
Según datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), en el segundo semestre de 2022 la pobreza alcanzó al 39,2% de los argentinos. La indigencia, por su lado, habría alcanzado al 8,1%.
Si los peores datos de pobreza bajo este gobierno fueron en el 2020, en el peor momento de la crisis del covid-19, los porcentajes nunca bajaron luego de un piso mucho más alto que los años anteriores.
Estas cifras implican que alrededor de 18,6 millones de personas son pobres en nuestro país, y de ese total 3,8 millones son indigentes. Siguen siendo números escandalosamente altos que muestran la crisis social y económica del país, así como las consecuencias de las políticas de ajuste llevada a cabo por los sucesivos gobiernos en los últimos años.
Los datos del INDEC evidencian que la política de ajuste del gobierno de Fernández tiene como único resultado el aumento de la pobreza. La derecha de Juntos y Milei fingen preocupación pero proponen más ajuste y un mayor ataque a las y los trabajadores con contrarreformas… https://t.co/uZbpmkQHXM
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) March 31, 2023
El índice sigue estando por encima de los últimos datos de la situación antes de la pandemia, correspondientes al segundo semestre de 2019. En aquella oportunidad, la pobreza llegó al 35,5% y la indigencia al 8%. Ambos índices por debajo de los actuales.
Trabajadores pobres
Siguiendo con la comparación pre-pandemia, los datos muestran un sugerente desacople entre la pobreza y desempleo. La lógica indica que si cae el segundo, debería caer también el primero. Pero no fue así. El desempleo bajó, mientras que la pobreza aumentó.
#DatoINDEC
La pobreza alcanzó al 39,2% de las personas y al 29,6% de los hogares en el 2° semestre de 2022; la indigencia, al 8,1% y al 6,2%, respectivamente https://t.co/ylIs2IPUGh pic.twitter.com/3hilPahLWL— INDEC Argentina (@INDECArgentina) March 30, 2023
Esto sólo puede explicarse a través del tremendo avance de la precarización laboral y el derrumbe del salario, erosionado mes a mes por la inflación. La situación es particularmente dramática entre los trabajadores no registrados: sus salarios en promedio subieron el año pasado un 65%, 30 puntos por debajo de la inflación.
La tendencia se ve aun más claramente y de la manera más cruda con sólo ir unos pocos años más atrás, hasta 2017. En aquel año, el desempleo era prácticamente idéntico a los números actuales, pero la pobreza era de alrededor del 25%. Los datos actuales significan un salto de casi un 15% en la pobreza sin que haya aumentado el desempleo, es decir que hay millones de nuevos trabajadores pobres.