
Esta mañana, las fuerzas policiales bajo mando del intendente Martín Insaurralde reprimieron brutalmente a movimientos sociales que concentraron en la Municipalidad de Lomas de Zamora. Hubo varios heridos de balas de goma y se utilizaron gases lacrimógenos.
Los manifestantes estaban exigiendo asistencia estatal para los comedores vecinales de la zona, así como mejoras de infraestructura para los barrios populares del municipio. Una exigencia muy sentida en momentos en que la crisis social producto de la pandemia azota a los trabajadores y los sectores populares del Conurbano bonaerense.

Con una pobreza que sobrepasó el 40% y una inflación anualizada del 50%, sumada a los miles de despidos del último año, en los barrios populares del país se vive una situación cada vez más difícil. Pero la única respuesta del gobierno de Insaurralde ha sido la represión y una campaña de calumnias contra los movimientos sociales.
El intendente de Lomas de Zamora lanzó un video en sus redes sociales en el que califica a los movimientos sociales como «grupos violentos» que se aprestaban a destruir la sede de gobierno municipal. Mientras el Frente de Todos hace campaña con la supuesta «gestión exitosa» de la pandemia, responde con balas de goma y gases lacrimógenos a los vecinos de los barrios más carenciados, los que más sufren las consecuencias sociales (y también sanitarias) de la pandemia.






