
Los últimos años, pandemia de por medio, la patronal de la refinería Shell-Raizen se excusó en las “dificultades locales e internacionales” para avanzar sobre las conquistas de los operarios del sector, tanto en Dock Sud como en todo el país. Se trabajó todo el 2020 con los salarios congelados, muchas jubilaciones se realizaron sin respetar las compensaciones económicas acordadas por convenio colectivo, modificaron a la baja los ingresos durante las paradas de planta, las paritarias vienen perdiendo contra la inflación todos los años e incluso llegaron a quitar la canasta mensual de productos de limpieza.
Como si esto fuera poco, todos los meses operarios y operarias denuncian episodios de persecución, hostigamiento y casos de acoso por parte de personal jerárquico de la refinería.
Por un lado, son totalmente falsas las “dificultades económicas” en las que se ampara la empresa. Es un sector estratégico para la industria local y mundial, con los precios internacionales en materia energética por las nubes tras la invasión de Rusia a Ucrania. Shell, PAE, YPF, Tecpetrol, etc, anunciaron inversiones de miles de millones de dólares en Vaca Muerta y todas las refinerías del país, tienen obras en curso para ampliar sus plantas y su capacidad de refinamiento y destilado de crudo. Incluso hace pocas semanas anunciaron conjuntamente que todas las plantas se encuentran trabajando al 100% de su capacidad, despachando los volúmenes de producción más altos de su historia.
La flexibilización laboral es una bandera innegociable de la burguesía local para aplicar en todas las ramas industriales. Producto de esto, en el downstream de la industria petrolera toda la plantilla de operadores trabaja turnos rotativos (incluidos feriados y fines de semana) con franco rotativo. A pesar de ser una tarea insalubre, trabajamos 8 o 12 horas por día.
Por otro lado, es de público conocimiento que Shell-Raizen (con la gerencia de producción y el departamento de RRHH a la cabeza) arma listas negras de operadores y operadoras que levantan la voz cuando se cometen atropellos y avances sobre las condiciones de trabajo en pos de aumentar la producción. Con la excusa del coronavirus se suspendieron a operarios por realizar una asamblea del sector con motivo del accidente de un compañero, llegaron al ridículo de sancionar a una operaria por estar sin barbijo en el horario de almuerzo y el último caso conocido es el de un compañero que realizó una tarea operativa (cumpliendo órdenes de superiores) y, al denunciar una situación peligrosa durante el proceso, fue suspendido y RRHH anunció su voluntad de echarlo. Lo que sucedió con este compañero es el colmo, ya que la empresa nos ordena a tomar acciones que no sólo son inseguras, sino que deberían ser ejecutadas sólo por determinadas personas. Pero al informar el mal funcionamiento de un tablero ¡la empresa quiere tomar acciones contra este compañero porque «usar ese tablero no era su tarea»! ¡Y son ellos los que nos mandan a hacerlo!
EL ROL DE LA COMISIÓN INTERNA
Ante semejantes atropellos y ataques a las condiciones de trabajo y el clima de autoritarismo y persecución por parte de la empresa, los delegados de la Comisión Interna dicen que no se puede hacer nada. Que la empresa no va a ceder y que “seamos inteligentes”. Son los mismos que dicen que nos quejamos a pesar de “tener un trabajo mejor que la media en Argentina” y se niegan constantemente a convocar a asambleas para discutir entre todos los operarios cómo organizarnos. Hay que recordar que llevan años impidiendo que otras listas puedan presentarse a elecciones a Comisión Interna y culpan de los despidos a los activistas de “listas con intereses políticos”. Nos enteramos vía Whatsapp o redes sociales de las reuniones paritarias, de las modificaciones de las condiciones de trabajo, sin convocar a ninguna asamblea general o por sector donde podamos aceptar o rechazar lo discutido entre cuatro paredes entre la Interna y las cámaras empresariales.
Ante la pasividad y complicidad de los delegados y los avances de la patronal existe mucha bronca por abajo entre todos los sectores de la refinería. Por recomposición salarial y condiciones dignas y seguras de trabajo, ¡exijamos que la Comisión Interna convoque ya asambleas generales y por sector en todos los turnos! ¡Necesitamos medidas gremiales contundentes que le pare la mano a Shell-Raizen! ¡Hay que exigir protocolos laborales claros y que se cumplan, basta de doble discurso! No permitamos que pasen los despidos persecutorios y defendamos nuestros derechos con medidas concretas votadas democráticamente en asamblea.






