De la convocatoria de lavado de cara de la CGT fueron parte también las dos CTA, la UTEP y ATE, asà como Barrios de Pie, la CCC y el Movimiento Evita. Pero desde la CGT aclararon que sólo convocaran a sus «estructuras de delegados» y militantes de «seccionales puntuales». Es decir, la «central obrera» hace que los obreros sigan trabajando mientras dura su simulación de protesta.
Después de esta marcha, ritual y rutina apelando a lo religioso (San Cayetano, santo patrono del pan y del trabajo), lo que se viene son las elecciones de medio término y «elecciones» dentro de la CGT. Y esto ocurre en medio de un clima de inestabilidad económica, en la que todo está atado con alambre. La salida de la CGT es una marcha sin paro que no llega a servir ni para descomprimir la bronca de amplios sectores.
La realidad es que si bien dentro de la CGT hay diferentes facciones como pueden ser los gordos (Comercio y Sanidad), los dialoguistas (UOCRA, UPCN, UDA), los kirchneristas (Bancarios, UOM, SMATA), todas las facciones vienen dejando pasar los ajustes a los salarios y las condiciones laborales en todos los lugares de trabajo.
La marcha de San Cayetano es un saludo a la bandera, un operativo de lavado de cara de los cĂłmplices de Milei.