Aunque la reunión aun no tiene fecha y hora pautada, el gobierno hizo oficial la convocatoria a la paritaria nacional, donde se discute el piso salarial para todo el país, pasando luego a las paritarias provinciales.

A pocos días del comienzo de clases según el calendario oficial, el gobierno preparó en la previa una provocación contra la docencia de todo el país, negándose a pagar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que en algunas provincias llega a representar más del 20% del salario de maestros y profesores. En Provincia de Buenos Aires este ítem represente entre el 10 y el 15% del salario docente.

Se trata de un liso y llano recorte al salario, que en un contexto de altísima inflación (superior al 20% mensual) es doblemente criminal. Se trata de un intento de dar un mazazo a las condiciones de vida de millones de trabajadores de la educación de todo el país, con la excusa de la pelea entre Milei y los gobernadores.

De hecho, el dinero del FONID ya estaba girado y listo para liquidarse para los sueldos de febrero, pero el gobierno decidió a último momento (luego del cachetazo por la caída de la Ley Ómnibus) que no realizará ese desembolso. Lo que demuestra que no se trata de que «no hay plata», sino de una decisión consciente de recortar la educación pública.

De esta manera, el gobierno apuesta a tirarle la pelota a los gobernadores, que cada uno «se arregle» y así poder avanzar con el ajuste a nivel nacional. De hecho, desde Nación no hicieron circular ninguna propuesta de oferta salarial en la previa a la paritaria, a la que incluso se negaban a convocar en un principio.

Mientras tanto, los gremios nacionales como CTERA se mantienen expectantes (se declararon en «alerta») a la espera de cual será la oferta del gobierno. Por supuesto, dicha «oferta» (si es que siquiera la hay) será una que vaya en línea con el voraz ajuste que viene aplicando Milei. Sin impulsar asambleas en todas las escuelas del país, a pocos días del inicio de clases la docencia no sabe qué ocurrirá con su salario ni cual es el plan de lucha para defenderlo. Mucho menos está siendo convocada a poner en pie un proceso nacional de lucha en defensa de la educación y el salario docente.

Al mismo tiempo, los gobiernos provinciales se embanderan en «defensores del FONID» no porque se preocupen especialmente en el salario docente, sino sencillamente como excusa para no otorgar mayores aumentos. Entre el gobierno nacional y los provinciales se tiran la pelota para ver quien se hace cargo del ajuste a la docencia.

Son días decisivos ya que lo que está en juego es que, si se hace definitiva la quita del FONID, el gobierno nacional se desprende de una de las últimas responsabilidades que le quedaban con la educación pública en los niveles obligatorios luego de la descentralización educativa de los ’90. Es necesario que la CTERA ponga en pie urgente un plan de lucha nacional.