“El agente Cristian Miguel Rivaldi fue confirmado como presunto autor penalmente responsable del delito de abuso de autoridad en concurso ideal con el delito de lesiones leves por la Cámara Criminal y Correccional Nº 1.” (Página 12, 15/7/25)

Aunque son pocas, hay buenas noticias, aún en los momentos más difíciles. Liberaron a Eva Mieri y Alexia Abaigar, detenidas por “atentar” contra José Luis Espert, al hacer un escrache frente a su domicilio.

Pero no es la única buena de la fecha. La otra es que confirmaron el procesamiento de uno de los policías que intervino en la represión del 11 de setiembre del 2024, así como el sobreseimiento de los/as detenidos en esa trágica jornada, que dejó un saldo de 50 personas heridas.

Se trata del agente Cristian Miguel Rivaldi, acusado por la Cámara Criminal y Correccional Nro 1 del delito de abuso de autoridad con el delito de lesiones leves. Más específicamente, gaseó a una niña de 11 años. No fue la única, hubo otra menor de solo 9 años que también fue atacada, así como jubilados/as y trabajadores/as de prensa. Debido a la gravedad del ataque, lo puso en la mira.

No es el único culpable, pues las órdenes vienen “de arriba”. Pero, aun así, es una buena noticia para quienes luchamos contra los ataques de este gobierno y sus instituciones represivas.

La corta edad de la niña, a quien es más difícil catalogar de “revoltosa”, tal vez haya logrado que, en una mínima escala, desde el poder hayan decidido culpar al que llevó adelante ese ataque que, como decimos, dejó un tendal de herido/as y detenido/as.

Esta acción del Poder Judicial no significa que van a seguir el mismo criterio con todos los ataques graves en las manifestaciones y protestas. Pero es un caso que sí podemos tener en cuenta cuando reclamamos justicia en otros episodios trágicos.

Seguramente todos/as nos estamos acordando del ataque a la jubilada “patotera”, junto con muchos/as otros/as y a Pablo Grillo, por el que casi pierde la vida.

Los avances que se conquistan en el accionar judicial los debemos utilizar para afianzar y potenciar la lucha por justicia. En sí mismos no resuelven el tema si nos quedamos sentados y cruzamos de brazos, esperando los dictámenes judiciales.

Pero son útiles si los ponemos al servicio de continuar la pelea por justicia y castigo a los responsables materiales y políticos contra todas las expresiones de la protesta obrera, juvenil y popular.