
El acuerdo adelanta para Agosto la cuota del 12%, más un 10% en Octubre y 10% en Noviembre y la revisión recién se hará en Febrero del 2023. Una entregada en toda la línea que no sólo no recupera ni un poco lo perdido, sino que queda muy por detrás del 80% de inflación proyectada para fin de este año.
Hubo varias reuniones con las cámaras empresarias en el Ministerio de Trabajo, en el medio Furlán y Cía anunciaron el “estado de alerta” y realizaron un par de marchitas al Ministerio reservadas exclusivamente a los cuerpos de delegados. Hace poco desde la Corriente Sindical 18 de Diciembre advertíamos que si no se ponía en pié de lucha al gremio, con asambleas en las fábricas para votar paros de verdad que afectaran a la patronal (como llevaron adelante los metalúrgicos de Río Grande en Tierra del Fuego) el resultado de la película iba a ser el mismo de siempre: un acuerdo que no sirve para sacar a la gran mayoría del gremio del nivel de pobreza. Al final Furlán terminó como Caló: cediendo a las pretensiones de la patronal, que encima deja un mal antecedente para la discusión que se abre para la Rama siderúrgica.
El panorama se presenta fulero y el futuro peor, mientras en las alturas del gobierno no dan pié con bola y cambian de ministro cada dos semanas, la designación de Sergio Massa como “super ministro” de Economía seguro que no trae buenas noticias para los laburantes. Mientras Cristina y el kirchnerismo avalan los cambios para evitar el precipicio, el plan de Massa es muy simple: darle una vuelta de tuerca al ajuste que ya vienen aplicando para seguir beneficiando a las patronales y al FMI. Este gobierno es una estafa, en el 2019 prometieron que venían a cambiar el desastre dejado por Macri, pero hasta ahora sólo ceden a las presiones empresarias, mientras las y los trabajadores estamos cada día peor.
El acuerdo cayó muy mal en las bases del gremio, hubo muchas voces disconformes en los vestuarios y pasillos de las fábricas, las críticas van dirigidas contra la conducción del gremio y la CGT que prioriza el apoyo al gobierno ajustador, en lugar de defender los intereses de las y los trabajadores.
La salida es por abajo, hay que organizar la bronca para transformarla en acción. Desde la Corriente Sindical 18 de Diciembre llamamos a los luchadores y activistas para dar pelea fábrica por fábrica convenciendo a todos los compañeros para seguir la lucha por un sueldo mínimo que cubra la canasta familiar que hoy ya está en $170.000.