Estados Unidos

CPAC: Trump se relanza con Milei como lamebotas

La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) es la mayor cumbre conservadora del país norteamericano, con protagonismo del ala derecha del Partido Republicano y de una infinidad de ONGs ultraderechistas afines. Este año funcionó en los hechos como el lanzamiento de la campaña presidencial de Donald Trump.

Este año, la Conferencia funcionó en los hechos como el lanzamiento de la campaña presidencial de Donald Trump. Las elecciones internas republicanas aún no terminaron, pero Trump ya se quiere presentar como el candidato ganador por una aplastante mayoría. En las primarias de Carolina del Sur, realizadas pocas horas después del cierre de la CPAC, el anaranjado ex presidente obtuvo el 62% de los votos, 40 puntos por encima de su contrincante Nikki Haley.

Aún así, el acto trumpista tuvo ribetes contradictorios. Los medios internacionales y algunas de las principales cadenas derechistas estadounidenses (como la Fox News, hace algunos años la principal promotora de la candidatura trumpista) hicieron eje en la disminuida convocatoria. Es cierto que la asistencia a la CPAC no fue de ninguna manera masiva, aunque participó un núcleo duro trumpista, el sector más locoide y exacerbado de la base republicana.

También fue notoria la ausencia de varias figuras republicanas de primer orden, como Ron De Santis, gobernador de Florida y el candidato republicano más natural por detrás de Trump. Otros ausentes fueron el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, el ex vicepresidente Mike Pence (que eligió despegarse de Trump luego del Asalto al Capitolio) y los senadores Mitch McConnell y Tim Scott.

En líneas generales, la imagen que quedó plasmada fue la de un Trump relanzado que aparece como favorito republicano pero que parece haber perdido apoyo entre el establishment republicano fruto de los escándalos de la Toma del Capitolio y los juicios en su contra. A esto parecía apuntar Nikki Haley cuando dijo, durante su discurso en la CPAC, que era hora de una nueva generación republicana.

Pero Trump continúa manteniendo una alta popularidad dentro de la base electoral republicana. Y la debacle económica de la gestión Biden (sumada a las turbulencias geopolíticas) le dan aire de cara a las elecciones de este año.

Y para compensar la relativamente magra convocatoria Trump hizo uso de un amplio arco de aliados internacionales. Estuvieron presentes miembros de la ultraderechista Alternativa para Alemania, Monica Cotenescu, del Partido Republicano de Rumania, la ex premier británica torie Liz Truss, el presidente del partido español VOX, Santiago Abascal, así como Eduardo Bolsonaro.

Milei: lamebotas oficial del trumpismo

Destacado entre los aliados de Trump quedó Javier Milei. Fue el primero en ser saludado por el propio Trump en su discurso, diciendo que «Milei es MAGA», en referencia al slogan trumpista.

La presencia de Milei tuvo dos funciones. Por un lado se trata quizás del único mandatario nacional tan estrechamente alineado con el trumpismo. Y no es ningún secreto que la ultraderecha a la Trump es una tendencia internacional, con puntos de contacto en América y Europa. La consagración electoral de un ultraderechista rabioso como Milei (aún en un país hiper austral como la Argentina) califica a la ultraderecha internacional.

Trump Milei

Por otro lado, también es sabido que la sumisión colonial de Sudamérica a Estados Unidos es parte integral del programa de Trump. Y también del programa de Milei. Significativamente, antes de viajar a la CPAC Milei se reunió con funcionarios de Biden. Sucede que la profesión de vasallaje respecto a la potencia estadounidense es un valor fundamental para el programa mileísta, sin importar quien se siente en el sillón de la Casa Blanca. La presencia del presidente argentino en la cumbre trumpista es una declaración de intenciones y lealtad: Milei está dispuesto a lamer las botas del derechista yankee durante todo su mandato.

Trump 2.0: más derechista que nunca

En su discurso central, Trump se dió por ganador en las próximas elecciones y apuntaló su programa. «Un voto por Trump es un boleto de vuelta hacia la libertad, es tu pasaporte para salir de la tiranía y tu único escape de la vía al infierno de Joe Biden y su pandilla» dijo. En referencia al actual presidente, soltó una serie de imprecaciones delirantes con su habitual estilo provocador. «El show de juicios estalinistas realizado por órdenes de Joe Biden» dijo, en referencia a los juicios en su contra, «prenden fuego nuestro sistema de gobierno y cientos de años de tradición legal occidental».

Acto seguido, dejó en claro cuál sería el principal enemigo de su eventual nuevo mandato: los inmigrantes.

«Están viniendo de Asia, están viniendo de Medio Oriente, vienen desde todo el mundo, vienen desde África, y no lo vamos a soportar. Están destruyendo nuestro país». Según sus propias palabras, la primera medida que tomaría de llegar a la presidencia sería «cerrar la frontera» y comenzar «la mayor deportación de la historia».

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