Mientras esperamos con ansiedad la lectura de las condenas a algunos (unos pocos) de los responsables civiles de la represión en 1975 a los trabajadores de la UOM Villa Constitución y pobladores de la localidad, 500 suspensiones en la planta de Acindar hablan de lo que se vive hoy en el movimiento obrero.
Este tipo de noticias se repiten a lo largo de los lugares de trabajo de todo el país, y en este golpean a un enclave industrial emblemático y muy numeroso, a pesar de los golpes recibidos. Las suspensiones son hasta el 4 de agosto, pero la incertidumbre no tiene fecha de vencimiento.
La empresa pasó a formar parte del grupo ArcelorMittal en 2006, que llegó a tener el 99,5% de su capital accionario desde el 2008. Este crecimiento y consolidación empresarial no ha frenado la baja en la producción, ante la caída de las ventas. Produce para todas las industrias (minera, vitivinícola, construcción, etc), pero en este momento aducen que le sobran “entre 15.000 y 20.000 toneladas de acero por mes” (Infogremiales, 28/7/25).
La primera medida fue, desde ya, disminuir personal, que descendió de 1.230 empleados en noviembre de 2023 a 930 en la actualidad, tras los despidos a personal contratado y los retiros voluntarios. Claro que llamarlos «retiros voluntarios» es engañoso, porque de «voluntarios» tuvieron poco. Los primeros en sufrir la crisis fueron los precarizados, el sector más desprotegido, y son suspendidos los trabajadores de planta.
Los despidos se acumulan, los dirigentes sindicales miran para otro lado
Se derramó el vaso. El retiro por suspensiones que había sido acordado entre la patronal y el sindicato fue desbordado. El número saltó por los aires y desbordó los pronósticos. Por lo tanto, el golpe a los trabajadores se agigantó. Y ante esta oleada de despidos y retiros “voluntarios” los trabajadores de Acindar Villa Constitución no tienen en este momento ninguna garantía de que conservarán el empleo.
Los trabajadores de Villa Constitución merecen una respuesta a la altura de las circunstancias. No solo por su historia de lucha. Son parte de la clase trabajadora que está sufriendo el feroz ataque de este gobierno empobrecedor. Las direcciones sindicales deberían convocar asambleas y medidas urgente en el parque industrial, pero no han movido un dedo en defensa de los trabajadores.
No es fácil resistir los ajuste de la patronal. Pero es más difícil quedar al costado del camino, mirando al mundo seguir.
El movimiento obrero de Acindar tiene su historia de lucha. que puede volver a aparecer en el horizonte de quienes la detestan: el gobierno, los empresarios y los dirigentes sindicales que miran para otro lado.