
Pero la elección de este tema por parte del gobierno de Fernández tiene otra intencionalidad, no menos importante. Poner en foco un tema que le permite concentrar el debate político en el terreno exclusivo de la institucionalidad, aumentar como bajo una lupa un eje ajeno a los intereses de las grandes masas que restringe el debate de los asuntos a las fuerzas del régimen, y cubrirse por izquierda polemizando con la derecha liberal.Una maniobra que le viene como anillo al dedo, sobre todo en momentos donde la realidad de la pandemia y la crisis económica alimentan el malestar social.
La pandemia, un tema mucho más universal y que afecta concretamente a los trabajadores, no ha provocado desbordes por el momento. La administración del contagio surte efecto de momento, aunque también se advierte que crece el estrés ente el personal de salud y que esto, incluso antes que la falta de camas de terapia intensiva, podrían generar una saturación del sistema de salud. Un elemento de crisis política que continúa latente y que podría acompañar al gobierno hasta que la curva de contagios comience a descender, cuestión que no se verifica de momento.
En este marco el hallazgo de un cadáver que podría ser el de Facundo Castro ha generado mucha indignación en amplios sectores sociales. A 30 metros del cuerpo se encontró una zapatilla que coincide con las que Facundo lleva puestas en la foto en la que se lo ve contra una camioneta de la policía bonaerense. Esto fue denunciado por su madre Cristina Castro como un “mensaje mafioso”, dado el estado casi intacto del calzado, quien viene exigiendo en reiteradas oportunidades la renuncia de Berni. Este hecho aberrante en la medida que ha logrado estado nacional, de desarrollarse y profundizarse el cuestionamiento al ministro de seguridad bonaerense podría generar una crisis política en el gobierno provincial de Kicillof, y de manera mediada en el propio gobierno nacional.
Nuestro partido se solidariza con Cristina Castro y toda la familia de Facundo al tiempo que nos movilizamos y exigimos la renuncia inmediata de Sergio Berni, la cárcel y castigo a los responsables de la desaparición forzada de Facundo, su aparición con vida, y denunciamos la responsabilidad política del gobernador Axel Kicillof que mantiene al frente de la bonaerense a su funcionario.
Jugando a la reforma judicial mientras la pandemia asola
La elección oficialista de poner luz sobre un elemento tan escindido de la vida cotidiana de las masas trabajadoras como es la justicia federal, busca, ni más ni menos,eclipsarlos problemas diarios de los de abajo. Si bien es cierto que el debate sobre la reforma judicial (dada la apatía general que genera el tema), difícilmente pueda verse como una cuestión que presente el interés de una clase (de la burguesía en este caso) como interés de toda la sociedad; sí cumple con la búsqueda de alzar un muro de humo que impida que los problemas de los explotados y oprimidos irrumpan en la escena como los verdaderos asuntos sociales.
Esta” maniobra política” del gobierno de Fernández no deja de tener su astucia: pone a Cambiemos en escena como antagonista del gobierno, mientras relega a simples espectadores de un debate ajeno a los y las trabajadoras cuyos problemas no logran cobrar estado público. Y a la vez que crea esa disyuntiva (falsa en el sentido de clase) entre gobierno y oposición patronal. Esta elección del social liberal Fernández se condice con el rumbo tomado a lo largo de la pandemia de conceder todo a la sed de ganancia de las patronales y dejar en el camino la salud y las condiciones de vida de los trabajadores. Evidentemente Alberto no tiene mayor interés en que se oigan las voces de los de abajo al tiempo que se entrega a su propia suerte su salud y de sus familias.
El gobierno ha administrado los asuntos más determinantes de la coyuntura (la pandemia, la cuarentena, la deuda con los bonistas, y la crisis económica), con el mismo perfil capitalista más allá de un brevísimo periodo sanitarista al comienzo de la pandemia. Y, aunque es un hecho que la situación sanitaria es un tema no resuelto y que podría abrir una crisis en caso de desborde sanitario, por lo pronto ha logrado una relativa estabilidad en este punto.
Esto sumado al acuerdo con los bonistas, el plazo de tiempo que tiene hasta el inicio de las negociaciones con el FMI para fines del 2020 o primero meses del 2021, y el hecho de que no haya estallado de momento una lucha por abajo que irrumpa en la vida social, le despeja momentáneamente la agenda para hacer política en un terreno más “subjetivo” por así decirlo. Hacemos énfasis en el hecho de poner en el centro del debate político nacional la reforma de la justicia es una elección subjetiva en la cual coinciden tanto el gobierno, como la oposición patronal, elestablishment político y los grandes medios de comunicación: buscan proyectar estos asuntos como hechos objetivos e indiscutibles de la realidad.
El riesgo de colapso sanitario vinculado al estrés del personal de salud que no da abasto sometido a extenuantes horas de trabajo(y a más de un trabajo para compensar los magros salarios), a la falta de insumos básicos y al aumento de ocupación de camas es sin dudas uno de los temas que no ha quedado fuera de escena, y que podría ponerse en el centro en caso de ir a un desborde, cuestión que no se puede descartar. Según datos de La Nación, al 10 de agosto había 17.130 profesionales de la salud infectados, una cifra que equivale al 7% del total de los contagios. Junto con esto unas 70 muertes corresponden a personal de salud (La Nación, 18/08), número que crece cotidianamente como lo demuestra el fallecimiento reciente del enfermera en el Hospital Durand.
Por otra parte, es un hecho que las reivindicaciones de los trabajadores no han logrado colocarse aún como asunto general y quedan limitados a hechos fragmentarios. Desde luego que la burocracia sindical cumple un rol inestimable para el gobierno y las patronales, bloqueando la bronca que hay entre los trabajadores contra el deterioro de las condiciones de trabajo y de salubridad.
Alimentados por aires trumpistas y bolsonaristas hubo algunas movilizaciones reaccionarias en algunas ciudades del país que agruparon a un variopinto gorilaje que iba desde antivacunas y anticuarentena, hasta anti-cristinistas. Una movilización políticamente marginal, más allá de que numéricamente haya logrado alguna presencia sobre todo en la capital del país, que no expresa a ningún sector real de la burguesía. La misma se encuentra de momento mayormente representada por el gobierno nacional que ha ganado su amistad a fuerza de concesiones que cuestan caro a la salud de los trabajadores.
La movida fue impulsada por el ala derechista de cambiemos con Macri y Bullrich a la cabeza, mientras que los cambiemitas que ejercen poder, como el caso de Larreta y varios gobernadores provinciales, decidieron despegarse de la medida. En definitiva, no se trató más que de una acción por derecha que no mueve el amperímetro de la realidad, pero que en definitiva continúa tironeando al gobierno por derecha.
120 días sin Facundo
El sábado 15 se produjo el hallazgo de un cuerpo en Villarino Viejo, a kilómetros de Bahía Blanca, que podríala madre de Facundo Castro piensa que podría ser el de su hijo, de 22 años desaparecido el 30 de abrilvíctima de la policía bonaerense comandada por Sergio Berni. Una noticia que recorrió el país entero y que se ha instalado como uno de los asuntos nacionales fundamentalmente por la sensibilidad que genera el caso en amplios sectores sociales, por el rol que ha cumplido su madre quien exigió en reiteradas oportunidades la renuncia inmediata del ministro de seguridad Berni, impulso al que hemos sumado desde nuestro partidomovilizándonos en unidad de acción con otras organizaciones de la izquierda revolucionaria.
Rápidamente el día martes 18 decidimos salir a la calle hacia la casa de la provincia de Buenos Aires, un acierto completo que permitió colocar durante todo el día la movilización por Facundo en los principales medios de comunicación y tirar de la coyuntura por izquierda.Esto vuelve a poner en valor la enseñanza de que los tiempos en política tienen mucha importancia, haber dejado pasar el tiempo hubiera sido un grave error del cual otras organizaciones no quedaron exentas.
El caso de Facundo es un elemento de crisis política latente para el gobierno provincial de Kicillof, y de manera mediada para el gobierno nacional, que podría obligar a la expulsión del ministro de seguridad bonaerense. Sergio Berni es un hombre del riñón del kirchnerismo cuyo perfil castrense le permite a la coalición gobernante completar el abanico y recoger las simpatías de sectores amigos de la mano dura en la provincia de Buenos Aires. Pero de confirmarse que el cuerpo encontrado es de Facundo, o de continuar en ascenso la presión por abajo, Berni podría verse obligado a renunciar.
En este sentido, la consigna “Fuera Berni”, la exigencia de castigue a los responsables de la desaparición de Facundo Castro, y la responsabilidad política de Axel Kicillof por mantener al día de hoy al ministro de seguridad al frente de la bonaerense, se colocan como los principales reclamos del momento
Aquí también corresponde una reflexión política. Desde luego que ningún sufrimiento de los explotados u oprimidos nos es ajeno, y mucho menos la desaparición forzada de un joven en manos de la policía. Esta sensibilidad recoge una tradición de lucha por los derechos humanos que viene de la última dictadura militar y se conserva hasta nuestros días, una suerte de “escuela” en la que se ha formado una amplia vanguardia democrática y de la izquierda revolucionaria.
Pero junto con esto queremos resaltar el valor específico que tiene impulsar la agenda de los de abajo, la pelea por los derechos de los oprimidos que se materializa en este momento en la pelea por justicia por Facundo, en el marco en que la escena del debate político aparece copada por los asuntos de la burguesía y la agenda del gobierno y la oposición patronal y tironeada por la derecha recalcitrante.La movilización desarrollada por nuestro partido el martes pasado como reflejo inmediato de solidaridad democrática y de clase con la familia de Facundo, contiene en esencia la ubicación de que, para que los asuntos de los de abajo entren en la escena política, hay que impulsarlos en el terreno concreto de la lucha, en las calles y con la movilización tomando las medidas de distanciamiento social y cuidados lógicos en el marco de la pandemia.
Así como el gobierno elige qué elementos de la realidad potencia al plano político, traducidos bajo el interés de la clase a la que representa es decir la burguesía, nosotros, a nuestra medida,nos valemos de nuestras herramientas entre las que se encuentra la movilización, para proyectar a la arena política los reclamos de los trabajadores y de los oprimidos. Esto se corresponde con otra enseñanza que es que ningún gobierno burgués concede el ingreso al “terreno de los asuntos generales”, al terreno de los asuntos políticos, ningún tema ajeno a su interés salvo que se vea obligado por las circunstancias.
Desde luego que la sola movilización u otras medidas de lucha en sí mismas, especialmente cuando esta es impulsada sólo por organizaciones de vanguardia, pueden resultar insuficientes para poner en agenda los asuntos de los de abajo. Pero sobre la base de hechos que conmueven, que generan empatía o que permean a la sociedad, la acción política incluso de vanguardia puede “mover montañas”, lograr cierta objetividad o fuerza de realidad. La movilización realizada por nuestro partido en compañía de otras organizaciones de izquierda permitió instalar el reclamo por justicia para Facundo por cuarto día consecutivo (desde el sábado cuando apareció un cadáver), un hecho de importancia en la pelea por romper el clima de anestesia de la lucha de clases, o de la idea de que sólo la derecha puede salir.
Esta enseñanza clásica es el “abc” del marxismo revolucionario, y aplica incluso cuando las fuerzas de izquierda logran representación parlamentaria. Porque en esencia la fuerza de una política, la capacidad de concretar un interés determinado, de imprimir una orientación en la vida política de la sociedad o de modificar en algo la realidad, depende de la lucha de clases. Sea por la movilización de amplios sectores o por que las acciones realizadas, aún sin ser de masas, logren empalmar con el sentimiento y la simpatía de los trabajadores y traducirlas en acciones concretas, como fue el caso de la movilización por Facundo.
En este sentido no deja de llamar la atención la ubicación del FITU y en particular del PTS que se negaron a movilizar a la espera de los resultados del peritaje forense que podría tardar varias semanas en dar resultados, y que tampoco exigen la renuncia de Berni (actitud en la que no se distinguen en nada del oficialismo). Muestras de un curso de adaptación a las reglas del juego institucional de la política burguesaque tiene sus propias reglas y tiempos, pero que son reglas que, sin ultraizquierdismo ni infantilismo, deben ser siempre confrontadas con las acciones y tiempos propios de la política revolucionaria. No salir a la calle ante un hecho tan grave no sólo es una muestra de profunda insensibilidad, sino que además coloca a estas fuerzas políticas en el terreno del statu quo y cuyo primer beneficiario es gobierno de Fernández
Las próximas semanas serán determinantes para el caso y es necesario mantenernos en estado de alerta y movilización. Venimos de un gran plenario juvenil del ¡Ya Basta! que ha votado una serie de resoluciones entre las que se encuentra el desarrollo de una gran campaña de justicia por Facundo. Apostamos a que el sentimiento democrático contra la represión policial y contra la desaparición forzada de Facundo cale hondo en los sectores democráticos, incluso en los que simpatizan con el gobierno pero que repudian la impunidad, y que la movilización siga creciendo hasta echar a Berni para poder avanzar en la búsqueda de Facundo.






