Javier Milei y Caputo, su superministro, dejaron claro que su Plan B ante la caída de la Ley Bases es «continuar el ajuste sobre las partidas existentes«. Eso significa recortar, mutilar o eliminar de cuajo cientos de partidas presupuestarias y programas de financiamiento público.
Uno de los últimos recortes anunciados por Milei es la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Se trata de una partida regular mediante la cual el gobierno nacional complementa los salarios de los trabajadores de la educación, aportando un porcentaje de los salarios provinciales que oscila entre el 8% y el 20%.
Su eliminación es un ataque abierto a los trabajadores docentes de todo el país y todos los niveles. Mientras las medidas del gobierno generan una disparada inflacionaria y un estallido de la pobreza (57% en enero) y la indigencia (15%), el propio gobierno no sólo niega aumentos salariales sino que recorta de hecho los salarios docentes.
En algunas provincias se anunciaron complementos locales para suplir la eliminación del FONID (caso Chubut) pero en la mayoría esa compensación no existirá o será por única vez (caso Provincia de Buenos Aires). De conjunto, cientos de miles de docentes perderán un porcentaje significativo de su salario sin ninguna compensación.
El ataque a los docentes va de la mano con la degradación presupuestaria de la educación en general. En el nivel superior, muchas universidades alertan que con el presupuesto existente no llegarán a operar más allá de abril.
La magnitud del recorte mileísta sobre la educación impone la necesidad de un paro docente nacional (que la CTERA se niega a convocar de momento) y la convocatoria de un Paro General activo por parte de la CGT.