Las demoras en el Sarmiento ayer fueron un testimonio notorio de lo que se sufre todos los días.
En la mañana de ayer, martes 25, sucedió un accidente luego que una persona en el paso a nivel de las calles Flores y Lamarca, en el barrio de Floresta, fuera parte de una colisión. También circuló la versión de que “… un hombre de 32 años fue asistido en el paso peatonal ubicado en Venancio Flores y Emilio Lamarca. Según se detalló, no sufrió lesiones ni impactos del tren…”.
Más allá de cuál de las dos versiones es cierta, lo que es seguro es que el incidente no fue tan grave. Sin embargo, el caos se apoderó de las estaciones. El servicio estuvo limitado ente Moreno y Castelar y cuando volvió entre cabeceras la gente se volcó masivamente a los andenes para recuperar el tiempo perdido e intentar llegar a sus trabajos. Esa masa, mayor que la habitual, se agolpó en las estaciones de la Línea Sarmiento y, mientras la tensión subía y los primeros trenes con recorrido completo comenzaban a llegar, la situación escaló a un todos contra todos para poder bajar y subir.
«ES UNA TORTURA ESTO» (Hoy en el Sarmiento)
Desde hace meses se ha vuelto aún más difícil viajar en el Sarmiento, con reiteradas demoras por problemas técnicos o por accidentes evitables. Cientos de miles de pasajeros se ven obligados a diario a viajar como ganado y a tener que… pic.twitter.com/mcMNWz7oGS
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) November 25, 2025
Finalmente, durante la mañana la situación se fue normalizando tras un día de calor donde los colectivos se sobresaturaron y la gente se peleaba en los andenes.
Nada de esto es nuevo. Hace apenas 2 semanas se descarrilaba un tren de la misma línea en la estación Liniers, dejando a 19 personas heridas.
Aún no hay una respuesta oficial de lo sucedido, pero se publicó el video del momento del siniestro. En él se puede ver claramente que el conductor poco pudo hacer, aunque eso no fue suficiente para evitar que la primera persona en ser revisada fuera el propio maquinista. Estuvo demorado en la clínica donde lo atendieron y se le hizo un test de alcoholemia, que dio negativo. Lo mismo para los banderilleros con el mismo resultado. En ambos casos sabían previamente qué dato obtendrían ya que, por protocolo, antes de comenzar su servicio tienen que pasar un test de alcoholemia. Buscaron rápida y frenéticamente una excusa para culpar a los trabajadores, pero nunca jamás de les ocurre ser ni la mitad de rápidos ni la mita de frenéticos para encontrar problemas de desinversión.
“El descarrilamiento de una unidad del Tren Sarmiento en Liniers pone al desnudo las consecuencias de la desidia de estancamiento de los gobiernos anteriores y la destrucción decadente de la obra pública de Milei” decíamos el pasado 11 de noviembre.
Ni hablar de que el caos vivido por los trabajadores se podría haber evitado completamente si no se hubiera abandonado la obra del soterramiento del Sarmiento.
El Sarmiento tiene varios cruces en todo CABA y el Conurbano que son un problema no solo por las demoras sino por los accidentes que las causan. Algunos son menores, como es el caso de ayer, y otros muy graves, con peatones y vehículos atropellados. Todos los que tomamos la Línea 92 aún tenemos fresco en nuestra memoria el terrible accidente de 2011, cuando una sucesión de fallos técnicos causó la muerte de 11 personas, destruyendo el colectivo. Ese paso a nivel sigue igual y solo el trabajo de los señaleros, que hacen malabares para subsanar los grandes y numerosos huecos del desfinanciado sistema ferroviario, evitan que se repita una tragedia igual en cruces utilizados por numerosas líneas de colectivos y vehículos en todo el AMBA.
El literal enterramiento de la obra de soterramiento no desentona con el resto del país, sino que se enmarca en el decadencia y destrucción logística de toda la Argentina. Los gestores del país se dedicaron al abandono total. Y, en la actualidad, parece un museo donde se exponen restos del siglo pasado: de la gran red ferroviaria solo quedo una ínfima parte luego de los 90′; de la primera red de subterráneo de Latinoamérica solo quedo un servicio deficiente con 6 líneas y asbesto en las estaciones; y de la red de tranvías más grande del mundo solo quedaron los rieles al descubierto en San Telmo. Esto no habla de épocas de oro a principio del siglo pasado, sino de la consecuencia de la falta de visión del empresariado argentino y sus representantes políticos.
Como marcamos en la nota publicada respecto a la cancelación del soterramiento: “…La falta de perspectiva estratégica de la burguesía argentina, tanto económica como políticamente, no permitió que se diera (El Soterramiento). El resultado es una obra abandonada, y es ahora un monumento al estancamiento permanente argentino producto de su propia burguesía local. La burguesía argentina es incapaz de tener una visión estratégica y de llevar adelante las tareas necesarias para sacar al país del atraso permanente…”
La gestión capitalista del país, con su incapacidad de llevar a cabo las tareas necesarias, impiden que se pueda tener una infraestructura acorde al desarrollo actual del mundo, causando que los trabajadores y trabajadoras padezcamos el deterioro.
Aplastados, a los empujones, con demoras, descarrilamientos y, en casos extremos, con peligro para nuestras vidas, vamos todos los días al trabajo. Así viven los trabajadores argentinos. Y todo para que luego, esos mismos empresarios y políticos que desinvierten vayan a buscar a los señaleros y maquinistas para culpabilizarlos por no haber llegado a tapar con alambre todos los gigantescos y numerosos agujeros de este sistema de transporte, agujeros que solo existen por la falta de inversión y, ahora, el directo ahogo financiero de toda obra de infraestructura.
