Madanes, resentido con los obreros del neumático, quiere la contraofensiva

Invitado por Clarín a la jornada "Democracia y desarrollo", el dueño de FATE dijo claramente que quiere revancha contra los trabajadores.

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Así se mostró en el marco del Ciclo «Democracia y Desarrollo» – curioso título para la juntada de empresarios que organiza el Grupo Clarín. Desde sus sillones, participaron Javier Madanes, presidente de Fate y Aluar, Martín Berardi, de Ternium y Matías Campodónico, de la petroquímica Dow.

Madanes, que como él mismo señala viene de sufrir un conflicto gremial de 5 meses, fue particularmente agresivo hacia las experiencias obreras. El empresario se mostró resentido por las huelgas recientes y apuntó contra los trabajadores por una supuesta disminución de la productividad. Para el ingeniero, cuya facturación anual está nominada en 1.420 millones de dólares anuales según la revista Forbes, el ausentismo es la principal causa de pérdida de competitividad. «Yo no quiero ser agresivo pero todos sabemos que termina habiendo un mercado negro de certificados de salud», se animó a sugerir.

En sus declaraciones, los gremios son los principales enemigos de la producción argentina. Para este empresario, lo necesario sería retomar la «cultura del trabajo», más efectiva incluso que una inversión de capitales: «va a hacer falta inversión pero primero, antes que nada, cultura de trabajo«.

Un conflicto que no está cerrado

Entre sus declaraciones, Madanes habló de la lucha del neumático como «un conflicto duro del que hemos salido teóricamente, pero del que prácticamente no hemos salido«. En su particular retórica, el empresario hace notar algo evidente: la resolución del conflicto por un aumento salarial no cierra las grietas abiertas entre obreros y patrones. El planteo de las horas extra al %200 que pone en cuestión el régimen laboral de la fábrica sigue sin resolverse.

Pero lo que hace retorcerse en sus sillones a los empresarios es la tensión que se respira en los lugares de trabajo: “La relación se puso tirante” fue la frase del mismo Madanes, refiriéndose a la relación entre las patronales y los gremios. En efecto, se ha verificado en las últimas semanas una escalada en la conflictividad social, que tuvo como protagonistas a los trabajadores del neumático. También Berardi, presidente de la siderúrgica Ternium, planteó que “antes que pensar en una reforma laboral hay que bajar la litigiosidad laboral”.  

La reforma laboral como amenaza

Una idea que sobrevoló el debate fue sin dudas la reforma laboral, que viene con aires bolsonaristas planeando sobre las cabezas de los empresarios argentinos.

Madanes fue consultado por distintos medios sobre esta posiblidad, pero para él, lo que hace falta es » un cambio cultural”. El empresario considera que no se puede plantear nuevas leyes porque las que existen hoy en día no se cumplen:

«Nosotros sostuvimos durante 5 meses un conflicto gremial que durante el camino cuestionó temas como la libertad de circulación o el derecho a la propiedad. Si no respetamos los temas más gruesos no sé hasta dónde nos conviene generar un debate que va a traer más divisón en la sociedad«.

Al parecer, los empresarios argentinos consideran que el horno no está para bollos. Pesa, quizás, el recuerdo de las jornadas del 14 y 18 de diciembre cuando el intento macrista de introducir la reforma previsional. El conflicto que sostuvieron los trabajadores del neumático y que ni Madanes ni el Gobierno de Massa pudieron derrotar con las judicializaciones y amenazas de cierre de plantas, es una prueba de que esa tradición sigue viva.

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