Se constituyó el frente Naranja-Marrón en el Neumático

Para frenar la ofensiva patronal hay que sacar a la nueva burocracia Negra. Violeta nunca más.

El 29 de julio venció el plazo para la presentación de listas para las próximas elecciones de directiva nacional, seccionales y delegación Córdoba del SUTNA. Se presentaron cuatro listas nacionales: la lista Negra que viene dirigiendo el gremio desde el 2016, la lista Violeta de la vieja burocracia del gremio de Pedro Wasiejko, la lista Azul-Gris-Verde y Blanca formada por desprendimientos recientes de la Negra.

Y el frente Naranja-Marrón a nivel nacional, formado por la lista independiente (fundada por dos ex ejecutivos de la seccional San Fernando hace más de dos años) y la lista Marrón, de larga trayectoria antiburocrática y clasista en el gremio. En San Fernando, la lista Marrón no se presenta y llama a votar con reparos a la lista Naranja; en la delegación Córdoba, la Marrón se presenta sola.

Desde la lista Marrón estamos convencidos de que es más necesaria que nunca la unidad de los que quieren resistir los embates de la patronal y del gobierno de Milei. Durante el último año y medio le exigimos a la conducción que unificara al activismo, que abriera el juego para entre todos defendernos mejor, que hiciera reuniones abiertas del cuerpo de delegados, que la seccional llamara a los activistas, que formara un comité de lucha, todas formulaciones que tendían a buscar la necesaria unidad para luchar contra las empresas y el gobierno. Nada de eso hizo la Negra, se cerró en su aparato entre cuatro paredes. “Nos votaron para dirigir y vamos a dirigir”, dijo Crespo en una asamblea. En vez de escuchar, puso “barras bravas” en la asamblea para no dejar hablar ni pensa, y menos debatir. En vez de más democracia para luchar se hizo más burocracia para no luchar.

La última asamblea general fue una prueba para la oposición, para ver quiénes están realmente contra las entregadas de la actual conducción, y quiénes son puro “bla, bla” e impotencia funcional a la Negra.

Desde la lista Marrón no dudamos en aceptar la propuesta de la lista independiente (hoy Naranja) de votar al compañero Vicente como presidente de la asamblea y de ser parte de una junta electoral integrada por todos los opositores, excluyendo obviamente a la Violeta y la Negra. Lamentablemente, otros opositores se negaron. Desde ese momento venimos charlando con la independiente y llegamos a este acuerdo parcial pero importante.

Obviamente, tenemos experiencias y trayectorias distintas, no somos lo mismo; y sabemos de los cuestionamientos de muchos compañeros a algunos de sus referentes. Pero también es cierto que muchos activistas de la Negra, de la Marrón, Roja y Granate se fueron de esas agrupaciones y se unieron a ese espacio porque encontraron un lugar donde enfrentar a las patronales y a la conducción de Crespo.

Sabemos que no hay luchadores químicamente puros: o elegís la impotencia funcional a la Negra, o te ponés el overol y millitás con los que hoy coinciden en lo fundamental y hacés una experiencia concreta para frenar la ofensiva patronal, volver a tener un gremio democrático y participativo y sacar a la Negra de la conducción. Ese es el camino de los que realmente quieren luchar contra la situación actual.

Encabeza la lista nacional Adrián Cejas, despedido en el 2008 y reinstalado después de años de lucha; enfrentado a la Negra por sus agachadas y manejos turbios, lo volvieron a despedir el 28 de marzo de este año. Que encabece la lista un compañero despedido que está peleando judicial y prácticamente por su reinstalación es todo un emblema contra los despidos, los planes patronales de flexibilización laboral, rebaja salarial y aprietes. De los 14 cargos ejecutivos titulares, la lista Marrón participa en la Secretaría de Derechos Humanos con Jorge Ayala, referente de la agrupación y de la lucha del 2007 y 2008 contra Wasiejko y la Bordó de Fate. Lo acompañan Marcelo Quiroz, luchador inclaudicable contra los abusos patronales que surgió en el mismo proceso de 2007/8, recientemente suspendido por no aceptar más tareas en su puesto laboral, y Miguel Díaz, delegado de IBF Córdoba, que encabezó la lucha contra el despido de Facundo Díaz en NA a fines del 2022 y que está llevando adelante paros activos por las paritarias en este momento.

Burocratización y entregas

La profunda crisis que atraviesa la lista Negra no es de ahora, pero estalló en este proceso electoral. La causa de la crisis es un proceso de burocratización lento y sostenido, de adaptación a las presiones de la patronal, a los ministerios y la Justicia, con solo el objetivo de mantener el aparato y los privilegios que ello conlleva.

Este proceso se consumó a partir de mayo del 2024, cuando a los 96 despidos en Fate se les dio una respuesta formal, “pedorra”, adaptada a las prácticas administrativas y judiciales, en lugar de la respuesta contundente y disruptiva que era necesaria. Todo el gremio estaba a la expectativa, decían “cuando toquen a Fate se pudre todo y ahí recuperamos lo perdido”. Y no se pudrió nada…

Lo que siguió fue una fuerte desmoralización que llevó a cientos de compañeros a los arreglos “involuntarios”.

Los despidos en Fate fueron antecedidos por centenares de despidos en Bridgestone y centenares de arreglos “involuntarios” y despidos lisos y llanos en Pirelli, que la Ejecutiva de Merlo negó hasta que fue evidente el desangre de la fábrica.

Veamos los números de esta verdadera entrega:

En FATE, el padrón de trabajadores para la elección a delegados de marzo 2024 era de 1.489 obreros; el padrón provisorio de afiliados julio 2025, de 850 afiliados aproximadamente. Puede haber algunos trabajadores más, pero no afiliados, producto de la desafiliación.

En Fate se perdieron cerca del 40% de los puestos de trabajo.

En Pirelli, el padrón para las elecciones a delegados de marzo 2024 fue de 1.301 trabajadores; en julio del 2025, 560 afiliados.

En Pirelli se perdieron más del 55% de los puestos de trabajo.

En Bridgestone, el padrón para las elecciones a delegados de marzo 2024 fue de 796 obreros; en julio del 2025, 308 afiliados.

En Bridgestone se perdieron más del 60% de los puestos de trabajo.

Pero no fueron solo despidos. Los despidos, como todo trabajador sabe, son la condición necesaria para un ataque más profundo. Después de los despidos viene más flexibilización, más explotación, trabajar más y ganar menos, y para eso cambiaron los sistemas de trabajo.

Consumados los 134 despidos en Fate y los arreglos involuntarios (un turno menos), Crespo hizo una asamblea y pretendió que en una hora se le aprobara el preacuerdo “genial” que tenía con  Madanes para cambiar el sistema de trabajo. Este acuerdo fue rechazado en dos asambleas masivas.

En concreto, había cuatro turnos, ahora hay solo tres. Se pierden 14 días al año de descanso, se pierde salario y condiciones de trabajo. Otro tanto pasa en Bridgestone y Pirelli.

Las entregadas de la burocracia las pagan los trabajadores: la paritaria está atrasada 7 meses, la obra social es un desastre y las instalaciones del gremio se vienen abajo. Hasta tienen atrasados los sueldos del aparato del sindicato, es decir, de los empleados de la Negra.

Las justificaciones de la Negra y la demencia del PO

Los trabajadores sabemos que estamos bajo una ofensiva patronal contra todas las conquistas y derechos como no se veía en décadas. Esta ofensiva cuenta con el apoyo irrestricto del gobierno de Milei y la complicidad escandalosa de la CGT y del peronismo, que le pone una cuota de pusilanimidad y desmoralización al ataque con su estrategia impotente de no movilizar, esperar a las elecciones y quedar empantanados en el lodo parlamentario.

Pero esta realidad no puede ser usada como excusa para hacer como hace la burocracia de las CTAs, ATE o tantas otras: hacen que luchan, pero no luchan en serio ni consecuentemente y menos apelan a la irrupción de la base. Esto es lo que hace la Negra: hacen que hacen, pero no hacen nada efectivo para frenar las ofensivas patronales.

Lo que se necesita para derrotar a las patronales y a Milei son medidas duras, planes de lucha escalonados, acciones que combinen medidas políticas y medidas de fuerza para que se rompa el “status quo” establecido.

El Partido Obrero critica correctamente a la burocracia de ATE cuando dice que se necesitan acciones “que superen el aislamiento y la contención que imponen las direcciones burocráticas” (“Los trabajadores del Garrahan preparan un cabildo abierto de salud…”).

Pero eso es exactamente lo que no hizo la lista Negra, al igual que la burocracia de ATE: aisló y dividió la lucha contra los despidos en el gremio. Hubo acciones aisladas, en Bridgestone, en Fate, en Pirelli. El resultado: aislamiento y contención. Al igual que en el Estado, pasaron miles de despidos, la rebaja salarial y la flexibilización laboral.

Este viernes habrá un nuevo paro y movilización por la paritaria. Como las últimas medidas, se hará en Fate, en las demás plantas se verá…

Crespo conducción”

En otra nota mostrábamos cómo fue el paulatino proceso de burocratización y cómo se expresó en las propias consignas de la Negra. La evolución es contundentemente demostrativa: de “la organización activa y consciente”, a “unidos… y  adelanteeee”, hasta llegar a “Crespo conducción”.

La Negra, al mejor estilo burocrático, hace asambleas, pero cada vez más amañadas, más burocráticas. El secretario general puede estar hablando 15 o 45 minutos, ponen la “barra” de la Negra adelante, es decir, la patota adelante para no dejar a hablar a la oposición, interrumpen, amenazan. No se procesa ningún debate, se vota por sí o por no a lo que propone la conducción y se le da aval para que convoque a paros u otras acciones, pero no se discute colectivamente.

La Negra, al igual que toda burocracia, hace de la defensa incondicional de los cargos, del aparato, de los estatutos, de lo legal, su razón de vivir. Lo real, lo que pasa en las fábricas, lo que padecen los compañeros, el calvario de la obra social, los más de 2.000 puestos de trabajo perdidos, son una anécdota para ellos.

La obra social es un desastre que se inscribe en el desastre de la salud pública que está haciendo este gobierno. Pero no dar explicaciones, no mostrar los papeles, hacer votar las memorias y balances a libro cerrado, no ayudan a sembrar confianza, todo lo contrario. La transparencia brilla por su ausencia. La opacidad también es negra.

Una conducción cerrada sobre sí misma, las patotas en las asambleas, los abucheos, las maniobras, las mentiras, no hablan de un sindicato democrático y mucho menos clasista. Lo único que hizo “bien” la Negra fue ensuciar las banderas del clasismo y de la democracia de los trabajadores, fue despolitizar y llevar a una de las experiencias más ricas del movimiento obrero a esta situación crítica.

Sumate a la campaña del frente Naranja-Marrón: ahora es cuando

No hay tiempo de dudas, prácticamente ya empezó la campaña electoral. Se necesita un cambio, eso es evidente. La Negra fracasó. La “administración” de los conflictos llevó al desangre del gremio y a la crisis política en su seno, el tiempo de la Negra se acabó. No construyó una organización de lucha, democrática y clasista. Se convirtió en un aparatito burocrático de espaldas a las necesidades inmediatas y a los intereses históricos de los trabajadores.

La lista Marrón aporta en el frente una trayectoria intachable en su conducta antipatronal y clasista; de defensa incondicional de la democracia de los trabajadores, de participación activa, de la necesaria politización de los compañeros.

La vieja Marrón era una lista pluralista desde el punto de vista ideológico, había de todos los colores políticos y en su seno se procesaban todos los debates libremente. Por eso, por poner las reivindicaciones de los compañeros en el primer lugar y discutir los problemas abiertamente y de cara a todos, es que atacaron y rompieron la vieja Marrón.

Gracias a la vieja Marrón y a referentes como Ayala y otros compañeros que ya no están en la fábrica, como Guillermo “Wini” Silva entre otros, la Marrón se mantuvo firme en su lucha contra la Bordó y la Violeta y logró la echar a la Bordó primero del cuerpo de delegados, después de la seccional. Y luego se ganó la seccional en el 2012, pero ya no era la Marrón, era otra cosa: la Negra.

La Marrón es garantía de honestidad, transparencia, de democracia desde abajo y de estar siempre del lado de los trabajadores: eso aportamos al frente para recuperar el sindicato para los trabajadores.

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