Martín Eduardo Sánchez Zinny, responsable de crímenes de lesa humanidad, ya tenía un beneficio importante conseguido en el 2024, cuando se le redujo la pena de perpetua a ¡12 años! gracias a una sentencia del Tribunal de Casación que así lo dispuso. De acuerdo a la normativa judicial vigente en la actualidad, al tener los dos tercios de la pena cumplida, el señor se puede ir a su casa bajo el régimen de libertad condicional.
Su participación en la represión de la última dictadura le valió una condena ejemplar, como se merecen todos los genocidas y sus cómplices directos. Como la que está cumpliendo el ex arzobispo Christian Von Wernich, condenado a prisión perpetua, quien también está reclamando salidas transitorias.
Pero este señor, además de tener en su currículum haber participado de los levantamientos “carapintada” contra los gobiernos democráticos que “osaron” poner en funcionamiento los mecanismos institucionales de la Justicia para que fueran condenados los genocidas, también tiene en su haber (y en su prontuario público) los cargos de secuestros y homicidio agravado contra cinco personas, junto con otros dos militares.
Una de las hijas de la víctima que presenció el secuestro de su madre cuando tenía 8 años (y su hermano 4) declaró ante el Tribunal el trágico hecho y también cómo fueron amenazados y golpeados mientras se la llevaban. Las evidencias fueron muy claras. No hubo dudas sobre los testimonios. Por esa razón, hubo una condena correspondiente a la gravedad de los ataques cometidos. Pero, le encontraron la vuelta procesal para que este monstruo no cumpla la pena en su totalidad.
Los genocidas a cárcel común y efectiva
Junto a los familiares de las víctimas y sus abogados, repudiamos esta liberación de un genocida y represor durante y después de la dictadura.
Todos los genocidas y sus cómplices deben estar en cárcel común y efectiva. Sus delitos no son excarcelables, porque fueron parte de un genocidio contra la juventud, los/as trabajadores/as y el pueblo argentino.
Los relatos y las mentiras del mileísmo les dan amparo a fallos como este. La teoría de los dos demonios y de la «guerra» son el marco político y de relato de la impunidad a asesinos y represores.