El abuso tuvo lugar cuando una joven venezolana de 18 años, el sábado pasado, cumplía su primer día de trabajo, en una jornada que sería de 9 de la mañana a 2 de la tarde. Según pudo relatar, durante la mañana Garzon le ofreció repetidas veces una bebida fresca; al mediodía, después de aceptar un vaso de agua, empezó a sentirse mareada y llegó a dar aviso vía WhatsApp a un familiar de su sospecha de haber sido drogada. La policía no llegó a tiempo y encontró al agresor junto a la joven narcotizada, semi desvestida y con heridas.

La jueza del Juzgado en lo Criminal y Correccional N°15 Karina Zucconi fue quien, con un fallo profundamente machista y patriarcal, decidió excarcelar el martes posterior al hecho a Garzón Martínez, alegando que “no había pruebas para responsabilizarlo por el hecho y por carecer de antecedentes”. La manifestación de bronca no se hizo esperar y, familiares y organizaciones de mujeres salieron prontamente a repudiar la decisión y exigir justicia de la mano de la consigna “Garzón violador a la cárcel”. La repercusión del caso y el repudio ante el hecho y la decisión de la jueza tuvieron eco en todo el continente.

Acompañando las diferentes movilizaciones, incluyendo la que se realizó hoy frente a los tribunales mientras el acusado realizaba una declaración vía zoom y, exigiendo justicia estuvieron la agrupación de mujeres Las Rojas y el Nuevo MAS. Quienes señalaron al respecto  que “es en las calles donde se puede conseguir Justicia”. Y de momento, la prisión preventiva para Garzón Martínez es un paso en ese sentido.