La pobreza llegó al 40,6% en el primer semestre del 2021

Según los datos oficiales del INDEC, 18 millones de personas son pobres en Argentina.

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El INDEC publicó esta tarde el índice de pobreza correspondiente al primer semestre del 2021. La imagen que arrojan las estadísticas es la de una clase trabajadora cada vez más empobrecida y que, en muchos casos, comienza a caer por debajo de la línea de indigencia.

En el primer semestre del 2020, el índice de pobreza había del 40,9%. En el segundo semestre del mismo año, el mismo llegó al 42%. El nivel de indigencia fue del 10,5% en ambos períodos.

Durante el primer semestre del 2021, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) aumentó un 25,3%, alcanzando los $28.413. Las personas con ingresos menores a esta cifra son las consideradas como por debajo de la línea de indigencia, en la medida que no poseen los recursos para cubrir sus necesidades alimenticias básicas. La Canasta Básica Total (CBT), que marca la línea de pobreza, alcanzó en el mismo período los $66.488. El aumento fue del 22,7% semestral.

Ayer el INDEC publicó los datos del Relevamiento Permanente de Hogares. Según el mismo, el ingreso medio per cápita de los argentinos es de $26.021. Pero si se toman los ingresos de la mitad inferior de los hogares relevados, el ingreso medio per cápita se reduce a $19.200. Ambas cifras están muy por debajo de la línea de indigencia (CBA). Ni hablar de siquiera rozar la línea de pobreza.

Lo que muestran estos números (proporcionados por el mismo Estado nacional) es una tendencia constante al aumento de la pobreza (y de la indigencia). No hay forma de ocultar que cada vez más trabajadores y trabajadoras argentinos no pueden solventar los gastos básicos con su salario. Mientras tanto, los millonarios del país se siguen enriqueciendo a costa de la explotación y la precarización laboral. Un caso emblemático es el agro, que está reportando ganancias récord mientras la mayoría trabajadora del país se sigue empobreciendo.

A pesar del discurso oficialista de que estaríamos «saliendo» de la crisis pandémica, lo que se hace cada vez más necesario es elevar el salario mínimo, vital y móvil a (por lo menos) los $100.000. Es la cifra necesaria para cubrir los gastos de la CBT y de alquiler (que en el AMBA se ubica alrededor de los $30.000 para una familia promedio), garantizando que ningún trabajador viva por debajo de la línea de pobreza.

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