
La situación para los trabajadores de la salud es crítica es varios aspectos: en primer lugar, arriesgan su vida en la primera línea para atender a los enfermos sin contar con los elementos de bioseguridad necesarios para evitar los contagios. Hace tan solo unas semanas un trabajador de limpieza de este mismo hospital relataba que no le brindaban ni siquiera guantes para trabajar. Por otro lado, ese trabajo sobre humano con jornadas extendidas que la mayoría está haciendo no se ve reflejado en su salario, que están muy por debajo de la canasta básica obligando a muchos, como a Francisca, a tener que hacer horas extras para sobrevivir.
La intendenta Mayra Mendoza recientemente otorgó un magro aumento del 15% para los trabajadores municipales que no alcanza para recuperar lo perdido con el 42.2% de inflación en lo que va del 2020. Tampoco han tenido noticias del famoso bono de $5000 que prometió el gobierno nacional.
La muerte de Francisca era una muerte evitable, si el Estado hubiese establecido como prioridad proteger a los trabajadores de la salud. Ahora más que nunca hay que cuidar a los que nos ciudan, no basta con palabras de agradecimiento en conferencias de prensa. Es necesario garantizar salarios acordes a la canasta básica, licencia para los trabajadores de riesgo y elementos de bioseguridad para evitar contagios. Esto solo puede hacerse estableciendo como prioridad cuidar a los que nos cuidan y no las ganancias empresarias, como ha hecho el gobierno de Alberto Fernández. Es imprescindible el no pago de la deuda externa y un impuesto a las grandes fortunas para aumentar cualitativamente el presupuesto de la salud pública.






