Brutal femicidio de una niña wichí en Salta

Este sábado 5 por la tarde, se conoció el caso de Florencia, una niña wichí de solo 14 años víctima de un femicidio ocurrido en Pichanal, departamento de Orán, provincia de Salta.

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Florencia ese es el nombre de la niña wichí de 14 años víctima de un femicidio ocurrido este último sábado por la tarde, en Pichanal, departamento de Orán, provincia de Salta. Este es el tercer femicidio en la provincia en solo dos meses, dos de las víctimas eran wichís. La violencia patriarcal, racista y la desidia que viene del Estado y los gobiernos provincial y nacional atravesó toda la vida de esta niña. Duele contar este desenlace cargado de una injusticia que llena de bronca.

Su cuerpo fue abandonado cerca de la ruta provincial 5, en un lugar próximo al cementerio de Pichanal. Cuando Florencia sufrió el ataque, según trascendió, estaba en compañía de un joven. Un hombre adulto señalado como su «ex pareja» – hablamos de una niña abusada desde los 11 años por este – atacó a ambos y la hirió con un cuchillo provocándole al menos dos heridas en el pecho. En las últimas horas la fiscal de Orán, Claudia Carreras, informó que estos dos hombres fueron detenidos a la espera de la audiencia de imputación.

Este femicidio ocurre a escasos días del 8M, pero, la pandemia de femicidios no se detiene y, en el caso de las comunidades originarias del norte de Salta -como en otras provincias del NOA. Las expresiones de barbarie machista y racista son sistemáticas en el marco de la total impunidad que ofrece el Estado. Por mencionar solo un ejemplo, muchos funcionarios consideran al «chineo» como una «práctica cultural».

El Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir en el marco de la campaña #BastaDeChineo, denunciaba que se trata de “la violación en manada a niñas indígenas mayormente entre 8 y 11 años, a modo de marcar propiedad sobre sus cuerpos”. Además, sostiene que esta “tiene una carga racista, misógina y genocida, que no le pertenece al mundo indígena, pero si la omitimos estamos contribuyendo al negacionismo de mostrar la perversidad racista del Estado».

La cruenta opresión se mezcla además con la extrema pobreza y el abandono al que se ven sometidas las comunidades en el norte de la provincia. En los departamentos de Orán, San Martín y Rivadavia fue declarada la emergencia sociosanitaria y, sin embargo, siguen sin ejecución las obras urgentes ante la falta de agua corriente.

Las infancias son las más afectadas. Solo en el primer cuatrimestre del 2021, 36 niñas, niños y adolescentes fallecieron por no contar con este recurso básico. El registro real de estos casos se dificulta, según información del Colectivo Infancia en Deuda, dado que muchos de las y los nacidos en las comunidades no acceden al Documento Nacional de Identidad. Los derechos a la salud, educación, viviendas dignas y alimentos son sistemáticamente negados.

Además, esto es agudizado por el desmonte que propician los capitalistas del agro que avanza sobre las comunidades y sus territorios. El doctor Rodolfo Franco, quien trabaja en el paraje Misión Chaqueña hace años relataba a la Agencia Tierra Viva:

“La justicia de Salta es una risa, los jueces y fiscales firman cualquier cosa. Hay grandes terratenientes usurpando tierras que son ancestrales. Las tierras de los wichí pasan a manos privadas a cambio de nada. La población está desnutrida, sin atención médica, con su tierra devastada. Y encima le ponen alambrado al poco monte que queda y donde antes cazaban y pescaban”.

La familia de Florencia es un reflejo de esa realidad, el grupo de mujeres Kuape Äi (Aquí estoy), de una comunidad cercana así lo expresaban en los medios. Contaron que el papá de la niña trabaja como changarín en fincas cercanas y su paga es por día trabajado, la hermana que es solo un año menor que Florencia ni siquiera asiste a la escuela. No había dinero para un cajón después de conocer la noticia del femicidio, tampoco para comer.

Diferentes instituciones se patearon la pelota, hasta el momento la familia se enteró del avance de la causa por los medios de comunicación. No es una realidad desconocida para los gobiernos de Gustavo Sáenz, de Alberto Fernández, ni para la gestión de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta. La falta de políticas ante las múltiples opresiones, violencias e injusticias que sufren las niñas, mujeres e infancias de las comunidades es evidente, eso los hace responsables.

Como el patriarcado no se cae por decreto, sino que lo vamos a tirar y hacer arder junto a todo este sistema de explotación y opresión, queda en manos de la organización de las y los de abajo, sus movimientos el que esto cambie. Tiene que haber justicia por Florencia y por todas.

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