La ministra de trabajo, Raquel «Kelly» Olmos, aseguró que es necesario «debatir» los convenios colectivos de trabajo para adaptarlos «a los nuevos modos de producción». Se trata de un reclamo que los empresarios vienen impulsando hace tiempo.

De esta manera, la ministra busca poner en agenda la reforma laboral. «No es necesaria una ley, puede hacerse mediante las negociaciones tripartitas», aseguró Olmos en una entrevista en el canal A24.

La referencia a la vía «negociada» revela la estrategia de intentar hacer pasar la reforma laboral gremio por gremio, contando con la invaluable complicidad de la burocracia sindical.

Se trata de una agenda profundamente reaccionaria y pro empresarial, que busca cercenar los derechos conquistados de los trabajadores. La única diferencia con los programas neoliberales que encarnan los Bullrich y los Milei es el recurso a la «negociación» y a hacerlo de manera «consensuada» entre gobierno, empresarios y sindicatos.

Demás está decir que la podrida y traidora dirigencia sindical está muy lejos de ser representativa de la verdadera voluntad de los trabajadores. Mucho menos de ser una garantía de defensa de sus derechos. Más bien al contrario, la vieja conducción sindical peronista tiene un largo prontuario de traiciones de este tipo en su haber.

No por casualidad la propia Olmos puso de ejemplo al SMATA como camino a seguir. El gremio viene de acordar una reforma laboral en la fábrica de Toyota.

La ministra aseguró que “Lo que hacen estas modificaciones es reconocer hechos concretos de cambios en los modos de producción”, y que es necesario «modernizar» los convenios. Son eufemismos bien conocidos por los trabajadores, que sabemos reconocer muy bien el lenguaje patronal cuando se lo escucha.