Este lunes se llevó a cabo una contundente y masiva movilización al Congreso de la Nación y en las principales ciudades del país en el marco del quinto Paro Internacional Feminista por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Las concentraciones fueron tomando color a partir del mediodía, cuando comenzaron a concentrarse las distintas agrupaciones feministas, entre ellas Las Rojas, en las cercanías del Congreso y en la Plaza de Mayo.

Según estimaciones de las organizadoras, unas 45 mil mujeres estuvieron presentes ayer en la marcha, que en horas de la tarde copó las calles frente al Congreso en la Capital Federal.

Los alrededores del edificio del poder legislativo volvieron a llenarse con la presencia de la marea feminista que, en esta ocasión, tuvo entre sus principales reclamos la escalada de femicidios. Las manifestantes denunciaron el salto exponencial de la violencia de género desde el comienzo de la pandemia y denunciaron la responsabilidad estatal ante los mismos.

Tal como reflejábamos desde este portal, la cifra de femicidios en lo que va de 2021 se estima en más de 60 víctimas según datos del Observatorio Lucía Pérez. A ellas se suman los trans-travesticidios que también ocurren y crecen al amparo de un Estado y gobierno que no toma medidas contundentes. Mientras, ante las calles repletas el presidente, Alberto Fernández, declaraba que el patriarcado se reduce a un problema cultural, cuando antes había dicho que ya se había puesto fin al mismo.

No está de más recordar y señalar que esa frase sobre el fin del patriarcado fue en el marco de arrogarse la aprobación del IVE en diciembre del año pasado, negando que se trató de una conquista producto de la organización y lucha en las calles del movimiento feminista, de la marea verde.

Lejos de asumir responsabilidades como gobierno frente a la violencia machista, el foco del oficialismo sigue puesto en centrar críticas solo en la justicia patriarcal y así, patean la pelota de un problema estructural donde sus función, por ejemplo, desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades queda reducido a un lindo adorno decorativo que reparte culpas y discursos vacíos.

Pero las voces que se expresaban por abajo daban cuenta de una experiencia en curso y un recorrido enorme hecho por el movimiento y, donde los debates y ejes que intenta imponer el gobierno están lejos de ser asimilados acríticamente por todos los sectores que dan vida hoy y le ponen el cuerpo a la lucha feminista.

«Resistir para existir» decía una pancarta que llevaba Angie Tobar, de 25 años, quien declaró a la Agencia Telam: «Esto es una conmemoración de todas las mujeres que venimos luchando por nuestros derechos. Es una reivindicación por la violencia de género, a las mujeres todos los días nos matan. Seguimos resistiendo y denunciando, y parece que no pasa nada», dijo a Télam Angie Tobar, de 25 años, quien asistió a la marcha con un cartel que decía »

«Este 8 de marzo volvemos a salir a las calles por la agenda de los reclamos del movimiento de mujeres y personas LGBTT. En el centro de los problemas urgentes está el drama de los femicidios y los trans-travesticidios, que siguen en aumento. Pero, además, esta realidad genera aún mayor indignación porque estos casos son claramente evitables, como en el femicidio de Úrsula Bahillo, quien había denunciado 18 veces a su femicida, un policía que fue protegido por la misma fuerza.»

«Es responsabilidad del Estado y vemos que el gobierno de Fernández no está tomando medidas reales para erradicar la violencia de género”, sostuvo también Manuela Castañeira, dirigente del Nuevo MAS y la agrupación feminista y socialista Las Rojas.

Según Manuela es indispensable que el Gobierno destine presupuesto real para erradicar la violencia machista. “Frente a los casos de impunidad y en un contexto en que uno de cada cinco femicidios son cometidos por miembros de las fuerzas represivas, es necesario que se creen entidades específicas de denuncia en casos de violencia de género que estén controladas por el movimiento de mujeres y personas LGBTT”.

Con esta enorme movilización, el movimiento de mujeres volvió a las calles.