Este domingo se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Francia. En esta ocasión el presidente saliente Emmanuel Macron (LREM) se jugó la reelección. Esto tras un primer periodo de gobierno con una agenda plagada de ataques a las condiciones de vida y derechos del pueblo trabajador. Macron obtuvo -con el 100% de las mesas escrutadas- el 27,8% de los votos (9.785.578).

Por otro lado, la ultra derecha rancia representada por Marine Le Pen (RN) obtuvo un 23,1% (8.136.369) ubicándose como segunda fuerza.

Habiendo estado lejos del 50% de los votos requeridos para asegurar una victoria en primera vuelta, ambos candidatos van enfrentarse en el balotaje del próximo 24 de este mes.

Melenchon, a pesar de ganar en la mayoría de las ciudades grandes y en los alrededores de París, quedó fuera del ballotaje por menos de un punto y medio, obteniendo un 21,95.

Un dato saliente de esta jornada fue la alta abstención respecto a la participación. De las 48.747.914 habilitadas para votar unas 12.824.135 (un 26,2%) no participaron de los comicios, según datos brindados por el Ministerio del Interior a través de su sitio oficial. La abstención fue cuatro puntos mayor este domingo respecto a las elecciones del año 2017, donde el escenario también fue de balotaje entre Macron y Le Pen.

Derrumbe de Republicanos

Los comicios también evidenciaron un estrepitoso derrumbe de los partidos tradicionales del régimen francés. Valérie Pécresse, candidata del el partido del ex presidente Nicolas Zarkozy LR (Los Republicanos), obtuvo un magro 4,78% de los votos. Por su parte, el PS, con la candidatura de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, apenas alcanzó el 1,8% de los votos. Esta última fuerza obtuvo con estos números el peor resultado de su historia en el último medio siglo.

La posición de la izquierda independiente

Por parte de las candidaturas de la extrema izquierda, el NPA de la mano de Philippe Poutou conquistó unos 268 mil votos (0,8%). Sumado a la votación de Lutte Ouvriére (0,6%), la izquierda roja obtuvo unos 466 mil votos en total. Es evidentemente una votación humilde pero nada despreciable teniendo en cuenta la enorme presión del voto útil hacia Mélenchon. Cabe destacar que el NPA realizó una campaña contra viento y marea superando las duras trabas para la presentación de una candidatura anticapitalista, además de contar con muchísimo menos recursos económicos y espacio en los medios de comunicación. En un comunicado oficial difundido al final de la jornada de ayer, Poutou saludaba a quienes lo apoyaron con su voto e inmediatamente posicionaba de cara al balotaje diciendo que:

«Nuestra consigna de voto es clara: ningún voto para la extrema derecha. Sin embargo, no levantaremos la consigna de votar a favor de Macron, ya que es un bombero pirómano cuyas políticas son una de las causas del ascenso de la RN. Macron no significó ninguna contención contra la extrema derecha que creció durante su quinquenio.»

«Para hacer retroceder verdaderamente este peligro (el de la extrema derecha), no hay otra solución más que luchar, contra la extrema derecha pero también contra todos aquellos y aquellas que, como Macron y todos los que lo precedieron, llevaron a cabo o quieren imponer medidas antisociales. Esto pasa también por la reconstrucción de un proyecto de emancipación para las clases populares», agregó el candidato obrero del NPA.