El organismo ya lo había hecho en marzo, advirtiendo aquella vez que el ajuste podría llegar ser demasiado severo y desproporcionado sobre los sectores mas vulnerables. Claro que estas críticas no son mas que un cuestionamiento táctico.

Cual CEO de una empresa, evalúa hasta donde se puede explotar a los trabajadores, el FMI también tiene en cuenta la viabilidad de las políticas de ajuste y los resultados negativos desde ese punto de vista. Temen que el gobierno se «pase de rosca» y termine por destruir todo peso político para aplicar el ajuste como tal.

El plan de ajuste podría fracasar

«Como hemos dicho muchas veces en el pasado, sigue siendo fundamental trabajar para ampliar el apoyo político a la estabilización y reforma macroeconómica» enfatizó la directora de comunicaciones del FMI, Julie Kozack. Esta es claramente la indicación de un CEO que se preocupa por cuestiones de viabilidad respecto del aislamiento político al que por momentos se fuerza Milei.

En las propias palabras del FMI, «será necesaria una calibración adicional basada en la evolución de los indicadores sociales y de pobreza».

El FMI se siente jefe del país independientemente de quién lo gestione, porque sostiene sobre todo gobierno la cuerda al cuello de la deuda. Desde esa posición es que dicta el ajuste y fiscaliza toda la política nacional. Ya han lanzado a la más absoluta miseria a millones, en Argentina en particular. Nadie se cree ninguna lágrima de cocodrilo. Su temor es bien concreto: que hacer demasiado pobre a la gente pueda quitarles el poder de hacerla cada vez más pobre.