Multitudinarias movilizaciones en los Estados Unidos

Hands off!: el grito contra Trump y Musk que movilizó a cientos de miles en los Estados Unidos

Alrededor de 600 mil personas marcharon en los Estados Unidos contra Trump y Musk. En las movilizaciones predominaron las consignas en defensa de los derechos democráticos de las mujeres, la población LGBTIQ+ y los inmigrantes, así como exigencias de los trabajadores federales. También hubo reivindicaciones anticapitalistas contra el 1% y los billonarios, representados por los dos magnates al frente de la Casa Blanca.

Este sábado (5) se llevaron a cabo miles de movilizaciones en los Estados Unidos contra las medidas que impulsa el gobierno de Donald Trump. Las protestas también repudiaron a Elon Musk, que, en su calidad de “super ministro” nombrado a dedo por el magnate, es la punta de lanza de los más feroces ataques contra los servicios públicos y los trabajadores federales.

Bajo el lema “Hands off!” (¡Saquen sus manos!) se realizaron más de 1.400 protestas distribuidas en todos los estados del país. De acuerdo a los organizadores, alrededor de 600 mil personas se sumaron a las movilizaciones. La composición de cada acto fue desigual, pero en las principales ciudades, como Nueva York, Minnesota o Chicago, la concurrencia fue multitudinaria, con decenas o cientos de miles de personas en las calles.

Sindicatos, organizaciones de defensa de los derechos civiles, del movimiento de mujeres y LGBTIQ+, estudiantes en solidaridad con Palestina, veteranos de guerra, asociaciones pro-inmigrantes, entre otros, hicieron parte del amplio abanico de sectores que protagonizaron esta histórica jornada de lucha.

Igual de diversas fueron las consignas que retumbaron en las calles e ilustraron los carteles. Entre las exigencias más sentidas estuvo el repudio contra la “toma del poder por los milmillonarios” y “la corrupción descontrolada de la Administración Trump”, así como el fin de los “ataques contra los inmigrantes, las personas trans y otras comunidades”. También resonaron las denuncias por los recortes a los programas de asistencia social y los despidos masivos decretados por Musk.

“Si te preocupas por los ataques contra nuestra democracia, los despidos, la invasión de la privacidad o los ataques a nuestros servicios públicos, este es tu momento. Estamos construyendo el rechazo en masa, visible y nacional a esta crisis”, fue el contenido del panfleto que distribuyeron los organizadores durante la jornada de lucha.

De igual manera, hubo participación de sindicatos federales cuyas bases están sufriendo los ataques de los despidos masivos y recortes presupuestarios. En palabras del presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Federales, Randy Erwin, el actual gobierno “está destruyendo completamente los servicios públicos” e impulsa el “mayor ataque a la negociación colectiva que haya visto jamás en este país”.

Así, el lema “Hands off!” sirvió como un paraguas que cubrió el creciente malestar contra los ataques reaccionarios de la administración Trump hacia diversos sectores de la sociedad estadounidense.

Por ello, fueron muy sentidas las consignas por los derechos democráticos, dado que parte central de la agenda de la Casa Blanca es atacar a los inmigrantes y las disidencias sexuales. Esto confirma la importancia de tomar a fondo las banderas democráticas en medio del ascenso internacional de la extrema derecha y su cruzada reaccionaria que denominan como la “batalla cultural”. Pero también tuvieron peso las reivindicaciones de sectores de la clase trabajadora.

Además, es necesario destacar que las protestas expresaron un sentir anticapitalista, algo comprensible porque Trump y Musk son dos magnates que no paran de hacer alarde de su riqueza, a la vez que piden austeridad para los trabajadores y trabajadoras.

Por ejemplo, los organizadores dijeron a la prensa que “nuestras comunidades no van a pagar por lo que ganan los Trump y Musk del mundo” y denunciaron que este “gobierno está atacando a todo el que no forme parte de su 1%: veteranos, niños, mayores, agricultores, inmigrantes, personas trans y rivales políticos. Todo para afianzarse en el poder y recompensar a sus aliados”.

Aunque sea en un plano muy básico, ese posicionamiento denota un posicionamiento anticapitalista bastante progresivo, el cual tuvo la capacidad de movilizar a 600 mil personas en el epicentro del capitalismo mundial. Las provocaciones de Trump y Musk facilita la comprensión de que la Casa Blanca está tomada por los billonarios que constituyen el 1% que domina el país, los cuales gobiernan contra los de abajo, es decir, el restante 99% conformado por el conjunto de los sectores explotados y oprimidos.

Lo anterior no excluye que los demócratas intenten cooptar el movimiento, ya sea por medio de diputados y representantes locales que participaron en las protestas, o hasta por las declaraciones oportunistas de Kamala Harris, quien saludó las movilizaciones “por utilizar sus voces y el poder de la protesta para defender la Seguridad Social […], el Departamento de Educación […], el aire y el agua limpios, y el derecho a tomar decisiones sobre sus propios cuerpos sin injerencias gubernamentales”. Además, demostrando una falta total de pudor, añadió que las voces de los trabajadores “siempre serán más fuertes” que las de los multimillonarios “no elegidos”. ¡La cómplice de Biden en el genocidio de los palestinos en Gaza, habla en defensa de las voces de los de abajo!

Pero siempre hay que diferenciar entre el carácter progresivo de un movimiento y los límites de su dirección o, como sucede en este caso, de un sector de la misma que está vinculado a los demócratas. Por otra parte, es llamativo que hasta Kamala Harris tuvo que dar cuenta del malestar hacia Musk, un billonario que nadie lo votó, pero que actualmente se desempeña como un superministro con amplios poderes para decidir sobre la vida de decenas de millones de trabajadores y trabajadoras.

En cuanto a la Casa Blanca, se vio presionada por las movilizaciones y emitió un comunicado, donde dan a entender que se trató de un movimiento de la oposición demócrata, en una clara maniobra para deslegitimar sus justas demandas: “La posición del presidente Trump es clara: siempre protegerá la seguridad social, Medicare y Medicaid para los beneficiarios elegibles. Mientras tanto, la postura de los demócratas es dar estas prestaciones a los extranjeros ilegales, lo que llevará a la quiebra a estos programas y perjudicará a los adultos mayores estadounidenses”.

En suma, la jornada de movilizaciones en los Estados Unidos da cuenta de que el mundo es más rico de lo que parece al ver lo noticiarios o leer los periódicos, saturados con las bravuconadas de Trump y las pugnas geopolíticas por arriba. Aunque la polarización es asimétrica y el polo reaccionario es el dominante a nivel internacional, también hay vida por abajo y la lucha de clases continúa. La reversibilidad dialéctica está inscrita como una potencialidad en la actual etapa. Los golpes reaccionarios y autoritarios pueden desencadenar respuestas por abajo en un sentido contrario. Las sociedades son cuerpos vivos y, como tales, es posible que exploten ante los ataques constantes de los de arriba.

Una lección que la izquierda revolucionaria tiene que tener presente para ubicarse en el mundo actual y no incurrir en análisis unilaterales que, inevitablemente, conducen al pesimismo y al escepticismo con respecto a la lucha de clases (ver Sobre Lenin, Hegel y la dialéctica del siglo XXI de Roberto Sáenz para profundizar en el tema).

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