El gobierno viene «negociando» con los vecinos poniéndoles una pistola en la cabeza con la orden y amenaza de desalojo. Así, intenta imponer un «acuerdo» inaceptable que deja en la calle a la inmensa mayoría de las familias.

El Nuevo MAS desde el principio planteó que la «negociación» condicionada por las amenazas represivas del gobierno y sus ofertas de miseria eran inaceptables. La organizaciones que estamos acompañando el acampe de Guernica deberíamos haber impulsado de manera unitaria acciones para instalar en la agenda pública lo que realmente está sucediendo.

Lo concreto que ofrece el gobierno es nada: mudar a una minoría de los vecinos con necesidad más perentorias a una suerte de «campos de concentración» sin servicios básicos y la promesa de tierras dentro de los próximos seis meses. La mayoría de los vecinos viene rechazando esa supuesta propuesta, que implica entregar lo conquistado en Guernica a cambio de nada.

El fgobierno no está atendiendo al reclamo de Guernica, está defendiendo la propiedad privada de los ricos; azuzado también por los empresarios y grandes medios de comunicación como La Nación.

Las tierras de Guernica son improductivas, son bajas, no tienen un propietario claro. Apenas una parte pertenecería a unos dueños de country que quieren hacer sus negocios allí. Pese a su supuesto «progresismo», el gobierno de Fernández, Kiciloff y Larroque se prepara para reprimir en defensa de esos intereses.

No se puede aceptar que la propiedad privada de los ricos esté por encima de las necesidades sociales.

Mañana 18hs. ¡Todos a Guernica! ¡No al desalojo!