El Estado es una máquina que para poder funcionar eficientemente requiere registrar todo y cada uno de sus movimientos. El burocratismo y el papeleo es una de sus marcas características. Esto vale tanto para los regímenes democráticos como para los dictatoriales.
Por lo tanto, es más que evidente que tanto la represión paramilitar que se inició con el gobierno de Perón e Isabelita y López Rega por medio de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), como el plan sistemático de desaparición y exterminio de personas, que con tanta eficiencia llevaron a cabo los militares argentinos con el apoyo y colaboración de los empresarios, la iglesia y el imperialismo, no se pudo haber ejecutado como se hizo sin haber creado un inmenso caudal de papeles y documentos que conforman el archivo del horror de los crímenes de la última dictadura.
Esos documentos son un material valiosísimo que da cuenta cabalmente de quiénes fueron los que ordenaron y quiénes los que ejecutaron las miles de detenciones, torturas, asesinatos, secuestros, robos de bebés y supresión de sus identidades. Son miles de funcionarios civiles, políticos y militares, los cuales han continuado ejerciendo cargos en el Estado durante décadas y algunos continúan al día de hoy.
Son documentos que clarifican las responsabilidades y complicidades de los distintos partidos políticos patronales, del sector empresarial (ese mismo que hoy se llena la boca de libertad), de la cúpula de la iglesia católica que señaló, delató y encubrió el secuestro y tortura de clérigos y laicos. Son documentos que pueden ayudar a conocer el lugar en donde se encuentran los cuerpos sin vida de nuestros 30.000 desaparecidos. Y son también documentos invaluables para ayudar a la enorme tarea que llevan adelante las abuelas y familiares para poder dar con los más de 500 hijos de desaparecidos que fueron secuestrados y a quienes les usurparon su identidad, entregándoselos a sus secuestradores, abandonándolos o vendiéndolos.
Desde hace décadas las organizaciones de derechos humanos y los partidos de izquierda venimos reclamando la apertura de esos archivos y que se den a conocer a todo el mundo. Durante los últimos 38 años todos los gobiernos han sido cómplices de este “silencio de Estado” que garantiza la impunidad. Hace un mes en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, exSIDE) se encontraron casualmente algunas carpetas que contenían más de 500 fotos y legajos de diferentes personas indicadas para ser “neutralizadas”, muchos de ellos integraron las listas de futuros desaparecidos, otros fueron perseguidos y se tuvieron que exiliar. Esos popeles son sólo la punta de un iceberg inmenso, son la prueba efectiva de que esos archivos existen y que están en las distintas oficinas de inteligencia civiles, militares y policiales.
Es por eso que el Nuevo MAS celebra la iniciativa de los compañeros del Encuentro Militante Cachito Fukman y convocamos a participar de esta campaña enviando su adhesión (nombre y DNI) al correo electrónico de los compañeros: info@encuentromilitantecachitofukman.org.
Basta de impunidad y complicidad
Apertura de los archivos de la represión
Memoria, Verdad y Justicia
(1) https://encuentromilitantecachitofukman.org/index.php/campana-por-la-apertura-de-los-archivos-de-la-dictadura-genocida