El 28 de junio se aprobó en el Congreso Nacional la Ley Bases y el Paquete Fiscal, un conjunto de leyes que constituyen un ataque global a conquistas históricas en Argentina y una declaración de guerra a los trabajadores. Entre muchos puntos, se aprobó el impuesto a las Ganancias (impuesto al salario) para todo aquel que gane más de 1,8 millones de pesos bruto mensual.
En un contexto de suba de precios de la canasta básica, salarios a la baja o apenas empatando la inflación y de crisis económico-social, el impuesto al salario es un robo al bolsillo de los trabajadores para sostener el plan de gobierno de Milei que solamente beneficia a los empresarios, al FMI, a los bancos y a los ricos con baja de impuestos para ellos.
La semana pasada se reglamentó el impuesto a las Ganancias en el boletín oficial por lo que empieza a regir a partir del mes de julio inclusive. En la letra chica solamente agrega algunos paliativos específicos para el sector petrolero de boca de pozo en Vaca Muerta. Esto quiere decir que el aguinaldo, las horas extras, bonos, premios, items de cada convenio como vianda, presentismo y producción quedan incluidos en la base de cálculo para las deducciones. Sin respetar acuerdos sectoriales previos, la nueva reglamentación del impuesto al salario es incluso peor a lo que ya era antes.
La noticia cayó como una bomba entre los trabajadores petroleros y la Federación de los sindicatos de petróleo, gas y biocombustibles están realizando asambleas en todas las refinerías y lugares de trabajo para organizar una acción sindical nacional unificada. De no haber una respuesta positiva hasta el 1 de agosto, se convocará a paro nacional por tiempo indeterminado, afectando la producción de combustibles en todo el país.
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Desde la Corriente sindical 18 de diciembre apostamos a que, dado el ataque global del gobierno de Milei, la respuesta sea una medida contundente. La producción petrolera es fundamental para el funcionamiento cotidiano de todos los sectores, y un paro de actividades repercutiría inmediatamente a nivel nacional. Esta herramienta y el conflicto tiene que impulsar la derogación del impuesto a las Ganancias, no beneficios paliativos. De esa manera se podría unificar el reclamo con trabajadores de otros gremios que están accionando diferentes recursos legales y sindicales contra dicho impuesto.
Y para visibilizar e instalar el conflicto es imprescindible garantizar de manera seria, coherente y con todos los recaudos necesarios, bloqueos en los portones de las refinerías, cortes de calle y piquetes y la máxima difusión mediática posible.
Este nuevo impuesto es solamente una parte del plan global de Milei de ataque a conquistas históricas de la clase obrera. Para tirarlo abajo la clase obrera tiene que entrar en el escenario político con sus métodos históricos: las asambleas democráticas, medidas de lucha contundentes y participación colectiva.