Hace falta un Encuentro de ocupados y desocupados y una jornada nacional de lucha

Mientras la crisis económica se profundiza día a día, la burocracia sindical y los movimientos sociales oficialistas se empezaron a “mover” en un intento de contener a los trabajadores ocupados y desocupados.

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Mientras la crisis económica se profundiza día a día, con la Ministra Batakis yendo a Washington a prometer mayor ajuste, con el gobierno haciendo “guiños” a los sojeros para que liquiden las divisas que tienen retenidas esperando una devaluación, la burocracia sindical y los movimientos sociales oficialistas se empezaron a “mover” en un intento de contener a los trabajadores ocupados y desocupados que todos los días ven perder poder adquisitivo y que llegar a fin de mes es una odisea.

Haciendo mímica luchista, durante los últimos días hemos visto asambleas, actos y movilizaciones del MTE de Juan Grabois junto a la CTA Autónoma reclamando el Ingreso Básico Universal;de distintos sectores de la CGT, la CTA y los movimientos sociales haciendo actos y marchas de velas en el 70 aniversario de la muerte de Eva Perón “contra la inflación y los formadores de precios”. A su vez, la CGT convocó a una movilización el 17 de agosto al Congreso “para interpelar a la política” ante la crisis que vive el país. Los movimientos sociales oficialistas anuncian movilizar medio millón de personas el 7 de agosto, día de San Cayetano, al centro de la ciudad.

El punto en común de todas estas menti-medidas, es el de externalizar las culpas en terceros (la Sociedad Rural, los formadores de precios, etc.), obviando la responsabilidad de un gobierno debilitado por la crisis económica en curso, incapaz de tomar alguna medida real que afecte los intereses de los poderosos, cruzado por una crisis política en el Frente de Todos, que ahora aparece mediada ante el silencio al cual se llamó el kirchnerismo por la imposibilidad congénita de plantear un programa alternativo al ajuste del FMI.

Sostener al gobierno mientras “hacen que hacen” es, por todo concepto, el programa de las dirigencias sindicales y sociales oficialistas.

Problemas y límites para una salida unitaria

En este marco, se plantea la cuestión para la izquierda sobre como intervenir en la crisis en curso y con qué programa, en un escenario de fragmentación de los distintos sectores de trabajadores ocupados y desocupados. Mientras el movimiento obrero ocupado sigue atado de manospor la burocracia sindical-que administra el ánimo social con aumentos a cuentagotas vía las revisiones paritarias-, el movimiento de desocupados conducido por la Unidad Piquetera aparece movilizándose y realizando hechos políticos con cierta regularidad que permiten llevar el reclamo de un sector de la sociedad donde la inflación y las carencias cotidianas hacen estragos. La centralidad que ha adquirido este sector en la vida política, lo ha expuesto a la demonización y ataque de parte de distintos sectores políticos y los medios de comunicación. Cristina Kirchner dio la voz de largada de esta campaña macartista al proponer llevar el manejo de los planes sociales a las intendencias y punteros del PJ, y fue seguida inmediatamente con allanamientos y apertura de causas judiciales a líderes piqueteros, tanto oficialistas como opositores. Hay que rechazar este intento de criminalización de la protesta social. Dicho esto, disentimosdel manejo punteril y burocrático de los beneficios sociales, y apelamos por una administración democrática de los mismos, entendiendo que este es un debate que se debe llevar adelante dentro de los propios movimientos sociales, sin injerencia de ningún estamento del Estado.

Un primer problema está vinculado a la unidad entre los distintos movimientos sociales, algo que se ha venido esbozando durante las últimas semanas, y que ha tenido algunos puntos de contacto en relación a enfrentar la judicialización del conflicto social. Sin embargo, esto, sin dejar de ser progresivo, ha planteado el problema de hasta donde es posible avanzar. Desde nuestro punto de vista,a priori, es correcto intentar la mayor unidad posible para golpear alrededor de un programa común y evitar la fragmentación del movimiento. Sin embargo, y como señalamos más arriba, los movimientos sociales oficialistas se esfuerzan en sostener al gobierno (“Al gobierno de Cristina y Alberto vamos a defenderlo hasta el último día del mandato”, afirmaron días atrás). Aclaremos que no es necesario exigir que rompan con el gobierno para llevar adelante una movilización unitaria con un programa correcto, pero su definición es otra: ser agentes del gobierno en el movimiento de desocupados. Esta es la posición básicamente del Movimiento Evita y Barrios de Pie. Mientras tanto, el MTE de Juan Grabois, aparece como más “combativo” alertando sobre la posibilidad de saqueos y “que está dispuesto a dejar la sangre en la calle para que no haya más hambre en la Argentina”. A pesar de la rudeza de las palabras, el reclamo de Ingreso Básico Universal, no solo es extremadamente elemental –refiriéndose solamente a un sector limitado -, sino que es profundamente conservador. Por un lado, porque el ingreso que se plantea es inferior al que hoy se recibe por los Potenciar Trabajo ($15 mil contra $22 mil), pero a su vez, porque es imposible desligar esta iniciativa de la diatriba derechista de Cristina para universalizar los planes, que intenta socavar a las organizaciones piqueteras, en particular a las que son independientes del Estado. Por otro lado, porque este ingreso es, en última instancia, un intento de anclar a los desocupados, precarizados, y monotributistas, en esa condición, sin posibilidad de reinsertarse en el mercado laboral por un trabajo asalariado y con todos los derechos. La lógica de estos sectores es que el capitalismo es incapaz de generar pleno empleo, con lo cual hay que dar respuesta a los “excluidos” con una renta miserable, que no cuestiona un centímetro la configuración neoliberal del mismo.

Es por eso que, por elsostenimiento al gobierno, y por el programa que levantan, es difícil encontrar puntos de acuerdo con estos sectores.

Un segundo problema, tiene que ver con el programa y el accionar de la Unidad Piquetera. Si bien levantan un programa de reclamos elementales correctos, hay una enorme incapacidad de desarrollar una orientación que tienda un puente con los sectores de trabajadores ocupados. Un programa estrictamente mínimo, basado en la apertura de cupos de planes sociales, encapsula demasiado a los movimientos sociales e impide desarrollar una verdadera unidad de clase entre ocupados y desocupados. Sumado a esto, y en el marco de la profundización de la crisis económica, las medidas de lucha que se vienen llevando adelante, si bien son hechos políticos de impacto mediático, no logran mover el amperímetro sumando activamente a otros sectores de trabajadores y trabajadoras.

Una propuesta para enfrentar la crisis desde abajo

Estas limitaciones impiden revertir el desarrollo de la crisis en un sentido progresivo para los de abajo. Por su programa y por las medidas, se encuentran por detrás de las posibilidades planteadas por el cuadro general.

Se impone la necesidad de una convocatoria más amplia, del tipo Encuentro Nacional de Ocupados y Desocupados (estableciendo una determinada proporción con los movimientos sociales), que logre agrupar a los sectores en lucha, a la izquierda, los movimientos sociales, los sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados recuperados de manos de la burocracia sindical, etc. Un gran Encuentro de los sectores combativos que pueda discutir un programa de unidad de clase que permita arrastrar a más sectores: salario mínimo de $160.000 indexado mensualmente por la inflación, trabajo genuino para todos, un plan de obras públicas real para reinsertar a los trabajadores desocupados, para palear el déficit infraestructural del país (caminos, rutas, tendido ferroviario, escuelas, hospitales, viviendas) , financiado con impuestos a las grandes fortunas y retenciones del 50% al campo;  basta de precarización laboral, reconocimiento del SiTraRepA (Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación), pase a planta permanente de todos los tercerizados, etc.

A su vez, este Encuentro de reagrupamiento de los luchadores tiene que plantearse llevar los métodos a un plano más activo, para desarrollar una Jornada Nacional de Lucha con cortes de rutas y puentes que, ante la inacción real de la burocracia sindical, se proyecte como una alternativa para el conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados. La crisis económica, política y social crece en profundidad e intensidad, hay que redoblar de manera urgente los esfuerzos para reagrupar a los luchadores y que los reclamos de los de abajo se escuchen en las calles.

1 COMENTARIO

  1. Hola, el 9 de Julio pasado se llevo a cabo el primer encuentro nacional de trabajadores y el pueblo. Las consignas y los puntos de unidad son muy similares a los que plantean, espero que investiguen la adhesion a los mismos, ya que se pone como prioridad la maxima unidad en amplitud, con el movimiento de trabajadores ocupados y desocupados, por una salida democratica, popular y patriotica.

    Me parece que es momento de dejar las vanas ambiciones de conducir un movimiento que crece y que precisa de acuerdos minimos para seguir avanzando hacia un levantamiento popular.

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