Un planteo electoralista ajeno a las necesidades de los docentes

El PTS, a través de la agrupación marrón, busca imponer en la docencia antiburocrática una discusión electoralista que corre el riesgo de servirle en bandeja a Baradel y al gobierno las seccionales de Suteba recuperadas.

“Tenemos la responsabilidad de poner nuestras conquistas, nuestros sindicatos recuperados y la organización desde las escuelas al servicio de pelear en el terreno político electoral que se aproxima por unir a toda la izquierda clasista y socialista”, propone el PTS.

Para esta corriente esta sería una vía contra “la separación de la práctica sindical de la política”.

En primer lugar digamos que hace rato que en docentes y en todos los sectores de trabajadores el PTS pretende instrumentalizar a los sectores en lucha y sindicatos antiburocráticos al servicio del FITU para lo cual cuenta como aliado al MST.

Los que somos parte desde el comienzo de los sutebas combativos en tiempos del Argentinazo, a diferencia del PTS que ponía piedras en el camino y se aislaba, sabemos que en los sutebas recuperados y en la docencia luchadora en general, por más que las conducciones sean las agrupaciones antiburocráticas, un sector importante del activismo no es de izquierda, y ni que hablar de la base.

Entonces, es imposible lo que nos propone el PTS de “poner a los sindicatos recuperados al servicio de la pelea electoral” sin alejar a esos sectores que le dan vida al sindicato y con los que hay que trabajar. Sólo en una práctica sindical común codo a codo es posible ayudar a que avancen a posiciones políticas de independencia de clase. No con ultimatismos electoralistas, funcionales a la cooperativa de reparto de cargos del FITU. Esa orientación en nada ayuda a unir lo sindical y lo político sino que cierra el sindicato a un sector importante del activismo, se divorcia completamente de la base, y maleduca en el sentido político en que la única vía de politización pasa por el voto.

Desde la lista gris Carlos Fuentealba tenemos otro método para intentar superar el problema de la división de lo sindical y lo político. Un punto clave es tener presente la experiencia de los propios trabajadores. Por ejemplo la que hizo la docencia combativa el 14 y 18 de diciembre en las calles para frenar la reforma previsional que puso sobre la mesa la posibilidad de echar a Macri. En ese momento Baradel y toda la burocracia desvió todo al terreno electoral con la consigna “hay 2019”. Nosotros planteamos que era completamente legítimo exigir que se fuera Macri. Pero en ese intento que parte de la propia experiencia de los trabajadores y que implicaba una elevación de la discusión política, el PTS se negó a plantear esta perspectiva, quedando como furgón de cola del planteo del kirchnerismo y la burocracia. En todo ese período el PTS estuvo por detrás políticamente de un sector del activismo. Esa ubicación conservadora y de adaptación al régimen político patronal lo llevó por ejemplo a junto a la burocracia del Astillero Río Santiago a levantar la masiva toma del Ministerio de Economía en una operativo realizado en la medianoche. Incluso, pese a no tener responsabilidades de dirección, el PTS puso su firma en el acta de levantamiento de la ocupación.

La politización por supuesto, también incluye dar la pelea en el terreno electoral, es completamente necesario y legítimo invitar a activistas que se acercan a la izquierda a integrar nuestras listas, pero no empieza por ahí. Y nunca se hace a costa de instrumentalizar a los organismos propios de los trabajadores.

La unidad en las luchas

Tan enfocado está en el electoralismo el PTS que se le escapa que hoy no hay unidad en el apoyo de las luchas, un problema bien concreto. Sin ir más lejos la multicolor como tal no confluyó en el corte del Puente Pueyrredón con los compañeros despedidos de Ema, contratista de Edesur, y los ferroviarios. Se hizo una actividad propia con las reivindicaciones docentes frente a la Casa de la Provincia y el Ministerio de Educación de Nación. El debate de la unidad de los trabajadores y de superar el corporativismo docente no hay que taparlo y hay que afrontarlo seriamente con posiciones claras como lo hacemos nosotros de cara a la docencia pero sin ultimatismos. Tampoco se nos escapa que en estas luchas en curso, el principal dirigente sindical del FITU, el Pollo Sobrero, no acompaña a los ferroviarios en su planteo de pase a planta, desde una ubicación corporativa de representar a los efectivos. Una seccional ferroviaria dirigida por un referente del FITU no está al servicio del triunfo de la lucha de ferroviarios por el pase a planta.

Renovar a la izquierda

Por último dejamos la parte en que hacen una polémica específica con el Nuevo Mas. No vamos a ir al barro de las mentiras y amalgamas del PTS como contestar a la calumnia de que “no se sumaron al frente multicolor”. Ya dijimos que estamos desde el principio, desde cuando se forjó en tiempos en que el PTS dividía, y todo el activismo sabe que construimos con posiciones claras y firmes en el marco de la democracia de los trabajadores, y siempre poniendo el cuerpo a las acciones, así no sean las que proponemos nosotros. El activismo sabe también cómo actúa la marrón, en algunos lugares del país como en Córdoba con el nombre de docentes d base: desde su ombliguismo y su autoproclamación. Tiene prácticas propias de un partido que recurrió a la justicia patronal para impugnarnos el color rojo, que pretendía que no pongamos izquierda en nuestras boletas, que se negó a bregar por sacar la ley proscriptiva de las PASO.

Desde ese ángulo, en el terreno político somos claros, y en esta nota lo explicamos, que tenemos una política distinta a la del electoralismo afiebrado del PTS que intenta arrastrar a su paso todo. Nosotros queremos renovar a la izquierda con otra política y otros métodos. Con figuras como Manuela Castañeira, surgidas del histórico movimiento de mujeres, y no del ombligo del propio aparato como Del Caño. Que cuando como en Guernica los vecinos convocan a acompañarlos ante el desalojo, dicen presente y no faltan a la cita. Para pelear por una alternativa de independencia de clase y socialista ante la frustración que viven muchos trabajadores con el gobierno de Alberto y Cristina el FITU, hegemonizado por el PTS, pretende con su rutinarismo electoralista sembrar expectativas en que más diputados con sus proyectos son un camino y para eso instrumentaliza espacios como los sutebas recuperados. Para nosotros la pelea por el voto, por una alternativa, va de la mano de fortalecer las organizaciones de los trabajadores y desde ahí pasar las PASO y llegar al Congreso, para amplificar las voces que vienen desde abajo, para que juntos los trabajadores y la izquierda, construyamos la alternativa.

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