, Axel Kicillof; Victoria Tolosa Paz, por entonces candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires; Elisabeth Gomez Alcorta, Ministra del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación;el «Chiqui» Tapia,Presidente de la AFA. Quien, a su vez, agradeció a la empresa por el “apoyo» al fútbol femenino. Apoyo que en los hechos ni al gobierno nacional ni a la AFA les interesa garantizar realmente.
Al no exigir a los clubes que se comprometan a garantizar que todas las jugadoras del plantel perciban y cobren el sueldo en tiempo y forma, que puedan entrenar en los predios en condiciones y contar con los elementos necesarios, contar con personal capacitado. Ni siquiera piensan en programar los partidos en días y horarios en que la mayoría de las personas puedan verlos. No como ahora, que se juegan durante la semana en horario del mediodía o los sábado a las 09 a.m. Así lo manifestó Luana Florencia Muñoz, una jugadora que exigía que las, los y les hinches puedan alentar a sus equipos en las tribunas.
Es por eso que las jugadoras deben continuar organizándose y apoyarse en la experiencia del movimiento de mujeres, para defender lo conquistado y luchar por los derechos que hacen falta. Porque ya vimos como los clubes, con la excusa de la pandemia y con el aval de la AFA, buscaron avanzar sobre lo conseguido, por ejemplo, no permitiendo el regreso de la reserva femenina cuando el fútbol masculino ya había retomado. O como denunciaron las jugadoras del Porvenira quienes no les permitieron utilizar el predio y las pelotas de AFA para entrenar, y encima las amenazaban con cerrar la disciplina por no conseguir mejores resultados. Ni hablar de cuando se suspendieron las fechas FIFA donde la selección femenina enfrentaría a Brasil porque ninguna de las dos confederaciones podía garantizar la fecha, mientras las selecciones masculinas jugaron dos o tres partidos por fecha.
A pesar de todo, el fútbol femenino llegó para quedarse y, contra viento y marea, las pibas se plantan para ocupar los espacios en el deporte más popular del país en igualdad de condiciones.
