Un espacio de discusión y organización de la juventud

La Casa Rosa Luxemburgo fue pensada para ser un espacio de discusión sobre política nacional e internacional, así como para estudiar el pensamiento anticapitalista y socialista revolucionario.

Esta es una tarea que nos parece fundamental en el Brasil de hoy, polarizado entre la extrema derecha bolsonarista y el frente amplio de Lula con sectores de la burguesía, de la cual es parte la llamada “izquierda del orden”, representada por el PSOL (compuesto por varias corrientes trotskistas, como como el MES y la Resistencia).

Frente a esta capitulación a la conciliación de clases, es imprescindible acumular fuerzas para poner de pie a una izquierda anticapitalista y socialista, es decir, formar y educar su militancia en la independencia de clases.

Por eso, trasladamos nuestra sede a un lugar cercano a la USP, ya que sabemos la importancia histórica de la Universidad de São Paulo en el movimiento estudiantil y en la formación de cuadros políticos de la izquierda revolucionaria brasileña.

Nuestro objetivo es que la Casa Rosa Luxemburgo, además de ser un espacio para debatir política, sea también un punto de encuentro para organizarnos y luchar contra los gobiernos y la extrema derecha bolsonarista, así como por nuestro derecho a la educación pública, por la emancipación de la clase trabajadora, la gente negra, LGBTQIA+, las mujeres y todos los explotados y oprimidos.

Por eso, estamos muy contentos y orgullosos de la inauguración de nuestra nueva sede, que representa un gran y militante esfuerzo para una organización independiente de izquierda que no recibe dinero del Estado, ni de empresas, y mucho menos de bancos. El financiamiento de esta sede es producto del esfuerzo de nuestros militantes, simpatizantes y, por supuesto, de la Corriente Internacional del Socialismo o Barbarie.

Un debate necesario

La inauguración de la Casa Rosa Luxemburgo coincidió con un momento muy importante para nuestra corriente internacional: el prelanzamiento del libro “El marxismo y la transición socialista” de Roberto Sáenz, dirigente del Nuevo MAS en Argentina y de la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie. Este libro se publicará este año en español y, en 2025, en portugués, francés e inglés.

Aprovechamos la visita del autor a Brasil para hacer la primera presentación pública del libro, lo que consideramos una victoria para nuestra organización, algo que permitió darle un mayor contenido político en el lanzamiento de la Casa Rosa Luxemburgo. Además de Sáenz, la conferencia de presentación contó con la destacada participación de Plínio de Arruda Sampaio Jr., reconocido economista marxista, profesor jubilado del Instituto de Economía de la UNICAMP y editor jefe del sitio web Contrapoder y quien escribirá el prólogo de la edición brasileña. En el debate también participó Antonio Soler, autor del libro “Colapso do lulismo”, líder de la Corrente Socialismo ou Barbárie en Brasil y profesor.

Como su nombre indica, la obra hace un balance estratégico de las revoluciones del siglo XX y analiza por qué no dieron paso a la transición al socialismo. En particular, el libro estudia el caso de la burocratización estalinista, un fenómeno contrarrevolucionario que destruyó las bases obreras de la Unión Soviética y cambió la naturaleza del Estado de obrero a burocrático.

La tesis central del libro es simple: ¡no puede haber transición al socialismo si la clase trabajadora no ejerce directamente el poder! Ninguna clase o casta puede reemplazar a la clase trabajadora en la construcción del socialismo, incluso si las relaciones legales establecen que los medios de producción son propiedad colectiva.

En el caso de la Unión Soviética se produjo un fenómeno nuevo e históricamente sin precedentes: la burocracia estalinista tomó el poder de manos de la clase trabajadora y, aunque formalmente mantuvo la propiedad socializada y reivindicó el socialismo, en la realidad estableció una nueva forma de explotación del trabajo basado en el control del aparato estatal. Como explicó Roberto Sáenz en su presentación, el colapso del bloque soviético fue un hecho objetivo que aún necesita ser explicado; una tarea que corresponde enteramente a la actual generación de revolucionarios.

Creemos que este es un debate necesario para el relanzamiento del socialismo revolucionario en el siglo XXI, particularmente en Brasil, donde el estalinismo ganó terreno entre sectores juveniles, en gran medida debido al desastre oportunista de las corrientes trotskistas que permanecieron en el PSOL, así como como las corrientes que, permaneciendo en el campo de la independencia de clase, hasta ahora no han logrado romper con el sectarismo.

De hecho, la mayoría de las corrientes trotskistas insisten en que la Unión Soviética era un “estado obrero burocrático” (este es el caso del PSTU y el MRT en Brasil, dos corrientes objetivistas sin balance estratégico del siglo XX), incluso cuando toda la evidencia histórica disponible apunta en la dirección opuesta, es decir, muestra que la clase trabajadora perdió el poder bajo el estalinismo. Esto fue evidente durante la caída del Muro de Berlín y los países de Europa del Este: los trabajadores salieron a las calles no para defender su supuesto estado obrero, sino para exigir el fin del estalinismo y apoyar la restauración del capitalismo.

¡Participa y colabora con la Casa Rosa Luxemburgo!

A partir del próximo semestre realizaremos debates políticos, formación teórica y actividades culturales en la Casa Rosa Luxemburgo. Invitamos a todos a participar de las actividades y conocer las propuestas estratégicas y políticas de la corriente Socialismo o Barbarie y la Juventud Anticapitalista ¡Ya Basta!

¡También invitamos a todos a contribuir económicamente a la construcción y mantenimiento de este espacio independiente de izquierda!