El aumento anunciado por el gobierno implica un ataque brutal a las jubilaciones, ya largamente bastardeadas durante años de ajuste. En concreto, se ofrece un aumento menor al 30% para un trimestre en el que la inflación será de al menos el 60%.
A esto hay que sumar el estallido inflacionario de rubros particularmente sensibles, como los medicamentos. Sólo en diciembre, los 10 medicamentos más consumidos aumentaron un 40%, por encima de la inflación general. Algunos medicamentos, como los antibióticos de amplio espectro y algunas drogas que tratan problemas vasculares, aumentaron entre el 160% y el 180%.
En enero, el porcentaje volvió a ser superior a la inflación, con un promedio del 31%. Pero algunos medicamentos llegaron a registrar aumentos superiores al 80%.
El miserable aumento (que en realidad es una rebaja en términos reales) anunciado por Milei y Caputo es una burla y una provocación contra la vida de miles de jubilados que no llegan a fin de mes y tienen que elegir entre comer y comprar medicamentos. El ataque a las jubilaciones vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de que la CGT y las CTA convoquen a un Paro General de 48 horas para frenar el paquete de medidas de ajuste de Milei.