Leia em português
Read in english
La ola de organización, acampes y ocupaciones en las universidades de Estados Unidos es en este momento uno de los epicentros de la ola de movilización de masas internacional contra el genocidio en Gaza.
Desde octubre del año pasado, la agresión genocida del Estado colonial y racista de Israel no se ha detenido ni un solo día. Dejaron un tendal de destrucción de hogares, hospitales, infraestructura… Pretenden hacer Gaza inhabitable y cumplir así con su objetivo de limpieza étnica.
Además, en todas las grandes potencias -el imperialismo clásico yanqui y europeo, Rusia y China que aspiran a ser imperialistas- viene en franco crecimiento la amenaza del militarismo, sobre todo desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
Pero la movilización masiva en todos los continentes, en todas las grandes ciudades del mundo, ha abierto una crisis política internacional. El rechazo al apoyo incondicional del genocidio por parte del gobierno de Biden puede ser determinante en las elecciones presidenciales de este año. En el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos se abstuvo en una votación de alto al fuego. Es el primer antecedente en décadas de apoyo incondicional del imperialismo yanqui al Estado sionista.
Ahora, en el corazón del imperialismo, se ha abierto un nuevo momento de organización en las Universidades. Los acampes podrían darle una continuidad en el tiempo a la movilización y las protestas contra el genocidio. Es una diferencia enorme con las masivas marchas contra la guerra en Iraq, que fueron inmensas pero pronto cedieron ante el apoyo mayoritario a la guerra, cebado por los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Los acampes comenzaron en la Universidad de Columbia, Nueva York. Las autoridades de la universidad solicitaron a la policía de Nueva York que reprimiera a sus propios estudiantes, dejando más de 100 detenidos. Pero, lejos de retroceder, la respuesta del movimiento estudiantil fue redoblar los esfuerzos, comenzando una verdadera ola de acampes por todo el país ocupando NYU y Yale en Nueva York, llegando a las Universidades de California, Michigan, Carolina del Norte, Massachusetts, Rhode Island y Minnesota.
El movimiento rechaza el apoyo de su gobierno al genocidio. Exigen también el fin de las inversiones de sus Universidades en empresas armamentísticas israelíes.
Mientras los estudiantes denuncian que desde la ofensiva israelí sobre Gaza se multiplicaron los ataques islamófobos hacia estudiantes y docentes, la cobardía de las autoridades no tiene ningún límite. Su respuesta ha ido desde virtualizar las clases para intentar vaciar las facultades hasta el llamado a la policía para reprimir a los estudiantes. Son capaces de apresar a sus propios estudiantes a cambio de los fondos que reciben del sionismo.
Frente a la ola de ocupaciones que crece en todo el país, el vocero presidencial Mike Johnson sugirió la intervención de la Guardia Nacional contra los estudiantes.
El establishment es duro contra los estudiantes que rechazan un genocidio de la misma manera que permisivo frente a la violencia de la extrema derecha, que tiene por referencia a Donald Trump. Reprimen a los estudiantes y los acusan de antisemitismo, pero ningún policía reprimió en Charlottesville en 2017, cuando banderas neonazis ondearon en el encuentro alt right de defensa del trumpismo, que tuvo como consigna “los judíos no nos reemplazarán”.
El movimiento universitario tiene en frente no solamente al establishment imperialista clásico, también tiene por enemigo a la nueva extrema derecha, que intenta darle este año un segundo mandato a Donald Trump. Mientras los cobardes demócratas acusan de “antisemitas” a los estudiantes antiimperialistas, permiten y normalizan que la extrema derecha pueda ocupar poder institucional. La misma que ha creado las condiciones para los atentados a sinagogas y mezquitas en los últimos años. La misma que fue responsable de la intentona golpista del 6 de enero del 2021.
El antecedente más cercano de esta ola de movilización fue la rebelión antirracista del 2020, el Black Lives Matters. Cuando las brasas de la rebelión contra la violencia policial racista no se habían terminado de enfriar, se prende ahora el fuego del rechazo al genocidio en Gaza.
Y, además, Estados Unidos vive la ola de sindicalización más importante en cuatro décadas, con la organización de los trabajadores de Amazon, los jóvenes de Starbucks, los obreros de las automotrices y un largo etcétera. La juventud que despertó en el enfrentamiento al racismo y la extrema derecha le da un impulso histórico a la reaparición del movimiento obrero en la escena norteamericana y a la movilización antiimperialista.
Los acampes universitarios se mezclan así en la situación histórica con la reorganización de la clase trabajadora y el movimiento antirracista. Y la movilización y la protesta pueden estar convirtiéndose en organización. La entrada en escena de los estudiantes en los campus de Estados Unidos coincide con el estallido de la inmensa movilización universitaria de 2 millones de personas en Argentina. El movimiento estudiantil argentino, que el 23 de abril hizo una demostración de fuerzas histórica, no solamente tiene en frente a un gobierno enemigo de la educación pública. Milei también es un perro faldero del imperialismo y el genocidio en Gaza al que hay que derrotar en todos los frentes. Mientras tanto, el ejemplo de organización estudiantil por Palestina de Estados Unidos se extiende a otros países, como Francia.
¡El rechazo al genocidio en Gaza, así como la movilización estudiantil de masas en Argentina, pueden ser un punto de quiebre en la situación internacional! La organización de los estudiantes de Estados Unidos y Argentina puede convertirse en un ejemplo de solidaridad y organización internacional anticapitalista y antiimperialista que enfrente a la extrema derecha. De la misma manera que lo fue el movimiento estudiantil contra la guerra de Vietnam, el movimiento por los derechos civiles de Estados Unidos y la ola de movilización obrero-estudiantil comenzada por el Mayo Francés.
¡Por una campaña internacional de solidaridad con la lucha del movimiento estudiantil, en Estados Unidos y Argentina, en todas partes! ¡Por el fin del genocidio en Gaza! ¡Palestina libre!