Las medidas del presidente, Javier Milei, continúan el curso de ajuste de shock. Ni el DNU ni ninguna otra medida del nuevo gobierno incluyeron novedades sobre el programa de reintegro del Impuesto al Valor Agregado (IVA), “Compre sin IVA”, que suma un tributo del 21% a las compras. De esta manera, a partir del 31 de diciembre, Milei aumentó los impuestos para el consumidor final, contrario a lo que pregonó en los debates del Congreso.
«Las bajas de impuestos siempre favorecen a la gente», pronunció Milei en una entrevista previa al balotaje, en la que aseguró que el Compre sin IVA continuaría, así como también la eliminación del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores. En ese entonces, Milei afirmó que, para llevar adelante el ajuste fiscal de shock, se bajaría “el gasto público en otro lado”. Sin embargo, el Gobierno de Milei continúa ajustando el bolsillo de los sectores más vulnerables, así como también de los trabajadores, que a menos de un mes de Gobierno vieron la devaluación de sus ingresos en un 50%.
En detalle, el programa que duró apenas tres meses en vigencia, reintegraba el impuesto al consumo del 21% de todas las compras de productos de consumo masivo con un tope mensual de $18.800, que alcanzaba a las personas de a pie, como jubilados, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar, el Potenciar Trabajo, monotributistas, y trabajadores en relación de dependencia. De esta manera, el Estado, con Milei a la cabeza, seguirá su recaudación con los impuestos al consumo básico, sin tocar los intereses de “la casta” económica.
