Hace minutos se conoció el resultado del informe mensual de inflación del INDEC, que arrojó la preocupante cifra de 4,8% de inflación correspondientes a marzo de este año.
Este número se suma al 4% de enero y el 3,6% de febrero, haciendo que en el primer trimestre de 2021 ya se hayan acumulado casi 13% de inflación. Con este mes, el índice de precios al consumidor alcanza un valor interanual de 42,6% de marzo a marzo.
La escalada es preocupante, además, porque nuevamente uno de los rubros que más aumentó fue el de alimentos y bebidas (4,6%) después del de Indumentaria y Calzado (10,8), es decir, bienes de consumo masivo.
En este marco, la proyección de inflación de 29% hecha por Martín Guzmán en el presupuesto 2021 parece cada vez más irrealizable. Para cumplirse, debería haber desde abril hasta mitad de año un 1,5% de inflación mensual, una perspectiva muy poco realista.
La última vez que se había registrado un índice de inflación mensual tan alto fue en septiembre de 2019, bajo el gobierno e Macri, luego de la devaluación del peso que se produjo después de las elecciones PASO de ese año.
Esta escalada inflacionaria se da en el marco en que el país cuenta con un 42% de pobreza y donde la mayoría de los salarios han aumentado por debajo de la inflación, perdiendo poder adquisitivo y empeorando aun más las condiciones de vida de los trabajadores.
En este contexto económico tan complicado para la clase trabajadora, las nuevas medidas del gobierno de otorgar un bono de $15.000 sólo cubren a una población muy focalizada, mucho menor que el universo de personas que el año pasado cobraban el IFE. Además, el monto sigue siendo muy insuficiente frente a números inflacionarios como los que estamos viendo.
