Entrevista a Eduardo Faganello, médico pediatra 

El desplome de la vacunación: una política de vulneración de los derechos de infancias y adolescencias

Hablamos con Eduardo Faganello, médico pediatra, profesional de la salud, sobre la caída de los índices de vacunación en la Argentina. En particular bajo Milei, el acceso a las vacunas ha encontrado un nuevo piso y hay riesgo real de aparición de enfermedades que parecían erradicadas.

¿De qué hablamos cuando hablamos de vacunación?

Lo primero que hay que hacer es entender la vacunación no como un hecho individual sino como un hecho social. En primer lugar, el sostenimiento de una vacunación masiva evita que vuelvan a aparecer enfermedades en la sociedad en su conjunto, que fueron en su momento erradicadas gracias a la política pública de vacunar.

En segundo lugar, permite proteger a sectores de la población en situaciones de mayor vulnerabilidad que no cuentan con otros factores que inciden en la propagación de estas enfermedades. Y también, en tanto hecho social, implica que la responsabilidad de garantizarla también es social; en particular, estoy hablando de la responsabilidad insustituible del Estado en garantizar la vacunación masiva, gratuita y obligatoria.

¿Cómo es la situación en Argentina?

Argentina tiene uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo. Entre 2009 y 2019 se han podido sostener niveles de vacunación de entre el 85% y 95% del total, que son los mejores de Sudamérica.

Pero las noticias hoy reflejan otra realidad. Algunos datos: en 2023 se registró solo un 60% de vacunación de HPV, un 54% de Hepatitis A y tenemos muertes de lactantes por tos convulsa por falta de vacunación de Triple Bacteriana en personas embarazadas. El indicador más elocuente es que el ingreso escolar de 2024 registró solamente un 50% de vacunación en las y los estudiantes. Esto habla de una situación de alto riesgo porque, de mantenerse esos indicadores, empiezan a aparecer enfermedades que no teníamos y dejamos de tener, como por ejemplo ocurre hoy con el sarampión o la hepatitis.

¿Cómo explicás semejante declive en los indicadores?

La explicación solo puede partir de lo social. Hay un elemento, si bien no lo explica todo pero sí interviene, que es el continuo accionar de grupos antivacunas que se propagaron en pandemia, (aprovechando el aislamiento y el limitado acceso que se pudo tener a instancias más colectivas de educación y salud) y que siguen difundiendo su discurso anticiencia por redes sociales.

El problema ahora es que encuentran asidero en lugares de poder dentro del propio Estado: tanto desde la habilitación ideológica que les brinda el Poder Ejecutivo, y desde su inacción en materia de vacunación, como también en disponer de espacios en el Congreso, como vimos estos días, para difundir su política negacionista al servicio de generar descrédito y desconfianza sobre la calidad de las vacunas.

Pero es en la responsabilidad del Estado, donde encontramos la principal explicación del declive.

No alcanza con tener el mejor calendario de vacunación si no hay políticas públicas concretas para acercar las vacunas a la gente. La responsabilidad del Estado no se agota en el calendario sino en llevar adelante todas las acciones posibles y el financiamiento necesario para garantizar la masividad, accesibilidad y obligatoriedad de la vacunación. Es alarmante ver esos indicadores del año pasado y que no se haya respondido con una gran campaña de visibilización en los medios ni con políticas pertinentes. Y sin embargo vemos la proliferación de discursos anticiencia, desde los mismos espacios de poder que deberían estar garantizando lo que no puede entenderse sino como un derecho de las infancias y adolescencias, como figura en la ley 26.061 en la Ley de Protección Integral de niños, niñas y adolescentes. Lo que vemos es que actualmente hay una política sistemática de vulneración de los derechos de las infancias y adolescencias que, a mí como pediatra, es lo que particularmente me preocupa.

¿Qué políticas crees necesarias?

El Estado por ley tiene que proveer las vacunas para que todos los niños, niñas y adolescentes puedan vacunarse. Y en el caso particular de este momento que atravesamos, tiene que, así como hay difusión de grupos antivacunas en las redes, debe haber difusión del Ministerio de Salud sobre la importancia de mantenernos vacunados. Dada la situación actual, además de eso, lo que hay que hacer es volver a vacunar en las escuelas.

Para eso, el Ministerio tiene que proveer a las provincias y a cada distrito del país de la financiación necesaria para que tengan camiones de transporte, vacunas y personal adecuado que vaya a las escuelas y vacune masivamente. Es necesario privilegiar zonas limítrofes y dónde haya alta densidad de población en situaciones de vulnerabilidad por falta de acceso al agua potable, por ejemplo. Y no como se está pidiendo últimamente de autorización a las familias para vacunar. No. Son vacunas obligatorias, no optativas, y por tanto no es necesaria ninguna autorización.

Aprovechamos para preguntarte: ¿Cómo ves la situación de la salud más en general de infancias y adolescencias?

La OMS define la salud como un completo bienestar… Tomando esa frase digo que la salud es estar bien, no simplemente la ausencia de enfermedad.

Estar bien tiene que ver con dónde y cómo vivis, qué comes, cómo te va en la escuela, a qué jugas, cómo dormís, etc. Son muchos factores sociales, históricos, económicos, etc que atraviesan y condicionan la salud de infancias y adolescencias y que, de no tener una política pública que garantice la salud Integral, las vulnera en tanto sujetos de derechos.

De ahí la importancia de los controles de salud, esto es prevención (Promoción y Protección de la Salud) y el hacer un control de salud anual.

Es muy importante valorar el tema social porque el juego y el deporte debería ser grupal. En estas épocas donde los adultos pasan muchas horas diarias trabajando, niños, niñas y adolescentes suelen estar muchas horas aislados y el uso intensivo de dispositivos electrónicos puede generar síntomas de dolores corporales, cefalea, insomnio e irritabilidad. Pero además tiene riesgos importantes dado que en la web no hay control, y puede ser la puerta de ingreso a redes muy dañinas (Pedofilia, groomming, juegos de apuestas, etc).

Además quiero señalar que para adolescentes y púberes hay un riesgo importante actualmente que tiene que ver con el desmantelamiento de los programas de prevención de ETS (enfermedades de transmisión sexual) y descuido de los programas ESI en las escuelas. De hecho hay un aumento significativo de estas enfermedades en estos últimos años.

Como conclusión a esta pregunta lo que más me preocupa en infancias y adolescencias es la violencia y la soledad y todas las políticas públicas que se desarrollen para ellas deben tener criterios de Prevención y Perspectiva de Género.

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