Una elección de Consejo Superior totalmente irregular donde el ¡Ya Basta! se plantó como alternativa

Escándalo antidemocrático en la Universidad Nacional de Lanús.

La semana pasada se realizaron las elecciones de Consejo Superior y Consejo Departamental para todos los claustros, en la UNLa. Éstas elecciones se llevaron adelante la última semana de clases, con la universidad casi sin estudiantes. La gestión de Bozzani, que se encuentra muy cuestionada, buscaba legitimarse con un triunfo, razón por la cual las elecciones estuvieron plagadas de irregularidades de principio a fin. El último día de votación, que fue en modalidad virtual, finalizó sin que den las cuentas: el conteo virtual arroja un resultado donde hay más votos que personas que ingresaron con su clave de campus a votar.

Las irregularidades fueron de dos tipos. Por un lado, irregularidades políticas y democráticas: la gestión puso todos sus recursos al servicio de la campaña por una de las listas, la lista Granate, el oficialismo actual en la universidad. Los directores de carrera juntaron las candidaturas y armaron la lista, las redes sociales oficiales de la universidad (@unla.oficial) difundieron la campaña solo de esa lista, y los correos institucionales de las carreras y departamentos no se quedaron atrás y también llamaron a votar a la Granate. Los directores de carrera, de departamento y otros cargos jerárquicos estuvieron haciendo campaña en los pasillos y en las aulas, llamando a votar a la lista Granate, coaccionando e intimidando a cursadas enteras para condicionar su voto y desigualando el debate político. Los fiscales de la elección en el claustro estudiantil no eran estudiantes, e incluso autoridades de la universidad oficiaron de fiscales por esa misma lista.

Por otro lado, estuvieron las irregularidades más técnicas y concretas: la elección virtual tuvo una cantidad desproporcionada de votantes: En los dos días de votación presencial votaron 2162 personas, mientras que en un solo día de votación virtual se registraron 3773 votantes, a pesar de que la plataforma de votación se cayó reiteradas veces, y estuvo largos períodos de tiempo sin funcionar. Esto da un total de más de 5900 votantes, número que supera por demás a las 3272 personas que votaron en la última elección de Consejo Superior, en 2022, o a las menos de 3000 que emitieron su voto en las últimas elecciones de Centro de Estudiantes, solo un par de semanas atrás.

Los resultados que arroja la votación virtual alteran significativamente el resultado de la elección general, favoreciendo a la lista Granate que se quedaría con la totalidad de los cargos en disputa. Pero por si no sobraran motivos para desconfiar, las cuentas sencillamente no dan. Al revisar las actas que el sistema de votación virtual genera automáticamente al terminar el día, notamos que en varios de los puestos de votación digital los números de votos totales a consejo superior no coinciden con los votos a consejo departamental y tampoco con el total de personas que ingresaron al sistema y emitieron su voto por este medio. Los tres números mencionados: votos a consejo departamental, a consejo superior, y cantidad de votantes, son números que brinda el mismo sistema, y contabiliza los votos válidos para las 4 listas y también los votos en blanco. Nos referimos a un sistema informático que en condiciones regulares debería dar resultados exactos, y que en este caso tiene una diferencia de 25 votos en relación a la cantidad de votantes. Las actas de la votación virtual muestran más votos que votantes.

Una gestión que gira a derecha y está dispuesta a todo para legitimarse

En el contexto de gobierno ultrarreaccionario de Javier Milei, que busca destruir la educación pública, la gestión de la universidad a cargo del rector Bozzani muestra fuertes rasgos antidemocráticos y anti organización estudiantil. Parece ser un giro hacia una gestión más dura que la de la rectora Ana Jaramillo, que no fue particularmente democrática tampoco, empezando por el hecho de que fue rectora por 27 años seguidos.

La gestión de la UNLa siempre fue particularmente dura hacia les estudiantes y hacia los espacios de organización estudiantil. El Consejo Superior y los Consejos Departamentales funcionan a puertas cerradas, sin que se difundan ni siquiera las fechas, mucho menos los temarios. Las decisiones se toman a espaldas de les estudiantes, y también de la mayoría de les docentes y no docentes. Algunos ejemplos prácticos: se decidió mudar una carrera entera (Diseño Industrial) a otro predio, separando a la carrera del resto de la universidad, y les estudiantes y muchos docentes se enteraron porque se empezó a mudar el mobiliario. Es decir, se enteraron los implicados incluso después que el fletero.

Con respecto a la organización estudiantil, el ejemplo es el robo del fichero y de todos los materiales de militancia del ¡Ya Basta!, ocurrido en 2023, todavía bajo la gestión de Jaramillo pero con Bozzani al frente del Departamento de Humanidades y Artes. Éste año, la gestión redobló su apuesta buscando prohibir los espacios de organización estudiantil, sean ficheros, mesitas o carteles, en el principal edificio de la universidad, y censurando a las agrupaciones estudiantiles.

En ese marco, llegamos a las elecciones de Consejo. En los días previos al cierre de listas, el frente Granate se rompió. De un lado quedaron las agrupaciones estudiantiles militantes, ligadas a la figura de Cristina Kirchner, que se presentaron por su lado como lista Azul, y del otro la gestión propiamente dicha, sin militancia estudiantil y con puro aparato.

Por abajo se siente el descontento frente a ésta situación, y se combina con los debates y balances que cierran un año plagado de luchas contra el gobierno de Milei y que tuvo ni más ni menos que un Estudiantazo, que en la UNLa se hizo presente en una asamblea de más de 700 personas que votó la toma de la universidad. Este descontento se manifiesta principalmente entre les estudiantes, y en particular en el departamento de Humanidades y Artes, donde el ¡Ya Basta! viene de ganar las elecciones del Centro de Estudiantes. Pero también aparecen expresiones de bronca y hartazgo entre docentes y nodocentes, y en todos los departamentos de la universidad.

En este escenario movido, la gestión de Bozzani buscó una única cosa de estas elecciones de Consejo: legitimarse de cara al año que viene, legitimar el auto-ajuste que piensan llevar adelante en la UNLa, y legitimar los ataques a las organizaciones estudiantiles. Apenas cerró la votación virtual, y a pesar de que los números no daban y de que ninguna de las 3 listas estudiantiles firmó el acta, salieron a anunciar por todas las redes “La lista Granate ganó en todos los claustros”.

Por todo lo anterior, llamamos al resto de las listas estudiantiles, la lista 7 multicolor y la lista 22 Malvinas Argentinas, a rechazar de manera consecuente la elección virtual. Habiendo pasado ya 5 días, ni la gestión ni la junta electoral han dado ninguna respuesta coherente a las irregularidades.

Preparar la respuesta por abajo para defender la democracia universitaria y la educación pública

Desde el ¡Ya Basta! advertimos desde el comienzo sobre nuestra desconfianza en el voto virtual, y llevamos adelante una campaña donde nos plantamos como la alternativa a la lista Granate y a todos los atropellos de ésta gestión. Nos plantamos ésta semana como nos plantamos todo el año, defendiendo los espacios de organización estudiantil, la democracia universitaria y la educación pública. Los resultados de las elecciones en los dos días presenciales reflejan que cientos de estudiantes eligieron acompañarnos para expresar la necesidad de esa alternativa, la necesidad de hacer la UNLa más de les estudiantes. El ¡Ya Basta! mantuvo los votos que había obtenido en la elección del CEDHA, y aumentó en la cantidad total de votos en los otros departamentos.

Y de esa misma manera seguiremos organizándonos, construyendo espacios abiertos de participación y expresión de les estudiantes, impulsando asambleas, llenando todo de carteles. Es el movimiento estudiantil organizado el que tiene que defender la democracia universitaria y ponerle un freno a ésta gestión opresiva, y junto a docentes y nodocentes, defender también la educación pública y todos nuestros derechos.

El Nuevo CEDHA es una herramienta a disposición para ese fin, y es un espacio abierto al conjunto de les estudiantes. Vamos por la democratización de la UNLa y por un Movimiento Estudiantil que defienda la educación pública.

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