Marcha de la CGT en Tribunales: la izquierda exigió la convocatoria a un paro general

Los trabajadores protagonizaron la segunda gran jornada de movilización contra las medidas de Javier Milei. Pese a la política de pasividad permanente de la CGT y las CTAs, la brutalidad del ajuste los obligó a hacer algo, pero siguen sin convocar a paro general.

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CGT Paro general izquierda

Luego de la exitosa convocatoria de la izquierda y los movimientos sociales a Plaza de Mayo el pasado 20 de diciembre, las centrales sindicales se movilizaron en rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que Milei anunció aquel mismo día 20 por la noche.

Se trata de la primera medida sindical de envergadura nacional contra el gobierno, cuando lleva apenas dos semanas en el poder. Pero le resultó tiempo más que suficiente para lanzar una serie de ataques que significan una declaración de guerra contra la clase trabajadora.

Entre muchos aspectos que abarca, el DNU reforma la legislación laboral de manera perjudicial para los trabajadores y en beneficio del empresariado: aumenta los períodos de prueba de 3 a 8 meses, reduce las cargas patronales y altera los montos de las indemnizaciones para favorecer los despidos.

Además, el decreto deroga decenas de leyes, como la ley de alquileres, la de góndolas, de abastecimiento, entre otras. Todas medidas cuyo impacto inmediato será la de un agravamiento enorme de las condiciones de vida de las y los trabajadores. Entre otras cosas, una de las primeras medidas será el igualamiento de los precios de los alimentos a niveles internacionales, ya que los exportadores ya no están obligados a reservar una parte de su producción para el mercado interno.

La convocatoria de los gremios se realizó en Plaza Lavalle, frente a Tribunales, sede de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). El lugar elegido está relacionado con exigirle a la Corte que declare inconstitucional un decreto que viola a todas luces con la legalidad y los principios constitucionales.

Además de los gremios pertenecientes a la CGT y las CTAs, algunos gremios han convocado particularmente. Es el caso de ATE, cuyos trabajadores se encuentran especialmente amenazados por los despidos masivos que prepara Milei.

De la marcha también participó una columna independiente de los movimientos sociales y de la izquierda. Su participación estuvo cruzada por la exigencia a las conducciones sindicales de un paro nacional urgente frente a la ola de ataques lanzadas por el gobierno.

Es que la propia CGT convocó a la movilización sin paro, afectando notablemente su propia capacidad de movilización. Como siempre, especulan con la negociación en las alturas en vez de dejar la que bronca de miles de trabajadores pueda salir a expresarse.

Para los ataques presentes y los futuros, la organización de los trabajadores para salir a enfrentarlos va a ser la clave de la situación política. Nadie lo sabe mejor que la burocracia sindical, que buscará «administrar» la bronca que venga por abajo de manera que nada se salga de su control burocrático.

Aunque de la boca para afuera los «Gordos» amenacen con un paro, por ahora no parecen estar dispuestos a llevar adelante una convocatoria de ese tipo. Pero la presión que viene desde las bases puede ser mucho mayor a la que ellos mismos esperaban cuando el gobierno de Milei transita apenas su tercer semana. Y si esa bronca logra expresarse en la movilización de mañana -no por sino a pesar de su corset burocrático- el llamado a la huelga podría volverse una posibilidad certera en lo inmediato.

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