El pasado domingo se realizaron elecciones provinciales en cuatro distritos del país: Mendoza, Tucumán, San Luis y Corrientes. Los resultados reconfirmaron la tendencia que ya avizoraba en las demás provincias que ya acudieron a las urnas: por ahora, las elecciones provinciales no terminan de nacionalizarse, lo que en los hechos termina beneficiando a los oficialismos de cada provincia.

Con la relativa excepción de San Luis, en todos los distritos resultaron victoriosos por amplio margen las fuerzas que están en cada una de las gobernaciones.

El triunfo más resonante es el de Tucumán, donde el peronismo arrasó por más de 20 puntos de diferencia sobre Juntos por el Cambio. De las que acudían a las urnas ayer, es probable que los resultados en Tucumán fueran los que más miradas atraían: la escandalosa decisión de la Corte Suprema de suspender las elecciones que estaban previstas para el mes de mayo, cinco días antes de que estuviesen pautadas, habían despertado las esperanzas de la alianza cambiemita de arrebatarle la provincia al peronismo, y literalmente festejó la decisión judicial como un triunfo propio.

La Corte había determinado que la candidatura a vicegobernador de Juan Manzur era inconstitucional. Las figuras nacionales de JxC (Bullrich, Larreta y hasta Macri) hicieron sendas visitas a Tucumán, pero de nada sirvió. Tucumán reconfirma que los peronismos provinciales resisten frente al derrumbe del Frente de Todos a nivel nacional.

Tucumán dejó también la confirmación de otra tendencia que ya asomó en los comicios provinciales anteriores: la mala performance de los candidatos de Javier Milei. En el caso tucumano, probablemente se trate de la derrota más dolorosa de todas para el candidato «libertario». Su elegido allí fue Ricardo Bussi, hijo del ya fallecido genocida Antonio Bussi, para quien Milei trabajó en la Cámara de Diputados cuando aquel era legislador. Ricardo Bussi fue candidato a gobernador por el partido fundado por su padre, Fuerza Republicana.

Bussi hijo fue la mayor apuesta de Milei en el interior, más que cualquier otro candidato provincial. Visitó la provincia para respaldar a su candidato en más de una ocasión, quien llevó adelante una campaña centrada en la libre portación de armas y en el «plan serrucho» para recortar el «gasto» público. Los resultados fueron decepcionantes: no alcanzó el 4%, derrumbándose respecto al 2019.

Aunque de las cuatro provincias que votaron ayer es la más importante, el triunfo de Alfredo Cornejo en las PASO de Mendoza (las generales serán en septiembre) no fue una sorpresa para nadie. Allí también triunfó ampliamente el oficialismo provincial. Cornejo se impuso cómodamente sobre sus competidores tanto en la interna de Cambia Mendoza (que en total cosechó el 42% de los votos, de los cuales Cornejo se quedó con el 61%) como frente al ex referente del Pro Omar De Marchi, que alcanzó el 20% de los votos yendo por fuera de la alianza cambiemita. El peronismo, por su parte, quedó tercero cómodo con el 15%, algo que de todas formas era previsible en una provincia de voto tradicionalmente radical.

Tampoco hubo sorpresas en Corrientes, donde las elecciones eran de medio término. Allí el radicalismo encabezado por el gobernador Gustavo Valdés, que contó con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta a nivel nacional, retuvo el control de dos tercios de las cámaras alta y baja de la provincia, en una hegemonía que lleva más de dos décadas en la provincia. Otro triunfo oficialista sin sobresaltos.

La excepción a la tendencia fue San Luis. Los puntanos acudieron a las urnas en una situación inédita desde 1983: con la dinastía de los Rodríguez Saa rota. Alberto, el actual gobernador, llevó como candidato al «Gato» Fernández, mientras que Adolfo, realineado al menos a nivel provincial con la oposición, apoyó a Claudio Poggi, ligado al Pro.

Poggi dio la sorpresa y se alzó primero con el 52% de los votos, mientras que el oficialismo provincial alcanzaba el 45%. Por primera vez en las últimas cuatro décadas el peronismo pierde la gobernación de San Luis.

Los resultados en ese distrito fue la buena noticia del día para JxC a nivel nacional, motivando sendos festejos tanto de parte de Bullrich como de Rodríguez Larreta.

Sin embargo, el caso puntano se parece mucho más a lo ocurrido en Neuquén con la derrota del MPN que a una derrota «nacionalizada» de JxC sobre el peronismo, como los referentes cambiemitas quieren hacer creer. Es cierto que la derrota del MPN fue inédita, pero fue en manos de otro ex-MPN de larga trayectoria en la política neuquina y sin un alineamiento nacional nítido.

Sucede que el triunfador Poggi en San Luis no sólo tuvo el apoyo de Adolfo Rodríguez Saa: de hecho, ya fue gobernador de la provincia en el período 2011-2015 también por el oficialismo de los Rodríguez Saa, por lo que es un viejo conocido en la política provincial, con fuertes lazos con la hegemonía oficialista de décadas.

Por lo tanto, lo ocurrido en San Luis no parece alcanzar para constituir una contratendencia a los triunfos oficialistas provinciales que «resisten» la nacionalización y mantienen la incertidumbre respecto al escenario nacional, cuando cada vez faltan menos días para la presentación de las alianzas y candidaturas.