“Pedimos que liberen las rutas, no represión”. Muy atinada la aclaración, viniendo de quien viene: el señor Guillermo Pereyra. De quien el día anterior recurrió a la justicia mediante la presentación de un amparo, para que se liberen las rutas por parte del personal de salud en lucha.

Pero después amenazó directamente a la lucha de los elefantes de Neuquén: “Vamos a salir a la ruta, vamos a movilizar 20.000 o 30.000 trabajadores, porque van a participar otros gremios que también están seriamente afectados como el personal de Jerárquicos, o los compañeros camioneros”.

La lucha de los elefantes a él no le mueve ni un pelo, porque justamente, sus intereses están del otro lado: el de las patronales y su gobierno. Desde ya que eso no dice en su escrito. Allí argumenta situaciones necesarias de tránsito de los trabajadores de la planta y de suministro de alimentos y medicinas. Pero lo que ni menciona, ni al pasar, que los cortes no son un “capricho” ni menos que menos un ataque a los trabajadores de Vaca Muerta, sino que es una pelea salarial enorme que ya alcanzó dimensiones provinciales y nacionales.

Su amparo debiera ser en apoyo a la primera línea y a los trabajadores petroleros que, casualmente, están en conciliación obligatoria por reclamos también salariales. Conciliación que ayer tuvo un encuentro en sede ministerial que no avanzó en ningún acuerdo.

Después de salir del Juzgado a presentar su escrito, como el conflicto de la primera línea tuvo un apoyo impresionante demostrado en la marcha convocada esa tarde, al día siguiente, el dirigente petrolero “endureció” su discurso.

¡Jamás contra el gobierno que no afloja! “Endureció” amenazando con la intervención de “petroleros” que quieren ir a desalojar las rutas. Argumenta que los delegados se lo están pidiendo a gritos, así como también aprovechó para deslegitimar el conflicto y a sus protagonistas. Lo más cercano, hasta ahora escuchado, del discurso del ex candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto que, en el día de ayer, sí reclamó claramente represión para los luchadores neuquinos.

No conocemos qué voces escucha el señor Pereyra, pero de lo que estamos seguros es que esas voces salen, en primer lugar, de su boca. De la boca que transmiten las “necesidades” del bolsillo de las patronales que lloran sus pérdidas. Jamás de los sufrimientos y de las necesidades de los/as trabajadores/as, sean de la salud, petroleros, camioneros, estatales.

¡Por el apoyo total a los elefantes neuquinos con toda la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud!